Page 56 - Anales RADE vol I n 1
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El período comprendido entre 1785 y 1790 es el más denso en encargos al
ya acreditado arquitecto real Villanueva, que construye en la capital de España
para satisfacer los planes ilustrados los edificios siguientes: el denominado como
“Nuevo Rezado”, hoy Academia de la Historia, en el Barrio de las Letras, destinado
en principio a depósito de libros de la Orden Jerónima, que era una verdadera
editorial donde se hacían todos los devocionarios que se utilizaban en España y en
las Indias. El edificio es severo en sus formas, sin la más leve licencia ornamental,
pero serio y funcional teniendo en cuenta su destino. En él repitió Villanueva la
fórmula de combinar la piedra con el ladrillo que Sabatini había empleado en el
Ministerio de Hacienda de la calle de Alcalá, y él mismo en la Casita del Príncipe de
El Pardo y en el Museo del Prado.
En el Oratorio de Caballero de Gracia, en el Pabellón que lleva su nombre
dentro del Jardín Botánico y sobre todo en el Observatorio Astronómico (Figura
29) empleó Villanueva con profusión las columnas exentas de órdenes clásicos que
iban a terminar siendo las más conspicuas señas de identidad de la arquitectura
neoclásica. Siempre las manejó Villanueva desde los tiempos jóvenes de la Capilla
Palafox, con exquisita fidelidad a los cánones antiguos, que son la única y cierta
garantía de cómo conseguir la belleza. Su utilización, que también llevó por
ejemplo a la Galería de Columnas que hizo para el Ayuntamiento de Madrid (Plaza
de la Villa) eran como el distintivo monumental para la exaltación de los ideales
ilustrados que promovían las autoridades de la época.
Figura 29. Observatorio Astronómico de Madrid, de Juan de Villanueva.
Juan Gómez y González de la Buelga|56
ya acreditado arquitecto real Villanueva, que construye en la capital de España
para satisfacer los planes ilustrados los edificios siguientes: el denominado como
“Nuevo Rezado”, hoy Academia de la Historia, en el Barrio de las Letras, destinado
en principio a depósito de libros de la Orden Jerónima, que era una verdadera
editorial donde se hacían todos los devocionarios que se utilizaban en España y en
las Indias. El edificio es severo en sus formas, sin la más leve licencia ornamental,
pero serio y funcional teniendo en cuenta su destino. En él repitió Villanueva la
fórmula de combinar la piedra con el ladrillo que Sabatini había empleado en el
Ministerio de Hacienda de la calle de Alcalá, y él mismo en la Casita del Príncipe de
El Pardo y en el Museo del Prado.
En el Oratorio de Caballero de Gracia, en el Pabellón que lleva su nombre
dentro del Jardín Botánico y sobre todo en el Observatorio Astronómico (Figura
29) empleó Villanueva con profusión las columnas exentas de órdenes clásicos que
iban a terminar siendo las más conspicuas señas de identidad de la arquitectura
neoclásica. Siempre las manejó Villanueva desde los tiempos jóvenes de la Capilla
Palafox, con exquisita fidelidad a los cánones antiguos, que son la única y cierta
garantía de cómo conseguir la belleza. Su utilización, que también llevó por
ejemplo a la Galería de Columnas que hizo para el Ayuntamiento de Madrid (Plaza
de la Villa) eran como el distintivo monumental para la exaltación de los ideales
ilustrados que promovían las autoridades de la época.
Figura 29. Observatorio Astronómico de Madrid, de Juan de Villanueva.
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