Page 9 - REAL ACADEMIA DE DOCTORES DE ESPAÑA
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El libro, en su primera parte acerca del Universo y del Sistema Solar, puede
considerarse como un tratado de Cosmoquímica, o si se quiere de Cosmología
química, de cómo han ido surgiendo en el Universo los elementos químicos,
exponiendo de manera sencilla la evolución primitiva del Universo con la
descripción de la nucleogénesis y la nucleosíntesis hasta la constitución propia de
los primeros elementos originados -algunos isótopos de hidrógeno, helio y quizás
litio- sin necesidad de intermediación por las nacidas posteriormente estrellas,
tras cuyos procesos vitales se generaron los restantes elementos más complejos.
Se explica así de forma instructiva la constitución cósmica de la materia ordinaria.
En este marco de ideas primordiales nos es familiar recordar el contexto
cosmológico que, en expresiones filosóficas, explican en tres líneas maestras la
historia del Universo.
Primera línea de reflexión cosmológica. Todo lo que 'existe', toda realidad
(física, real), se ha presentado en su origen como emergencia. El Universo, en tanto
que la Realidad -total, con mayúscula-, en lenguaje científico actual, por medio del
Big Bang, se origina mediante una gran explosión de un 'átomo primordial', como
escribió en 1927 Georges Lemaître (1894-1966), uno de los relevantes astrofísicos
pioneros del descubrimiento de la expansión del Universo en consonancia con las
teorías de la relatividad de Albert Einstein (1879-1955). Asimismo toda realidad -
ahora con minúscula-, por ejemplo cada uno de los elementos químicos, ha
emergido en la dilatada historia del Universo. La forma, y naturaleza, emergente
constituye propiamente la respuesta filosófica actual al problema de la existencia.
Segunda línea de reflexión cosmológica. Todo lo que 'existe' tiene
naturaleza estructural, es una estructura; es decir, con otras palabras, no existe
nada simple, homogéneo, nada propiamente 'elemental'; todo se presenta como
estructura. Así, por ejemplo, el Universo es tempóreo, es espacioso, es matérico y
es dinámico, según unas determinadas leyes. Y de esta manera, también por
ejemplo, los elementos químicos, los átomos, están constituidos por protones,
neutrones y electrones, y gobernados por leyes -o fuerzas- que rigen su
constitución y determinan sus propiedades.
Y tercera línea de reflexión cosmológica. Toda realidad es dinámica,
intrínsecamente dinámica, todo "de suyo da de sí", en lúcida expresión del filósofo
Prólogo|9
considerarse como un tratado de Cosmoquímica, o si se quiere de Cosmología
química, de cómo han ido surgiendo en el Universo los elementos químicos,
exponiendo de manera sencilla la evolución primitiva del Universo con la
descripción de la nucleogénesis y la nucleosíntesis hasta la constitución propia de
los primeros elementos originados -algunos isótopos de hidrógeno, helio y quizás
litio- sin necesidad de intermediación por las nacidas posteriormente estrellas,
tras cuyos procesos vitales se generaron los restantes elementos más complejos.
Se explica así de forma instructiva la constitución cósmica de la materia ordinaria.
En este marco de ideas primordiales nos es familiar recordar el contexto
cosmológico que, en expresiones filosóficas, explican en tres líneas maestras la
historia del Universo.
Primera línea de reflexión cosmológica. Todo lo que 'existe', toda realidad
(física, real), se ha presentado en su origen como emergencia. El Universo, en tanto
que la Realidad -total, con mayúscula-, en lenguaje científico actual, por medio del
Big Bang, se origina mediante una gran explosión de un 'átomo primordial', como
escribió en 1927 Georges Lemaître (1894-1966), uno de los relevantes astrofísicos
pioneros del descubrimiento de la expansión del Universo en consonancia con las
teorías de la relatividad de Albert Einstein (1879-1955). Asimismo toda realidad -
ahora con minúscula-, por ejemplo cada uno de los elementos químicos, ha
emergido en la dilatada historia del Universo. La forma, y naturaleza, emergente
constituye propiamente la respuesta filosófica actual al problema de la existencia.
Segunda línea de reflexión cosmológica. Todo lo que 'existe' tiene
naturaleza estructural, es una estructura; es decir, con otras palabras, no existe
nada simple, homogéneo, nada propiamente 'elemental'; todo se presenta como
estructura. Así, por ejemplo, el Universo es tempóreo, es espacioso, es matérico y
es dinámico, según unas determinadas leyes. Y de esta manera, también por
ejemplo, los elementos químicos, los átomos, están constituidos por protones,
neutrones y electrones, y gobernados por leyes -o fuerzas- que rigen su
constitución y determinan sus propiedades.
Y tercera línea de reflexión cosmológica. Toda realidad es dinámica,
intrínsecamente dinámica, todo "de suyo da de sí", en lúcida expresión del filósofo
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