Page 127 - Medicamentos fantásticos
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Pese a ello, en pleno siglo de las luces y en la racionalista Francia, el
sacerdote Louis-Marie Sinistrari d’Ameno, explica las aventuras de un
diablo de la Gran Cartuja de Pavía, dedicado a efectuar todo tipo de
vejaciones a los fieles e inmune a cualquier exorcismo. Él aconsejó tomar
hierbas frías –entre ellas la mandrágora- y poner varios manojos
suspendidos, uno en la puerta; otro, en la ventana; otros en la cámara y el
lecho en donde supuestamente vivía el demonio. De esa manera se fue y no
volvió jamás.200
De la mandrágora se ocupa en el capítulo V, en donde incluye un
delicioso dibujo tomado del libro de Jacobo de Meydenbach.201
La mandrágora en el siglo XIX
El Diccionario de Farmacia de 1865 la considera el primer
anestésico empleado en la Historia, uno de los componentes del Bálsamo
tranquilo (una tintura oleosa con estramonio como principal componente)
y peligroso estupefaciente y narcótico, apartado del uso médico.
Pese a ello reseña la recomendación de Herman Boerhave contra los
tumores escrofulosos, haciéndola hervir en leche para preparar unas
cataplasmas.202
También las de Hoffber y Swediaur acerca del tratamiento de las
durezas sifilíticas,203 lo que indica su uso todavía en enfermedades en ese
momento incurables.
200 Louis-Marie SINISTRARI D’AMENO, La Démonialité et les Animaux incubes et succubes,
París : ed. Liseux, 1876, pág. 161.
201 Se refiere al editor del libro, Hortus sanitatis, Maguntiae, Jacobo Meydenbach, 1491.
202 Herman BOHERHAVE, Index plantarum quae in horto academico Lugduno-Batavo
reperiuntur, Leiden : C. Boutestein, 1710, tomo II, pág. 512.
203 Franz SWEDIAUR, Traité complet sur les symtomes, les effets, la nature et le traitement
des maladies syphilitiques, Paris : chez l’ auteur, an IX, 1801.
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sacerdote Louis-Marie Sinistrari d’Ameno, explica las aventuras de un
diablo de la Gran Cartuja de Pavía, dedicado a efectuar todo tipo de
vejaciones a los fieles e inmune a cualquier exorcismo. Él aconsejó tomar
hierbas frías –entre ellas la mandrágora- y poner varios manojos
suspendidos, uno en la puerta; otro, en la ventana; otros en la cámara y el
lecho en donde supuestamente vivía el demonio. De esa manera se fue y no
volvió jamás.200
De la mandrágora se ocupa en el capítulo V, en donde incluye un
delicioso dibujo tomado del libro de Jacobo de Meydenbach.201
La mandrágora en el siglo XIX
El Diccionario de Farmacia de 1865 la considera el primer
anestésico empleado en la Historia, uno de los componentes del Bálsamo
tranquilo (una tintura oleosa con estramonio como principal componente)
y peligroso estupefaciente y narcótico, apartado del uso médico.
Pese a ello reseña la recomendación de Herman Boerhave contra los
tumores escrofulosos, haciéndola hervir en leche para preparar unas
cataplasmas.202
También las de Hoffber y Swediaur acerca del tratamiento de las
durezas sifilíticas,203 lo que indica su uso todavía en enfermedades en ese
momento incurables.
200 Louis-Marie SINISTRARI D’AMENO, La Démonialité et les Animaux incubes et succubes,
París : ed. Liseux, 1876, pág. 161.
201 Se refiere al editor del libro, Hortus sanitatis, Maguntiae, Jacobo Meydenbach, 1491.
202 Herman BOHERHAVE, Index plantarum quae in horto academico Lugduno-Batavo
reperiuntur, Leiden : C. Boutestein, 1710, tomo II, pág. 512.
203 Franz SWEDIAUR, Traité complet sur les symtomes, les effets, la nature et le traitement
des maladies syphilitiques, Paris : chez l’ auteur, an IX, 1801.
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