Page 113 - REAL ACADEMIA DE DOCTORES DE ESPAÑA
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Figura 43. Posición del sistema solar en la Vía Láctea. Ese diminuto punto es nuestro hogar. NASA.
Dominio público.
Otro hecho, el bello planeta Saturno, el segundo más grande de nuestro
sistema solar, creció solamente un poco menos que Júpiter. Si hubiese tenido la
masa de Júpiter, los dos planetas en su conjunto hubiesen atraído a los demás
planetas, debido a sus potentes gravedades, y la Tierra podría haber adquirido una
órbita errática o incluso haber sido destruida. Aterradora posibilidad, que
afortunadamente o intencionadamente, no se produjo.
El planeta Júpiter está también a la distancia adecuada para no interferir en
la órbita terrestre, pero es lo suficientemente grande como para actuar de escudo
protector de la Tierra y evitar las posibles colisiones de cometas y asteroides. Es
cierto, que a pesar de la presencia de Júpiter, ha habido colisiones catastróficas de
asteroides en el pasado con la Tierra, pero ¿para qué han servido?
Por lo que sabemos, para que desaparecieran especies dominantes, como
los dinosaurios y pudiera con el tiempo y la evolución aparecer el ser humano y,
desde entonces, no ha habido ninguna más. No hay duda de que algún asteroide se
situará, en un futuro, en órbita de colisión con nuestro planeta. De hecho, la NASA
Capítulo 12: La oportunidad en la construcción de la vida: ¿azar o propósito?|113
Dominio público.
Otro hecho, el bello planeta Saturno, el segundo más grande de nuestro
sistema solar, creció solamente un poco menos que Júpiter. Si hubiese tenido la
masa de Júpiter, los dos planetas en su conjunto hubiesen atraído a los demás
planetas, debido a sus potentes gravedades, y la Tierra podría haber adquirido una
órbita errática o incluso haber sido destruida. Aterradora posibilidad, que
afortunadamente o intencionadamente, no se produjo.
El planeta Júpiter está también a la distancia adecuada para no interferir en
la órbita terrestre, pero es lo suficientemente grande como para actuar de escudo
protector de la Tierra y evitar las posibles colisiones de cometas y asteroides. Es
cierto, que a pesar de la presencia de Júpiter, ha habido colisiones catastróficas de
asteroides en el pasado con la Tierra, pero ¿para qué han servido?
Por lo que sabemos, para que desaparecieran especies dominantes, como
los dinosaurios y pudiera con el tiempo y la evolución aparecer el ser humano y,
desde entonces, no ha habido ninguna más. No hay duda de que algún asteroide se
situará, en un futuro, en órbita de colisión con nuestro planeta. De hecho, la NASA
Capítulo 12: La oportunidad en la construcción de la vida: ¿azar o propósito?|113