Page 22 - Balneario Villa de Olmedo
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advocación
del
monasterio
que
estuvo
habitado
por
monjes
jerónimos.
Con
el
tiempo,
tras
la
Desamortización
de
Mendizábal
sufrió
una
gran
degradación
(10).
Hoy
día
sus
ruinas
son
propiedad
de
una
empresa
vinícola
mientras
que
su
sillería
gótica
del
siglo
XV
se
conserva
en
la
iglesia
de
Santa
María
del
Castillo
así
como
un
relicario
del
siglo
XVI,
que
fue
donado
por
Felipe
II,
y
que
consta
de
49
bustos
teniendo,
en
el
interior
de
cada
uno
una
reliquia.
2.2.3.1.
El
Monasterio
Sancti
Spiritus
de
Olmedo
Dado
que
el
Balneario
de
la
Villa
de
Olmedo
se
ha
levantado
sobre
las
ruinas
de
este
Monasterio,
es
obligado
que
dediquemos
un
apartado
sólo
a
él
y
a
poner
de
manifiesto
la
labor
de
restauración
de
sus
elementos
arquitectónicos
que
ha
llevado
a
cabo
la
propiedad
balnearia,
con
sensibilidad
y
responsabilidad,
al
objeto
de
preservar
su
rico
Patrimonio
Histórico.
La
presencia
cisterciense
en
tierras
hispánicas
data
de
la
primera
mitad
del
siglo
XII
pero
las
fundaciones
cistercienses
femeninas
se
iniciaron
más
tarde.
El
ambiente
religioso
en
la
península
favoreció
la
instauración
de
la
Orden
del
Cister,
que
alcanzó
un
gran
prestigio
con
el
establecimiento
de
numerosos
monasterios
gracias
a
las
donaciones
y
privilegios
concedidos
por
monarcas,
nobles
y
campesinos.
Los
donantes,
además
de
realizar
actos
de
caridad
cristiana,
garantizaban
que
los
religiosos
dirigieran
sus
rezos
para
la
salvación
de
sus
almas
(11)
pero
desde
mediados
del
siglo
XIII
el
ambiente
espiritual
decayó
y
descendieron
las
donaciones,
situación
que
se
agudizó
en
los
siglos
XIV
y
XV
provocando
una
crisis
generalizada
que
llegó
a
afectar
al
estado
moral
del
Cister
por
lo
que
se
impuso
reformar
la
Orden
en
los
reinos
castellanos
leoneses.
En
1604
se
aprobaron
las
Constituciones
de
las
Monjas
Recoletas
Bernardas
concretándose
en
ellas
la
forma
y
modo
de
vivir
en
clausura
siendo
sus
principales
dedicaciones:
la
oración
que
"es
el
agua
con
que
riega
Dios
el
vergel
de
las
virtudes",
el
ayuno
a
seguir
los
miércoles,
viernes
y
sábados;
los
demás
días
se
debían
comer
manjares
cuaresmales
"y
nunca
coman
carne",
salvo
las
enfermas.
En
cuanto
al
vestido,
la
cama
y
la
celda
por
el
voto
de
pobreza
"que
en
todo
seamos
pobres",
de
modo
que
el
habito
tenía
que
ser
confeccionado
por
las
propias
monjas:
de
sayal
blanco,
velo
negro
y
zapatos
o
alpargatas
cerradas;
la
cama
de
madera
con
jergón
de
paja,
almohada
y
sábanas
de
estameña
salvo
para
las
enfermas
que
dispondrían
de
colchones
y
sábanas
de
lienzo.
Y
si
alguna
monja
poseía
rentas,
serían
aplicadas
a
la
"Enfermería
o
Sacristía,
ó
común
del
Monasterio".
Debían
vivir
del
trabajo
y
labor
de
manos
por
lo
que
se
dedicaban
a
hacer
labores
"de
aguja
e
hilar...para
el
sustento
de
sus
hermanas".
En
estos
monasterios
se
limitaba
a
24
el
número
de
monjas,
a
3
el
número
de
freilas
y
las
novicias
a
muy
pocas
(12).
Así
pues
las
monjas
del
Monasterio
Sancti
Spiritus
de
Olmedo
seguían
la
Regla
Benedictina,
es
decir,
llevaban
una
vida
2
0|
El
balneario:
historia
y
generalidades
del
monasterio
que
estuvo
habitado
por
monjes
jerónimos.
Con
el
tiempo,
tras
la
Desamortización
de
Mendizábal
sufrió
una
gran
degradación
(10).
Hoy
día
sus
ruinas
son
propiedad
de
una
empresa
vinícola
mientras
que
su
sillería
gótica
del
siglo
XV
se
conserva
en
la
iglesia
de
Santa
María
del
Castillo
así
como
un
relicario
del
siglo
XVI,
que
fue
donado
por
Felipe
II,
y
que
consta
de
49
bustos
teniendo,
en
el
interior
de
cada
uno
una
reliquia.
2.2.3.1.
El
Monasterio
Sancti
Spiritus
de
Olmedo
Dado
que
el
Balneario
de
la
Villa
de
Olmedo
se
ha
levantado
sobre
las
ruinas
de
este
Monasterio,
es
obligado
que
dediquemos
un
apartado
sólo
a
él
y
a
poner
de
manifiesto
la
labor
de
restauración
de
sus
elementos
arquitectónicos
que
ha
llevado
a
cabo
la
propiedad
balnearia,
con
sensibilidad
y
responsabilidad,
al
objeto
de
preservar
su
rico
Patrimonio
Histórico.
La
presencia
cisterciense
en
tierras
hispánicas
data
de
la
primera
mitad
del
siglo
XII
pero
las
fundaciones
cistercienses
femeninas
se
iniciaron
más
tarde.
El
ambiente
religioso
en
la
península
favoreció
la
instauración
de
la
Orden
del
Cister,
que
alcanzó
un
gran
prestigio
con
el
establecimiento
de
numerosos
monasterios
gracias
a
las
donaciones
y
privilegios
concedidos
por
monarcas,
nobles
y
campesinos.
Los
donantes,
además
de
realizar
actos
de
caridad
cristiana,
garantizaban
que
los
religiosos
dirigieran
sus
rezos
para
la
salvación
de
sus
almas
(11)
pero
desde
mediados
del
siglo
XIII
el
ambiente
espiritual
decayó
y
descendieron
las
donaciones,
situación
que
se
agudizó
en
los
siglos
XIV
y
XV
provocando
una
crisis
generalizada
que
llegó
a
afectar
al
estado
moral
del
Cister
por
lo
que
se
impuso
reformar
la
Orden
en
los
reinos
castellanos
leoneses.
En
1604
se
aprobaron
las
Constituciones
de
las
Monjas
Recoletas
Bernardas
concretándose
en
ellas
la
forma
y
modo
de
vivir
en
clausura
siendo
sus
principales
dedicaciones:
la
oración
que
"es
el
agua
con
que
riega
Dios
el
vergel
de
las
virtudes",
el
ayuno
a
seguir
los
miércoles,
viernes
y
sábados;
los
demás
días
se
debían
comer
manjares
cuaresmales
"y
nunca
coman
carne",
salvo
las
enfermas.
En
cuanto
al
vestido,
la
cama
y
la
celda
por
el
voto
de
pobreza
"que
en
todo
seamos
pobres",
de
modo
que
el
habito
tenía
que
ser
confeccionado
por
las
propias
monjas:
de
sayal
blanco,
velo
negro
y
zapatos
o
alpargatas
cerradas;
la
cama
de
madera
con
jergón
de
paja,
almohada
y
sábanas
de
estameña
salvo
para
las
enfermas
que
dispondrían
de
colchones
y
sábanas
de
lienzo.
Y
si
alguna
monja
poseía
rentas,
serían
aplicadas
a
la
"Enfermería
o
Sacristía,
ó
común
del
Monasterio".
Debían
vivir
del
trabajo
y
labor
de
manos
por
lo
que
se
dedicaban
a
hacer
labores
"de
aguja
e
hilar...para
el
sustento
de
sus
hermanas".
En
estos
monasterios
se
limitaba
a
24
el
número
de
monjas,
a
3
el
número
de
freilas
y
las
novicias
a
muy
pocas
(12).
Así
pues
las
monjas
del
Monasterio
Sancti
Spiritus
de
Olmedo
seguían
la
Regla
Benedictina,
es
decir,
llevaban
una
vida
2
0|
El
balneario:
historia
y
generalidades