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frente a uno”, que ocurrió hace unos 3.800 millones de años. Entonces, en vez de
anularse las fuerzas gravitatorias de ambos planetas tomaron la misma dirección,
lo que provocó que crecieran sus órbitas hasta donde se encuentran hoy, lo que
también afectó a otros planetas. Urano y Neptuno no pudieron soportarlo, sus
órbitas empezaron a cruzarse y también giraron entre Júpiter y Saturno y
probablemente cambiaron de lugar, expulsando cientos de miles de asteroides
fuera de sus órbitas, lo que produjo un bombardeo de meteoritos, esencialmente
hacia la Tierra y Marte, clave en el desarrollo de la vida en nuestro planeta.

Nuestro planeta, nació como los demás. Hace unos 4.500 millones de años
no había ni rastro de él, solo se podía ver una estrella naciente, nuestro sol,
rodeado de una gran cantidad de polvo. Poco después, nace la Tierra como una
bola de fuego infernal, con temperaturas de unos 1.200 K (figura 25). No había
aire, solo CO2, nitrógeno y vapor de agua. Era un ambiente muy caliente y muy
tóxico, imposible para la vida. La Tierra era una bola hirviente de roca líquida, sin
superficie sólida, solo había un único océano de lava.



Figura 25. Representación artística de la Tierra bola de fuego. Documental “La formación de la
Tierra” de National Geograhic. Recorte de imagen del vídeo para uso educativo.

Entonces, fue cuando otro joven planeta, del tamaño de Marte, llamado Tea
o Theia (figura 26), a una velocidad superior a la de una bala, colisionó con la

70|Capítulo 9: La formación del Sistema Solar
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