Page 38 - Medicamentos fantásticos
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No es posible encontrar una anécdota que instruya mejor la forma
de pensar de la mayoría.
Astrología y plantas durante el Renacimiento
Durante esta época, los conocimientos sobre astrología se sintetizan
y difunden gracias, sobre todo, a la obra de Marsilio Ficino y Enrique
Cornelio Agripa.
En ellas se contienen de manera muy sencilla, aunque con una
apariencia compleja y no pocas contradicciones, todas las claves, teóricas y
prácticas, necesarias para el empleo de los materiales de los tres reinos
tradicionales, en la lucha contra la enfermedad y en la preparación de
remedios.
El buen boticario, se vería precisado a ser estrellero, es decir, a
conocer los rudimentos de la astrología, de la medicina astrológica, de la
alquimia y de la magia, además de las normas de la buena confección de
medicamentos, contenidas en los cánones de Mesué o de Arnaldo. Su saber,
día a día, se hacía más universal, más especializado y más hermético.
Evidentemente, también se ampliaban las causas mediante las
cuales se les podía acusar de falta de pericia, de ignorancia o de la
ineficacia de los remedios.
En definitiva, se ampliaban las posibilidades teóricas de curación,
las coartadas para explicar sus fallos y se ahondaba en un camino
esforzado y sin una meta clara.
Ficino y las estrellas mayores
Los terapeutas en general y los boticarios en particular, tenían
conciencia de la importancia de los astros en la recogida de los simples
medicinales y en la preparación de los compuestos, pero sus conocimientos
no eran demasiado evidentes.
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de pensar de la mayoría.
Astrología y plantas durante el Renacimiento
Durante esta época, los conocimientos sobre astrología se sintetizan
y difunden gracias, sobre todo, a la obra de Marsilio Ficino y Enrique
Cornelio Agripa.
En ellas se contienen de manera muy sencilla, aunque con una
apariencia compleja y no pocas contradicciones, todas las claves, teóricas y
prácticas, necesarias para el empleo de los materiales de los tres reinos
tradicionales, en la lucha contra la enfermedad y en la preparación de
remedios.
El buen boticario, se vería precisado a ser estrellero, es decir, a
conocer los rudimentos de la astrología, de la medicina astrológica, de la
alquimia y de la magia, además de las normas de la buena confección de
medicamentos, contenidas en los cánones de Mesué o de Arnaldo. Su saber,
día a día, se hacía más universal, más especializado y más hermético.
Evidentemente, también se ampliaban las causas mediante las
cuales se les podía acusar de falta de pericia, de ignorancia o de la
ineficacia de los remedios.
En definitiva, se ampliaban las posibilidades teóricas de curación,
las coartadas para explicar sus fallos y se ahondaba en un camino
esforzado y sin una meta clara.
Ficino y las estrellas mayores
Los terapeutas en general y los boticarios en particular, tenían
conciencia de la importancia de los astros en la recogida de los simples
medicinales y en la preparación de los compuestos, pero sus conocimientos
no eran demasiado evidentes.
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