Page 11 - Medicamentos fantásticos
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Medicamentos e Historia
La Historia de la Farmacia más tradicional se ha ocupado mucho de
los medicamentos. Pese a ello, o los ha estudiado desde el punto de vista de
la evolución en la manera de prepararlos a lo largo de los tiempos, o los ha
tratado como antigüedades curiosas, o ha presupuesto un proceso
creciente e imparable de mejora en la racionalidad de su uso a partir de la
figura de Galeno (ca.130-200), el sanador mediante el cual se inauguró la
terapéutica científico-racional.
Se ha dado demasiada importancia a tres de sus aforismos, sobre los
cuales descansa el inicio de la racionalidad sanitaria primero, y la
formulación científica después, de la actividad profesional farmacéutica.
Son los siguientes: los dioses nunca son causa de enfermedad,
mediante el cual se desliga el hecho de enfermar de premisas mítico-
mágico-religiosas; lo contrario cura a los contrarios y lo similar a lo similar,
principios de la alopatía y la homeopatía; lo cual, unido a la hipótesis de la
composición elemental de los fármacos y a la teoría de los grados, más
tarde dotada incluso de un soporte matemático por Al Kindi (ca. 801-873),
parecía proveer a la farmacia, desde el mismo momento de su nacimiento -
en el Bagdag del siglo IX- de unas solidísimas raíces científicas.
Eso, que es una parte de la verdad, no es toda la verdad; de lo
contrario no resultarían tan extraños a los propios principios expuestos la
mayoría de los medicamentos empleados a lo largo de la Edad Moderna,
que denominaré mágicos.
Los medicamentos mágicos
Hay una serie de remedios farmacológicos, desarrollados a lo largo
de la Historia de la Humanidad, cuya esencia terapéutica y la explicación de
su empleo, han de buscarse en el mundo de la magia, las ilusiones, los
anhelos secretos o inconscientes, antes que en el de la racionalidad
científica.
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La Historia de la Farmacia más tradicional se ha ocupado mucho de
los medicamentos. Pese a ello, o los ha estudiado desde el punto de vista de
la evolución en la manera de prepararlos a lo largo de los tiempos, o los ha
tratado como antigüedades curiosas, o ha presupuesto un proceso
creciente e imparable de mejora en la racionalidad de su uso a partir de la
figura de Galeno (ca.130-200), el sanador mediante el cual se inauguró la
terapéutica científico-racional.
Se ha dado demasiada importancia a tres de sus aforismos, sobre los
cuales descansa el inicio de la racionalidad sanitaria primero, y la
formulación científica después, de la actividad profesional farmacéutica.
Son los siguientes: los dioses nunca son causa de enfermedad,
mediante el cual se desliga el hecho de enfermar de premisas mítico-
mágico-religiosas; lo contrario cura a los contrarios y lo similar a lo similar,
principios de la alopatía y la homeopatía; lo cual, unido a la hipótesis de la
composición elemental de los fármacos y a la teoría de los grados, más
tarde dotada incluso de un soporte matemático por Al Kindi (ca. 801-873),
parecía proveer a la farmacia, desde el mismo momento de su nacimiento -
en el Bagdag del siglo IX- de unas solidísimas raíces científicas.
Eso, que es una parte de la verdad, no es toda la verdad; de lo
contrario no resultarían tan extraños a los propios principios expuestos la
mayoría de los medicamentos empleados a lo largo de la Edad Moderna,
que denominaré mágicos.
Los medicamentos mágicos
Hay una serie de remedios farmacológicos, desarrollados a lo largo
de la Historia de la Humanidad, cuya esencia terapéutica y la explicación de
su empleo, han de buscarse en el mundo de la magia, las ilusiones, los
anhelos secretos o inconscientes, antes que en el de la racionalidad
científica.
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