Page 124 - Medicamentos fantásticos
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Figura 87. Portada del libro hechizos; previene contra quienes preparan otras plantas con apariencia
de Tomás, VELARDE JURADO, humana, o las injertan granos de trigo para luego volverlas a enterrar. La
Tratado de raras y peregrinas recomienda en calidad de narcótico, aunque advierte sobre posibles
hierbas, Madrid: Francisco accidentes fatales, lo cual no es óbice para que mitigue todo género de
Sanz, 1674. dolor, y refrene cualquier vigilia. En esa condición, la aconseja para los
melancólicos cuando no pueden conciliar el sueño. La recomienda para los
lamparones, escrófulas o tumores. Cree que si se siembra a los pies de las
vides las trasmite la cualidad narcótica y aconseja ese vino y la planta como
anestésico cuando los cirujanos por orden de los médicos, han de cortar,
aserrar o cauterizar.194

Purga la flema por vómito. Se mezcla en los pesarios o calas para
molificar la madre (limpiar la vagina). Atrae el feto y provoca el parto. Es
antídoto para el Fuego de San Antón. Cura las mordeduras de serpientes y
animales venenosos, además de las aplicaciones antes citadas.

Da testimonio de cómo en la Corte Romana tienen los boticarios
doctos y curiosos plantas muy extraordinarias, miríficas y misteriosas, como
esta de que tratamos en sus jardines y cármenes. Pedro Andrés Mathiolo
Senense, afirma por cosa cierta y experimentada que en su provincia se
comen muchas veces las mandrágoras para aumentar el acto venéreo.195

Su librito, parece tratarse de un resumen erudito de cuanto se ha
escrito hasta el momento sobre las propiedades de las mandrágoras,
expurgado de las partes más espectacularmente mágicas o supersticiosas.
Incrementa esa sensación cuándo critica todas las leyendas sobre la forma
de recogerla, aunque se excede a considerar mágica y pecaminosa
cualquier recolección de hierbas bajo los símbolos astrales o en fechas
determinadas, como la noche de San Juan: sólo se han de coger –advierte-

194 Juan RIERA PALMERO, Breve historia de la anestesiología, Valladolid: Universidad de
Valladolid, 1997.
195 Tomas de MURILLO, Tratado de raras y peregrinas hierbas, op., cit., pág. 33.

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