Page 155 - Balneario Villa de Olmedo
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importante
considerar
este
aspecto,
de
tal
forma
que
la
técnica
ha
de
estar
acomodada
a
la
situación
del
paciente,
al
proceso
a
tratar
y
a
la
respuesta
individual.
La
prescripción
ha
de
ser
siempre
individualizada
incluso
en
las
técnicas
combinadas
como
baños
con
hidromasaje
o
con
burbujas.
Las
aplicaciones
de
baños
generales
se
pueden
hacer
en
bañera
individual
o
en
piscina.
Cuando
son
individuales
en
bañera,
los
efectos
predominantes
son
los
derivados
de
la
composición
química
del
agua,
añadidos
a
los
térmicos.
Si
se
realizan
a
temperatura
cercana
a
la
indiferencia
(35-‐37ºC)
o
ligeramente
superior
se
obtienen
como
principales
efectos,
analgesia,
vasodilatación
periférica
con
la
consiguiente
activación
de
la
circulación,
relajación
de
la
musculatura
y
mejoría
del
trofismo
celular.
Se
comportan
como
sedantes
del
sistema
nervioso
por
atenuar
o
abolir
la
sensibilidad
de
los
receptores
periféricos,
con
la
consiguiente
repercusión
sobre
los
centros
moduladores
del
dolor
y
liberadores
de
sustancias
endorfínicas.
Las
aplicaciones
de
baños
generales
y
duchas
locales
con
aguas
cloruradas
pueden
mejorar
la
irrigación
y
el
trofismo
de
la
piel
y
podrían
ser
útiles
en
eccemas,
psoriasis,
acné
y
también
en
secuelas
de
quemaduras,
cicatrices
hipertróficas,
etc.
Si
la
inmersión
se
hace
en
tanques
o
piscinas
los
efectos
mas
destacados
son
los
derivados
de
factores
físicos,
térmicos
y
mecánicos,
hidrostáticos
e
hidrodinámicos
que
condicionan
la
facilitación
o
la
dificultad
del
movimiento
dentro
del
agua.
La
balneocinesiterapia
o
terapia
por
el
movimiento
dentro
del
agua
constituye
una
de
las
técnicas
más
sofisticas,
más
eficaces
y
de
primer
orden
en
la
recuperación
funcional
de
procesos
de
aparato
locomotor.
No
nos
detendremos
en
exponer
los
aspectos
relacionados
con
cada
uno
de
los
factores
actuantes
en
la
balneocinesiterapia,
que
han
sido
expuestas
en
otras
publicaciones
anteriores
y
a
las
que
les
remito,
(17,18).
En
general
la
hidrocinesiterapia
es
bien
tolerada,
pero
sí
quiero
llamar
la
atención
sobre
la
necesidad
de
una
estrecha
vigilancia
de
las
personas
sometidas
a
estos
tratamientos
por
su
repercusión
en
la
situación
cardiorespiratoria
del
usuario.
Por
la
acción
directa
de
la
presión
hidrostática,
que
produce
compresión
sobre
el
sistema
venoso,
las
cavidades
corporales
y
el
diafragma,
se
facilita
la
circulación
de
retorno
y
obliga
a
una
mayor
actividad
cardíaca;
estas
acciones
son
más
acusadas
si
el
individuo
está
en
posición
de
pie
en
la
piscina.
Esta
situación
es
de
gran
utilidad
en
las
personas
con
pequeñas
varices
y
es
fácilmente
superada
en
personas
normales,
pero
en
personas
mayores
con
grandes
dilataciones
varicosas
o
con
un
corazón
insuficiente,
pacientes
con
enfermedad
respiratoria
o
cardíaca,
puede
ser
causa
de
disnea
y
opresión
en
los
baños
e
incluso
provocar
un
fallo
cardíaco.
(19,20,21)
J
San
Martín|153
considerar
este
aspecto,
de
tal
forma
que
la
técnica
ha
de
estar
acomodada
a
la
situación
del
paciente,
al
proceso
a
tratar
y
a
la
respuesta
individual.
La
prescripción
ha
de
ser
siempre
individualizada
incluso
en
las
técnicas
combinadas
como
baños
con
hidromasaje
o
con
burbujas.
Las
aplicaciones
de
baños
generales
se
pueden
hacer
en
bañera
individual
o
en
piscina.
Cuando
son
individuales
en
bañera,
los
efectos
predominantes
son
los
derivados
de
la
composición
química
del
agua,
añadidos
a
los
térmicos.
Si
se
realizan
a
temperatura
cercana
a
la
indiferencia
(35-‐37ºC)
o
ligeramente
superior
se
obtienen
como
principales
efectos,
analgesia,
vasodilatación
periférica
con
la
consiguiente
activación
de
la
circulación,
relajación
de
la
musculatura
y
mejoría
del
trofismo
celular.
Se
comportan
como
sedantes
del
sistema
nervioso
por
atenuar
o
abolir
la
sensibilidad
de
los
receptores
periféricos,
con
la
consiguiente
repercusión
sobre
los
centros
moduladores
del
dolor
y
liberadores
de
sustancias
endorfínicas.
Las
aplicaciones
de
baños
generales
y
duchas
locales
con
aguas
cloruradas
pueden
mejorar
la
irrigación
y
el
trofismo
de
la
piel
y
podrían
ser
útiles
en
eccemas,
psoriasis,
acné
y
también
en
secuelas
de
quemaduras,
cicatrices
hipertróficas,
etc.
Si
la
inmersión
se
hace
en
tanques
o
piscinas
los
efectos
mas
destacados
son
los
derivados
de
factores
físicos,
térmicos
y
mecánicos,
hidrostáticos
e
hidrodinámicos
que
condicionan
la
facilitación
o
la
dificultad
del
movimiento
dentro
del
agua.
La
balneocinesiterapia
o
terapia
por
el
movimiento
dentro
del
agua
constituye
una
de
las
técnicas
más
sofisticas,
más
eficaces
y
de
primer
orden
en
la
recuperación
funcional
de
procesos
de
aparato
locomotor.
No
nos
detendremos
en
exponer
los
aspectos
relacionados
con
cada
uno
de
los
factores
actuantes
en
la
balneocinesiterapia,
que
han
sido
expuestas
en
otras
publicaciones
anteriores
y
a
las
que
les
remito,
(17,18).
En
general
la
hidrocinesiterapia
es
bien
tolerada,
pero
sí
quiero
llamar
la
atención
sobre
la
necesidad
de
una
estrecha
vigilancia
de
las
personas
sometidas
a
estos
tratamientos
por
su
repercusión
en
la
situación
cardiorespiratoria
del
usuario.
Por
la
acción
directa
de
la
presión
hidrostática,
que
produce
compresión
sobre
el
sistema
venoso,
las
cavidades
corporales
y
el
diafragma,
se
facilita
la
circulación
de
retorno
y
obliga
a
una
mayor
actividad
cardíaca;
estas
acciones
son
más
acusadas
si
el
individuo
está
en
posición
de
pie
en
la
piscina.
Esta
situación
es
de
gran
utilidad
en
las
personas
con
pequeñas
varices
y
es
fácilmente
superada
en
personas
normales,
pero
en
personas
mayores
con
grandes
dilataciones
varicosas
o
con
un
corazón
insuficiente,
pacientes
con
enfermedad
respiratoria
o
cardíaca,
puede
ser
causa
de
disnea
y
opresión
en
los
baños
e
incluso
provocar
un
fallo
cardíaco.
(19,20,21)
J
San
Martín|153