REVISIîN

Perfiles de pacientes diabŽticos que sufren reacciones adversas a medicamentos. Identificaci—n y caracterizaci—n a travŽs de miner’a de datos

Mar’a Isabel JimŽnez Serran’a1*, Ramona Mateos1

1Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pœblica. Facultad de Farmacia. Universidad de Salamanca. Campus Miguel de Unamuno s/n.; 37007 Salamanca

*e-mail: mabel.j.serrania@gmail.com


                                                                                                           An. Real Acad. Farm. Vol. 80, N¼ 2 (2014), pag. 274-321.

Premio CINFA del Concurso Cient’fico 2013 de la Real Academia Nacional de  Farmacia

resumen

El an‡lisis estad’stico tradicional de las notificaciones de reacciones adversas a medicamentos en pacientes diabŽticos ha sido complejo y escaso. Las tŽcnicas de miner’a de datos –modelo de red de enlaces, modelo de redes de Kohonen- permiten identificar perfiles de pacientes diabŽticos tratados con f‡rmacos que sufren reacciones adversas. Son perfiles caracter’sticos los trastornos del metabolismo graves no mortales por insulina glargina en mujeres en Catalu–a; y los trastornos gastrointestinales no graves por metformina en mujeres de 65-74 a–os en Arag—n. Los pacientes en tratamiento con tres o m‡s agentes orales presentan mayor riesgo de sufrir una reacci—n adversa.

Palabras clave: Reacci—n adversa a medicamento; diabetes; miner’a de datos.

abstract

Profiles of diabetic patients who suffer adverse drug reactions. Identification and characterization through data mining.

The traditional statistical analysis of notifications of adverse drug reactions in diabetic patients was complex and sparse. The data mining techniques –web graph and Kohonen networks model- allow us to identify drug-treated diabetic patients who suffer adverse reactions. Nonfatal severe metabolic disorders due to insulin glargine in women in Catalonia, and non-serious gastrointestinal metformin disorders in women between 65 and 74 years in Aragon are two characteristics profiles. Patients treated with three or more oral agents are at increased risk of suffering an adverse reaction.

Keywords: Adverse drug reaction, diabetes, data mining.

1. aNTecedentes

Las fuentes de datos en farmacovigilancia se generan a partir de estudios espec’ficos sobre una poblaci—n expuesta, de las historias cl’nicas o de los sistemas estables de recogida de reacciones adversas (RAs). Estos œltimos aglutinan mayor nœmero de reacciones y son de gran utilidad para estudiar los problemas de seguridad de los medicamentos, siendo el Sistema de Notificaci—n Espont‡nea de Reacciones Adversas a Medicamentos (RAM) el m‡s extendido internacionalmente (1). Las sospechas de RAM son notificadas por los profesionales sanitarios a los Centros Regionales de Farmacovigilancia donde se codifican y evalœan (2).

A partir de las notificaciones espont‡neas se generan alertas sobre una posible relaci—n causal entre la administraci—n de un f‡rmaco y la aparici—n de un determinado acontecimiento adverso, normalmente desconocido o poco documentado (3). Estas alertas son el origen de las hip—tesis sobre las que se pueden realizar estudios de farmacovigilancia tales como ensayos cl’nicos u otros estudios epidemiol—gicos espec’ficos (2, 4).

A pesar de ello, los estudios sobre notificaciones espont‡neas son escasos para algunos grupos de f‡rmacos muy utilizados, como es el caso de los antidiabŽticos (5). Sus efectos adversos conocidos aparecen recogidos en la literatura (ver Tabla 1), mientras que otros van apareciendo por nuevas inclusiones o combinaciones.

Existen caracter’sticas conocidas en el perfil de pacientes diabŽticos tales como el grupo de edad m‡s numeroso –entre 70 y 80 a–os- (6), las proporciones de pacientes diabŽticos mayores de 80 a–os -24,2%- y de 40 o menos a–os -3,5%- (7) o el porcentaje de mujeres diabŽticas -52%- (6). A travŽs de notificaci—n espont‡nea, tambiŽn se conocen detalles sobre los pacientes que sufren RAM, como que las mujeres presentan con frecuencia m‡s RAM que los hombres (57% vs. 41%) (8), o que Galicia presenta el mayor nœmero de notificaciones en 2005 y Cantabria en 2009 (9). En cambio, no se dispone de perfiles definidos de pacientes diabŽticos que sufren RAM.

Para identificar estos perfiles a partir de los registros de sospechas de RAs, los mŽtodos estad’sticos tradicionales no son suficientes. Hay que recurrir a las tŽcnicas de miner’a de datos (Ôdata miningÕ) para manejar de forma eficiente el volumen de informaci—n disponible en cada caso (10).


Tabla 1a.- Efectos adversos de los f‡rmacos antidiabŽticos presentes en la terapŽutica 2000-2008.

EFECTOS ADVERSOS

INS

BI

SU

I-αG

Alteraciones gastrointestinales

(n‡useas, v—mitos, diarrea, dolor abdominal)

-

x

diarrea dosis dependiente, acidez, sabor met‡lico, pŽrdida de apetito

x

x

 flatulencia

dosis, dieta y tiempo dependientes; tolerancia

Hipoglucemia

Leve: todas

Graves: inhalada>humana r‡pida>an‡logos r‡pida

-

glibenclamida, clorpropamida>

glimepirida>gliclazida

terapia combinada

SNC

ÉÉ.-ÉÉ.

cefaleas

x

x

Aumento de peso

NPH > detemir

ÉÉ.-ÉÉ.

x

ÉÉ.-ÉÉ.

Hepatotoxicidad

-

-

Alteraci—n pruebas hep‡ticas

x

Alteraciones del sistema inmunol—gico

-

-

Neumonitis

Infecciones urinarias y respiratorias

Alteraciones en el lugar de administraci—n y reacciones cut‡neas

Lipohipertrofia localizada, lipoatrofia. Hipersensibilidad. An‡logos lenta>humana lenta

-

Rash cut‡neo, pœrpura, prurito, dermatitis exfoliativa, eritema nodoso, fotosensibilidad.

-

Edema

(insul’nico)

-

ÉÉ.-ÉÉ.

-

Hem‡ticas

-

Anemia,

reducci—n de absorci—n de ‡cido f—lico y vit. B12

Anemia hemol’tica, agranulocitosis, leucopenia, trombocitopenia

-

Cardiovasculares

-

-

-

-

Musculo-esquelŽticas

-

-

-

-

Visuales

-

-

-

-

Pancreatitis aguda

-

-

-

-

Espec’ficas de grupo

I.inhalada: tos irritativa remitente, disminuci—n progresiva de funci—n pulmonar, riesgo de c‡ncer de pulm—n en fumadores

Acidosis l‡ctica

Colestasis, hipotiroidismo subcl’nico transitorio.  Hiponatremia, efecto diurŽtico

-

Adaptado de (19-26). INS, insulina; BI, biguanidas; SU, sulfonilureas; I-αG, inhibidores de α-glucosidasas.

Tabla 1b.- Efectos adversos de los f‡rmacos antidiabŽticos presentes en la terapŽutica 2000-2008 (continuaci—n)

EFECTOS ADVERSOS

TZD

I-DPP4

GLIN

A-GLP1

Alteraciones gastrointestinales

(n‡useas, v—mitos, diarrea, dolor abdominal)

-

x

x

x

Hipoglucemia

raras ocasiones

-

repaglinida > nateglinida

-

SNC

-

cefaleas

---

cefaleas

Aumento de peso

ligero

-

(con repaglinida)

-

Hepatotoxicidad

x

-

Alteraci—n

pruebas hep‡ticas

-

Alteraciones del sistema inmunol—gico

 

Nasofaringitis, rinorrea

S’ndrome pseudogripal

x

Alteraciones en el lugar de administraci—n y reacciones cut‡neas

-

-

Reacciones de hipersensibilidad cut‡nea

-

Edema

Retenci—n hidrosalina

x

-

-

Hem‡ticas

Anemia dilucional leve

-

-

-

Cardiovasculares

Aumento del riesgo de insuficiencia cardiaca. Rosiglitazona: aumento del riesgo de infarto

-

S’ndrome coronario

-

Musculo-esquelŽticas

Fracturas —seas

en mujeres

Mialgias, artralgias

-

-

Visuales

(Pioglitazona: edema macular diabŽtico)

-

x

-

Pancreatitis aguda

-

x

-

x

Espec’ficas de grupo

Hiperlipidemia e hipotrigliceridemia

PŽrdida de peso

-

Reacci—n anafil‡ctica

Adaptado de (19-26). TZD, tiazolidindionas; I-DPP4, inhibidores de la dipeptidilpeptidasa 4; GLIN, Glinidas; A-GLP1, an‡logos de GLP-1.

2. objetivo

Identificar perfiles de pacientes diabŽticos que sufren reacciones adversas a medicamentos.

3. material y mŽtodo

3.1. Material

Todas aquellas notificaciones espont‡neas de sospechas de reacciones adversas donde est‡n registrados f‡rmacos antidiabŽticos para el periodo 2000-2008 en Espa–a. Segœn la clasificaci—n Anat—mica TerapŽutica Qu’mica -Anatomical Therapeutic Chemical Classification, ATC- (11), los principios activos de referencia pertenecen al Subgrupo TerapŽutico A10 ÔF‡rmacos usados en DiabetesÕ que incluye los subgrupos farmacol—gicos ÔA10A Insulinas y an‡logosÕ (Tabla 2) y  ÔA10B Agentes hipoglucemiantes orales, excluyendo insulinasÕ -AHOs- (Tabla 3).

Tabla 2.- A10A Insulinas y an‡logos. Principios activos y c—digo ATC.

C—digo ATC

Principio activo

A10AB01

I. regular

A10AB04

I. lispro

A10AB05

I. aspart

A10AB06

I. glulisina

A10AC01

I. NPH o isof‡nica

A10AC01

I. zinc 70%

A10AC04

I. lispro protamina

A10AC30

I. bovina+porcina zinc 70%

A10AD01

I. regular + NPH

A10AD04

I. lispro + lispro protamina

A10AD05

I. aspart + aspart protamina

A10AE01

I. zinc 90%

A10AE04

I. glargina

A10AE05

I. detemir

A10AF01

I. inhalada

Tabla 3.- A10B Agentes hipoglucemiantes, excluyendo insulinas (AHOs). Principios activos y c—digo ATC.

C—digo ATC

Principio activo

A10BA02

Metformina

A10BA03

Buformina

A10BB01

Glibenclamida

A10BB02

Clorpropamida

A10BB03

Tolbutamida

A10BB07

Glipizida

A10BB08

Gliquidona

A10BB09

Gliclazida

A10BB12

Glimepirida

A10BB00

Glisentida

A10BD03

Metformina y rosiglitazona

A10BD04

Glimepirida y rosiglitazona

A10BD05

Metformina y pioglitazona

A10BD07

Metformina y sitagliptina

A10BD08

Metformina y vildagliptina

A10BF01

Acarbosa

A10BF01

Miglitol

A10BG02

Rosiglitazona

A10BG03

Pioglitazona

A10BH01

Sitagliptina

A10BH02

Vildagliptina

A10BX01

Goma guar*

A10BX02

Repaglinida

A10BX03

Nateglinida

A10BX04

Exenatida

La base de datos FEDRA¨ 2.0 (Farmacovigilancia Espa–ola, Datos de Reacciones Adversas), perteneciente al Sistema Espa–ol de Farmacovigilancia de la Agencia Espa–ola del Medicamento, contiene la informaci—n sobre las RAs detectadas y notificadas por los profesionales sanitarios y por los laboratorios farmacŽuticos, tras el inicio de comercializaci—n de medicamentos y productos sanitarios (12).

El material se solicit— en forma de consulta abierta, previo permiso de la Agencia Espa–ola del Medicamento (13), y fue facilitado por el Instituto de Farmacoepidemiolog’a de la Universidad de Valladolid en archivos Excel.

Para el tratamiento de la informaci—n de sospechas de RAM, hemos respetado los ÔCriterios para la utilizaci—n de los datos de la Base de Datos FEDRA del Sistema Espa–ol de FarmacovigilanciaÕ -SEFV/1/CT- (14) y las ÔNormas para la correcta interpretaci—n y utilizaci—n de los datos del SEFVÕ -SEFV/2/CT- (15). A este respecto, hemos tenido en especial consideraci—n que, para cualquier notificaci—n, no hay certeza de que el f‡rmaco sospechoso haya causado la RA comunicada.

PROCESADO DE LA INFORMACIîN. La fecha de inicio de la reacci—n (campo obligatorio) es la referencia para la bœsqueda.

Cada caso queda identificado por la combinaci—n de las variables Ônœmero de notificaci—nÕ, Ôa–oÕ y ÔComunidad Aut—noma (CC.AA.)Õ (ya que hay casos donde coinciden los nœmeros de notificaci—n y Comunidad). Las operaciones m‡s relevantes realizadas en la base de datos, a efectos de interpretaci—n, han sido: i) codificar la variable continua ÔedadÕ en grupos acordes con los establecidos en la Encuesta Nacional de Salud (ENSE) (16), ii) definir el 5¼ nivel del c—digo ATC para cada principio activo o producto notificado -3.929 entradas- segœn la especialidad farmacŽutica registrada, y iii) codificar las RAs y las indicaciones terapŽuticas de los medicamentos asociados a dichas reacciones segœn la terminolog’a del diccionario MedDRA (Medical Dictionary for Regulatory Activities)(17, 18). FEDRA¨ 2.0 emplea la versi—n en espa–ol del diccionario MedDRA (5). Su traducci—n incluye –manteniendo el orden jer‡rquico- los tŽrminos de bajo nivel (Low Level Term, LltRAM) para la indicaci—n terapŽutica; y los tŽrminos preferentes (Preferred Term, PtRAM), los tŽrminos de alto nivel (High Level Term, HltRAM), y el —rgano o sistema correspondiente (System Organ Class, SOC) para la reacci—n adversa (18, 27). De este modo se codificaron 185 tŽrminos de bajo nivel, 380 tŽrminos preferentes, 236 tŽrminos de alto nivel y 25 —rganos o sistemas afectados.

3.1. MŽtodo

Cada notificaci—n presenta, al menos, un f‡rmaco antidiabŽtico registrado, pudiendo acompa–arse de otros antidiabŽticos u otros f‡rmacos diferentes. Por ello, las notificaciones se pre-clasifican segœn: i) el nœmero de f‡rmacos registrados por notificaci—n en Ônotificaciones con un f‡rmacoÕ (siempre ser‡ un antidiabŽtico) y Ônotificaciones con varios f‡rmacosÕ (al menos uno de ellos es antidiabŽtico), y ii) el subgrupo farmacol—gico: Insulinas, Agentes hipoglucemiantes excluyendo insulinas –AHOs- o combinaciones de Insulinas+AHOs. Se dispone de un total de 1.253 casos, de los que se excluyen 8 casos sin grupos farmacol—gicos definidos.

En el grupo ÔAHO/s y otros f‡rmacos no antidiabŽticosÕ se observa un elevado nœmero de notificaciones que presentan un f‡rmaco no antidiabŽtico en primera posici—n –orden establecido segœn el grado de sospecha-. Se realiza una segunda subdivisi—n en funci—n de la posici—n del f‡rmaco antidiabŽtico, resultando las categor’as: Ôposici—n 1Õ y Ôotras posicionesÕ.

La gravedad (mortal, grave, moderada o leve) (4) y la causalidad de las notificaciones (definitiva, probable, posible, condicional, improbable o inclasificable) (2, 28) son examinadas y evaluadas en cada Centro Regional de Farmacovigilancia.

Como se indica en la Figura 1, para cada uno de los grupos definidos se realiza un estudio consistente en la obtenci—n de un Gr‡fico de red (An‡lisis de red de enlaces) y un An‡lisis de perfiles de pacientes diabŽticos (Modelo de segmentaci—n).

Figura 1.- Clasificaci—n de notificaciones espont‡neas de RAM en pacientes diabŽticos, segœn el/los f‡rmaco/s antidiabŽtico/s registrados. * con subgrupo farmacol—gico definido. ( ) nœmero de notificaciones incluidas en el grupo.

ANçLISIS DE RED DE ENLACES. Ofrece una imagen previa de las situaciones m‡s frecuentes y caracter’sticas de cada grupo de pacientes diabŽticos. Este an‡lisis explora la frecuencia de asociaci—n entre objetos de diferentes tipos. Una de sus aplicaciones m‡s conocidas es la evaluaci—n de los efectos adversos de los medicamentos en su etapa de vigilancia post-comercializaci—n, permitiendo determinar si un efecto adverso particular puede ÔenlazarseÕ (o correlacionarse) con uno o con varios medicamentos (29). Se visualiza mediante un resumen gr‡fico de frecuencias de co-ocurrencia o Gr‡fico de red entre valores de dos o m‡s variables categ—ricas, donde las l’neas m‡s gruesas indican que los tŽrminos enlazados est‡n fuertemente relacionados (30). Las variables incluidas en este an‡lisis son los principios activos sospechosos (o sospechosos por interacci—n) y las reacciones adversas (tŽrminos preferentes de RAM -MedDRA-), respetando el orden de notificaci—n de mayor a menor sospecha y gravedad respectivamente. Las frecuencias de correlaci—n m‡s altas tambiŽn se extraen en tablas (ver ApŽndice).

En los casos de monoterapia exploramos las correlaciones entre el principio activo sospechoso -ÔPRINCIPIO ACTIVOÕ- y la reacci—n adversa de mayor gravedad -Ôreacci—n adversa (tŽrmino Preferente MedDRA), posici—n 1Õ-. En los casos de politerapia, debido a una mayor incidencia de RAM con el aumento de los f‡rmacos administrados, se exploran las correlaciones entre los dos principios activos m‡s sospechosos -ÔPRINCIPIO ACTIVO, POSICIîN 1Õ y ÔPRINCIPIO ACTIVO, POSICIîN 2Õ- y las dos reacciones adversas de mayor gravedad -Ôreacci—n adversa (TŽrmino Preferente MedDRA), posici—n 1Õ y Ôreacci—n adversa (TŽrmino Preferente MedDRA), posici—n 2Õ-.

MODELOS DE SEGMENTACIîN. Permiten identificar registros similares y clasificarlos segœn el grupo al que pertenecen. Este procedimiento se realiza sin ningœn conocimiento previo de los grupos y sus caracter’sticas. S—lo puede aplicarse en casos en los que el resultado espec’fico se desconoce, como ocurre cuando se quieren identificar nuevos patrones o grupos de interŽs (31, 32). Se basan en la medida de las distancias entre los registros (casos) y entre los grupos. Los casos se asignan a los grupos de tal manera que se tiende a minimizar la distancia entre los casos pertenecientes al mismo grupo (31). Este tipo de aprendizaje no supervisado, no dispone de una referencia externa con la que juzgar la clasificaci—n realizada por el modelo, sino que su la validez se determina segœn su capacidad de recoger agrupamientos interesantes de los datos y proporcionar descripciones œtiles de esos grupos (31, 32). Dentro de este tipo de modelos se incluye el modelo de redes de Kohonen.

Modelo de redes de Kohonen. Basado en un modelo preliminar denominado mapa auto-organizado (Self-Organizing Map, SOM) (33), en el actual modelo de redes de Kohonen se genera un tipo de red neuronal que agrupa los registros de una base de datos en diferentes grupos cuya existencia no se conoce al inicio.  El mapa de salida es una red o cuadr’cula bidimensional de neuronas, sin conexiones entre las unidades (31, 32).

La tŽcnica para construir estos modelos se denomina aprendizaje o modelado autom‡tico (10), y consiste en una presentaci—n de cada registro en la capa de entrada y una propagaci—n competitiva hacia el mapa de salida (Figura 2). Esto se repite con cada registro y cuando la red est‡ completamente ÔentrenadaÕ, los registros de dentro de un grupo se consideran similares y deben aparecer m‡s cercanos en el mapa de salida, mientras que los registros entre grupos se consideran diferentes y aparecen alejados. Las agrupaciones m‡s fuertes ser‡n aquellas que resumen muchos registros (31, 32).

Figura 2.- Estructura de un modelo de red de Kohonen. Todas las neuronas de la capa de entrada est‡n conectadas a todas las neuronas del mapa de salida. En la figura mostramos las conexiones que establecer’a una de las neuronas de la capa de entrada. Adaptado de (31).

Para el presente estudio se selecciona un modelo de an‡lisis con datos particionados y un mapa de salida de 3x2 neuronas, que genera tres perfiles por grupo. La informaci—n obtenida para cada perfil a partir de las variables de entrada se recoge en una ficha-resumen estructurada (Tabla 4; ver ApŽndice).

El procesamiento de la base de datos se ha realizado con Microsoft Office Excel v2007 e IBM PASW¨ Statistics 18, y el modelado con Clementine¨ SPSS v12.0.

Tabla 4.- Modelo de ficha-resumen de los perfiles de pacientes diabŽticos que sufren RAM. Se registran los resultados con mayor porcentaje atribuible (%) respecto del total notificado para cada variable.

PERFIL

DATOS DE LA NOTIFICACIîN

n¼ notificaciones

(principio activo)

GŽnero:

(%)

Gravedad:

(%)

Edad (a–os):

(%)

Mortal:

(%)

CC.AA.:

(%)

A–o:

(%)

PRINCIPIOS ACTIVOS (PAs)

PA*

ATC 1:

(%)

ATC 2:

(%)

ATC 3:

(%)

ATC 4:

(%)

ATC 5:

(%)

Sospecha:

(%)

Indicaci—n terapŽutica:

(%)

REACCIONES ADVERSAS A MEDICAMENTOS (RAMs)

RAM*

îrgano

(%)

HltRAM

(%)

PtRAM

(%)

RELACIîN CAUSAL- Algoritmo de Karch y Lasagna:

%

*se incluyen tantos apartados de principio activo (PA) y reacci—n adversa a medicamento (RAM) como requiera cada perfil.

4. resultados

GRUPO 1: Notificaciones con Insulina en monoterapia.

Perfil 1.1 (52 notificaciones): Mujer de m‡s de 75 a–os, procedente de Catalu–a, que en el a–o 2006 sufre RA considerada no grave y probable. El f‡rmaco sospechoso es insulina de acci—n prolongada detemir, indicada para el tratamiento de diabetes, que puede producir, en primer lugar, trastornos generales y alteraciones en el lugar de administraci—n y, en segundo lugar, prurito.

Perfil 1.2 (1 notificaci—n): caso aislado de un hombre de edad desconocida, procedente de las Islas Baleares, que en el a–o 2007 sufre RA considerada no grave y probable. El f‡rmaco sospechoso es insulina de acci—n prolongada glargina, indicada para el tratamiento de diabetes, que puede producir trastornos del metabolismo y de la nutrici—n.

Perfil 1.3 (46 notificaciones): mujer de edad no definida de Catalu–a que en el a–o 2008 sufre RA considerada grave (aunque no mortal) y posible. El f‡rmaco sospechoso es insulina de acci—n prolongada glargina, indicada para el tratamiento de diabetes, que puede producir trastornos del metabolismo y de la nutrici—n, que pueden acompa–arse de trastornos generales y alteraciones en el lugar de administraci—n. En caso de aparecer 3 o m‡s RAs podr’a notificarse edema, fallo de dispositivo mŽdico, f‡rmaco ineficaz, insuficiencia de v‡lvula tricœspide o fetopat’a diabŽtica.

Gr‡fico 1.- Red de enlaces de sospechas de RAs con insulina en monoterapia. Este grupo consta de 99 notificaciones. Se observa un predominio de la relaci—n entre insulina aspart + aspart-protamina y la RA hiperglucemia (7 casos). Otras relaciones interesantes son detemir con Ôreacci—n en la zona de inyecci—nÕ, insulina isof‡nica con ÔhipoglucemiaÕ e insulina glargina con ÔhiperglucemiaÕ (todos ellos con 5 casos cada uno).

GRUPO 2: Notificaciones con AHO en monoterapia.

Perfil 2.1 (125 notificaciones): mujer de m‡s de 75 a–os, procedente de Catalu–a, que en el a–o 2004 sufre RA considerada grave (aunque no mortal) y probable. El f‡rmaco sospechoso es la biguanida metformina, indicada para el tratamiento de diabetes, que puede producir trastornos del metabolismo y de la nutrici—n, trastornos renales, e incluso, pueden acompa–arse de trastornos respiratorios. En caso de aparecer 4 o m‡s RAs podr’a llegar a notificarse aspartato aminotransferasa elevada, diarrea, v—mitos, alucinaci—n o alteraci—n del equilibrio.

Perfil 2.2 (13 notificaciones): mujer de m‡s de 75 a–os, de Galicia, que entre los a–os 2006 y 2007 sufre RA considerada no grave y posible. El f‡rmaco sospechoso es la sulfonilurea glibenclamida, indicada para el tratamiento de diabetes, que puede producir trastornos del sistema nervioso, trastornos psiqui‡tricos y trastornos respiratorios, tor‡cicos y mediast’nicos. En caso de aparecer 4 RAs podr’a notificarse estados disociativos.

Perfil 2.3 (388 notificaciones): mujer entre 65 y 74 a–os, de Arag—n, que en 2008 sufre RA considerada no grave y probable. El f‡rmaco sospechoso es la biguanida metformina, indicada para el tratamiento de diabetes, que puede producir trastornos gastrointestinales diversos como diarrea. En caso de aparecer 5 o m‡s RAs podr’an notificarse palpitaciones y v—mitos.

Gr‡fico 2.- Red de enlaces de sospechas de RAs con AHO en monoterapia. Este grupo consta de 526 notificaciones. Se observa una fuerte relaci—n entre metformina y las RAs ÔDiarreaÕ (60 casos) y ÔAcidosis l‡cticaÕ (28 casos), adem‡s de Ôdolor abdominalÕ, ÔdispepsiaÕ y Ôn‡useasÕ. La ÔhipoglucemiaÕ se relaciona con las sulfonilureas glibenclamida (20 casos) y glimepirida (9 casos). En menor grado, rosiglitazona en monoterapia se relaciona con ÔanemiaÕ y acarbosa con ÔdiarrreaÕ.

GRUPO 3: Notificaciones con Insulina/s y principios activos no antidiabŽticos.

Perfil 3.1 (39 notificaciones): mujer entre 25 y 34 a–os, de las Comunidades de Valencia o Madrid, que en 2008 sufre RA considerada grave (aunque no mortal) y posible. Presenta combinaciones de hasta 7 f‡rmacos sospechosos, siendo el primero insulina de acci—n prolongada glargina y los siguientes hasta cuatro insulinas diferentes (r‡pida, intermedia o prolongada)-, y puede producir trastornos generales y alteraciones en el lugar de administraci—n. En caso de aparecer 3 o m‡s RAs podr’a notificarse edema de la boca, eritema, hiperglucemia, prurito o hiperhidrosis. 

Perfil 3.2 (5 notificaciones): hombre de 16 a–os en adelante, de Andaluc’a, Canarias, Castilla-Le—n, Catalu–a o Madrid, que en el a–o 2006 sufre RA grave (aunque no mortal) y probable. El f‡rmaco sospechoso es insulina de acci—n intermedia Ôregular + isof‡nicaÕ o insulina de acci—n prolongada detemir -combinada con hasta 3 f‡rmacos no sospechosos (otra insulina, vitaminas o agentes modificadores de l’pidos)-, que puede producir trastornos de la piel y del tejido subcut‡neo, trastornos generales y alteraciones en el lugar de administraci—n, y trastornos del metabolismo y de la nutrici—n (hiperglucemia). En caso de aparecer 3 o m‡s RAs puede notificarse eritema nudoso, temblor, hiperhidrosis, hipersensibilidad, palidez o prurito.

Perfil 3.3 (24 notificaciones): hombre o mujer de 75 o m‡s a–os, procedente de Andaluc’a, Catalu–a o Comunidad Valenciana; que en el a–o 2004 sufre RA grave (aunque no mortal) y considerada posible/probable. El f‡rmaco sospechoso es la insulina de acci—n prolongada glargina -combinada hasta con 6 f‡rmacos no sospechosos (una o dos insulinas adicionales y agentes antitromb—ticos)-, que puede producir trastornos del metabolismo y de la nutrici—n (hipoglucemia). En caso de aparecer 3 o m‡s RAs puede darse efecto farmacol—gico o respuesta terapŽutica disminuida, presencia de anticuerpos a un f‡rmaco, retenci—n urinaria, lagrimeo aumentado o acaloramiento.

Gr‡fico 3.- Red de enlaces de sospechas de RAs con Insulina/s y principios activos no antidiabŽticos. Este grupo consta de 68 notificaciones. Se refleja la relaci—n entre el an‡logo de acci—n prolongada detemir –posici—n 1- y el an‡logo de acci—n r‡pida aspart -posici—n 2- (3 casos). La insulina r‡pida lispro aparece relacionada en posici—n 1 con insulina de acci—n intermedia isof‡nica (2 casos); y en posici—n 2 con el an‡logo de acci—n bif‡sica lispro+lispro protamina (2 casos). Existen casos de politerapia con antihipertensivos (irbesart‡n) y diurŽticos (hidroclorotiazida) donde la insulina aparece en posiciones menos relevantes. Existe una correlaci—n similar (2 enlaces) entre insulina isof‡nica y la RA ÔHipoglucemiaÕ, as’ como entre insulina glargina y la RA ÔShock hipoglucŽmicoÕ. No destaca ninguna RA en posici—n 2.

GRUPO 4: Notificaciones con AHO/s y principios activos no antidiabŽticos. AHO en primera posici—n.

El primer principio activo sospechoso puede ser o no un antidiabŽtico oral. En este grupo analizamos los que presentan AHO en primera posici—n.

Perfil 4.1 (190 notificaciones): mujer entre 65 y 74 a–os, procedente de Galicia, que en el a–o 2006 sufre RA no grave y posible/probable. Presenta combinaciones de hasta 7 f‡rmacos sospechosos, siendo el primero metformina. Los 6 restantes est‡n relacionados con tratamientos de la sangre y —rganos hematopoyŽticos, sistema cardiovascular, sistema nervioso y preparados hormonales sistŽmicos (excluyendo hormonas sexuales e insulinas); e incluso en casos con nueve o m‡s f‡rmacos administrados se notifican pantoprazol, captopril o glibenclamida (tratamiento de diabetes). Estas combinaciones pueden producir trastornos gastrointestinales, del sistema nervioso, generales y alteraciones en el lugar de administraci—n, trastornos musculoesquelŽticos y del tejido conjuntivo, renales y urinarios.

Perfil 4.2 (60 notificaciones): mujer entre 55 y 64 a–os, procedente de Catalu–a, que en el a–o 2007 sufre RA grave no mortal y probable. El f‡rmaco sospechoso es la biguanida metformina combinada con hasta 10 f‡rmacos no sospechosos -relacionados con tratamientos del tracto alimentario y metabolismo, sistema cardiovascular y sistema nervioso-. El f‡rmaco sospechoso puede producir trastornos del metabolismo y de la nutrici—n, trastornos gastrointestinales y del sistema nervioso.

Perfil 4.3 (167 notificaciones): mujer entre 65 y 74 a–os, procedente de Catalu–a, que en el a–o 2008 sufre RA no grave y probable. El f‡rmaco sospechoso es la biguanida metformina combinada hasta con 11 f‡rmacos no sospechosos -relacionados con tratamientos del tracto alimentario y metabolismo (incluyendo vitaminas) y del sistema cardiovascular-. Se pueden producir trastornos gastrointestinales, del sistema nervioso, generales y alteraciones en el lugar de administraci—n.

 

Gr‡fico 4.- Red de enlaces de sospechas de RAs con AHO/s y principios activos no antidiabŽticos. AHO en primera posici—n. Este grupo consta de 417 notificaciones. Se detecta una fuerte relaci—n entre metformina y glibenclamida (20 casos). TambiŽn existen enlaces entre metformina y glimepirida (4 casos), y entre glibenclamida y el antihipertensivo enalapril (3 casos). Se observa la combinaci—n de tiazolidindionas (rosiglitazona o pioglitazona) en primera posici—n y metformina en segunda posici—n. La RA ÔHipoglucemiaÕ se relaciona fuertemente con metformina (16 casos), glibenclamida (18 casos) y glimepirida (6 casos) independientemente de sus posiciones. Metformina se relaciona con ÔDiarreaÕ (11 casos), ÔAcidosis l‡cticaÕ (7 casos) y ÔAcidosisÕ –no l‡ctica- (3 casos).

GRUPO 5: Notificaciones con AHO/s y principios activos no antidiabŽticos. Principio activo no antidiabŽtico en primera posici—n.

Perfil 5.1 (36 notificaciones): hombre o mujer entre 65 y 74 a–os, procedente de Galicia, que en el a–o 2003 sufre RA no grave y posible. Presenta combinaciones de hasta 8 f‡rmacos sospechosos, siendo el primero del sistema cardiovascular. Los 7 restantes son antidiabŽticos orales no especificados. Estas combinaciones pueden producir trastornos de la piel y del tejido subcut‡neo y trastornos gastrointestinales. En caso de aparecer 3 o m‡s RAs podr’a llegar a notificarse malestar general, diarrea o dispepsia.

Perfil 5.2 (22 notificaciones): hombre entre 65 y 74 a–os, procedente de Catalu–a, que en el a–o 2008 sufre RA grave (aunque no mortal) y posible. Presenta combinaciones de hasta 10 f‡rmacos sospechosos (o sospechosos por interacci—n), siendo el primero del sistema cardiovascular y los restantes antidiabŽticos orales –principalmente-, anti‡cidos, bloqueantes de canales de calcio, modificadores de l’pidos, psicolŽpticos y psicoanalŽpticos. Estas combinaciones pueden producir trastornos del metabolismo y de la nutrici—n, de la sangre y del sistema linf‡tico, trastornos psiqui‡tricos, respiratorios, tor‡cicos y mediast’nicos. En caso de presentarse 3 o m‡s RAs podr’a notificarse diarrea, dolor abdominal, hipoglucemia, insuficiencia renal aguda, acaloramiento, taquicardia, nerviosismo, rubefacci—n y retenci—n urinaria.

Perfil 5.3 (35 notificaciones): mujer mayor de 75 a–os, procedente de Catalu–a, que en los a–os 2005 o 2007 sufre RA grave (aunque no mortal) y probable. Presenta combinaciones de 2 f‡rmacos sospechosos, donde el primero es del sistema cardiovascular y el segundo un antidiabŽtico oral, administrados concomitantemente con hasta 10 f‡rmacos no sospechosos. Dichas combinaciones pueden producir trastornos del metabolismo y de la nutrici—n, y en caso de presentarse 3 o m‡s RAs podr’a notificarse anemia, bradifrenia, disnea, niveles de f‡rmaco elevados, apetito disminuido, edema de lengua o de cara, peso disminuido y disgeusia.

Gr‡fico 5. Red de enlaces de sospechas de RAs con AHO/s y principios activos no antidiabŽticos. Principio activo no antidiabŽtico en primera posici—n. Este grupo consta de 93 notificaciones. En el Gr‡fico 5, aparece una fuerte relaci—n entre el agente antitromb—tico acenocumarol y la sulfonilurea glibenclamida (4 casos). Destaca la presencia de metformina como segundo principio activo relacionado con diversos f‡rmacos, tales como antihipertensivos (enalapril -3 casos-), antagonistas de angiotensina 2 (valsart‡n -2 casos-) y medicamentos antidemencia (rivastigmina -2 casos-). Se relaciona la RA ÔHipoglucemiaÕ con gemfibrozilo en posici—n 1 (3 casos), con glibenclamida en posici—n 2 (5 casos),  y con levofloxacino en posici—n 2 (2 casos). Se observa una estructura que relaciona rivastigmina, metformina, ÔpirexiaÕ y Ôn‡useasÕ. Es llamativa la RA ÔHepatitis colest‡sicaÕ relacionada con glibenclamida o simvastatina (2 casos en ambos), as’ como la ÔErupci—n eritematosaÕ enlazada exclusivamente con irbesart‡n (2 casos).

GRUPO 6: Notificaciones con combinaciones de Insulina/s y AHO/s.

Perfil 6.1 (15 notificaciones): mujer entre 45 y 64 a–os o mayor de 75 a–os, procedente de Extremadura, que en el a–o 2008 sufre RA no grave y posible. El f‡rmaco sospechoso ser’a la biguanida metformina combinada con hasta 13 f‡rmacos no sospechosos y muy diversos (insulinas de acci—n bif‡sica, enalapril, bloqueantes de canales de calcio, ‡cido acetilsalic’lico). El œnico f‡rmaco considerado sospechoso puede producir trastornos en la piel y tejido subcut‡neo, y a partir de la segunda RA podr’a notificarse edema, estado confusional, insomnio, masa en la zona de inyecci—n, mialgia y respuesta terapŽutica disminuida. 

Perfil 6.2 (3 notificaciones): hombre entre 55 y 64 a–os, que sufre RA no grave y posible. El f‡rmaco sospechoso ser’a la insulina de acci—n prolongada glargina, la biguanida metformina o la glinida repaglinida; y combinado hasta con 4 f‡rmacos no sospechosos (insulinas de acci—n intermedia, agentes antitromb—ticos, metformina, enalapril, paracetamol, agentes urol—gicos o glibenclamida). El f‡rmaco sospechoso puede producir trastornos gastrointestinales, trastornos vasculares o exploraciones complementarias (elevaci—n de niveles de enzimas hep‡ticos).

Perfil 6.3 (24 notificaciones): mujer entre 65 y 74 a–os, procedente de Galicia, que en 2007 o 2008 sufre RA no grave y posible. Presenta combinaciones de hasta 7 f‡rmacos sospechosos siendo el primero insulina de acci—n prolongada glargina, y los restantes sospechosos -paracetamol, tramadol, ibuprofeno y diclofenaco- o sospechosos por interacci—n -metformina, ‡cido acetilsalic’lico, sulpirida, glipizida, atorvastatina, diazepam-. Estas combinaciones pueden producir trastornos del metabolismo y de la nutrici—n, y a partir de la segunda RA, bloqueo auriculoventricular, cefalea, edema de la zona de inyecci—n, error de medicaci—n, hipoglucemia, insuficiencia cardiaca, mareo, reacci—n en la zona de inyecci—n, s’ncope o visi—n borrosa.

Gr‡fico 6.- Red de enlaces de sospechas de RAs con combinaciones de Insulina/s y AHO/s. Este grupo consta de 42 notificaciones. La relaci—n m‡s fuerte es la combinaci—n de la biguanida metformina y la glinida repaglinida (2 casos), mientras que la insulina se localiza en posiciones inferiores. Respecto a las RAs, se localizan enlaces de ÔHipoglucemiaÕ con insulina glargina en posici—n 1 y con metformina en posici—n 2 (2 casos en ambos). Con igual frecuencia aparece la relaci—n entre ÔVŽrtigoÕ y pioglitazona en primera posici—n. No destaca ninguna RA en posici—n 2.

5. discusi—n

Manteniendo la clasificaci—n inicial de las notificaciones, analizamos las caracter’sticas de cada grupo y perfil, con especial interŽs en las combinaciones f‡rmacos-reacciones adversas.

INSULINAS EN MONOTERAPIA

An‡logos de insulinas e hiperglucemia. La relaci—n que hemos observado mayoritariamente en pacientes que s—lo utilizan insulina es la existente entre aspart+aspart protamina e hiperglucemia. Segœn la bibliograf’a existente, la hiperglucemia no se contempla como RA, sino como efecto derivado de la interacci—n entre insulina y f‡rmacos (como clonidina, corticosteroides, diaz—xido o fenito’na) (19, 20, 26). En nuestra base de datos, el œnico caso en el que aparece como sospechoso por interacci—n es junto a insulina r‡pida aspart.

TambiŽn es conocida la indicaci—n a modo de precauci—n, de la posibilidad de producirse hiperglucemia matutina, siendo importante distinguir entre los tipos de hiperglucemia posibles ya que el tratamiento no es el mismo para todos (34). Debido a ello, habr’a que diferenciar entre los casos en los que la hiperglucemia matutina se debe al efecto Somogyi y aquellos en los que se produce hiperglucemia sin antecedente hipoglucŽmico alguno conocido como fen—meno del alba. El tratamiento de la hiperglucemia de rebote consistir’a en reducir las dosis de insulina y/o tomar una fuente de carbohidrato antes de acostarse, mientras que en el otro caso deber’a ajustarse la dosis de insulina nocturna para favorecer que las necesidades de insulina entre las 4 y las 7 de la ma–ana queden cubiertas (34). Creemos que este œltimo caso podr’a ser m‡s acertado para la insulina aspart+aspart protamina en nuestro estudio, debido a que presenta tambiŽn relaci—n con la RA ÔRespuesta terapŽutica disminuidaÕ. Ya que el hecho de confundir entre los tipos de hiperglucemia matutina podr’a resultar en una hipoglucemia nocturna aœn m‡s grave, ser’a interesante que se diferenciase entre estos tipos de hiperglucemia en la codificaci—n y que se incluyesen como RAs en las fichas tŽcnicas de insulina.

Otras relaciones mayoritarias entre usuarios de insulina en monoterapia son detemir-reacci—n en la zona de inyecci—n y glargina-hiperglucemia. Cada uno de ellos aparece tambiŽn reflejado en perfiles diferentes -perfil 1.1 y perfil 1.3, respectivamente-, que se caracterizan por ocurrir en mujeres en la segunda mitad del periodo de estudio y en las que se notifican como sospechosas las insulinas de acci—n prolongada.

Por su parte, la insulina glargina se asocia m‡s en nuestro estudio a casos de hiperglucemia que de hipoglucemia, coincidiendo as’ con el perfil 1.3 que se caracteriza por no presentar una edad mayoritaria de aparici—n de la RA y que adem‡s esta œltima se considera grave –aunque no mortal- en el 100% de los casos.

Adicionalmente, la insulina isof‡nica es la que presenta mayor relaci—n con hipoglucemia. Segœn estudios en los que se comparan glargina e isof‡nica (35), la insulina glargina es igual de efectiva que la insulina isof‡nica en el control glucŽmico, especialmente en diabetes tipo 2, y se asocia con menos episodios nocturnos de hipoglucemia sintom‡tica.

Esto apoya que los casos de hiperglucemia con insulinas an‡logas se deben m‡s a un fen—meno de alba o a disminuci—n del nivel de insulina que a una hiperglucemia de rebote. A su vez, la aparici—n del fen—meno de alba se conoce que es menor si la insulinizaci—n del paciente ha sido adecuada (36) y que es m‡s frecuente que el efecto Somogyi.

Estas hiperglucemias de insulinas en monoterapia pueden derivarse de una insulinizaci—n de novo o un cambio de insulina humana a an‡logo realizados inadecuadamente. Por tanto, en los casos en los que se realicen estos cambios, deber’a considerarse el diagn—stico de estos fen—menos recomendando un control de glucemia entre las 3 y las 5 de la madrugada durante varias noches (37).

An‡logos de acci—n prolongada y reacci—n en la zona de inyecci—n. Se podr’a decir que una RA espec’fica del grupo de insulinas de acci—n prolongada (detemir, glargina) es la reacci—n en el lugar de administraci—n (dolor, enrojecimiento, ronchas, hinchaz—n, picor) por presentar una mayor frecuencia de aparici—n que con insulina isof‡nica, aunque es generalmente transitoria y desaparece al continuar el tratamiento (38, 39). Estos datos concuerdan con el perfil 1.1, que se produce predominantemente en mujeres y en edades de 75 o m‡s a–os.

Aunque cualquier terapia insul’nica puede producir reacciones en el lugar de inyecci—n, la gran afinidad de los an‡logos de acci—n prolongada tanto por la albœmina tisular subcut‡nea como por la plasm‡tica, as’ como la fuerte asociaci—n de las propias molŽculas de insulina en el lugar de inyecci—n condiciona sus caracter’sticas de absorci—n lenta y acci—n prolongada (40, 41); y es a su vez responsable de estas reacciones del tejido subcut‡neo.

La aparici—n de RAs en la zona de inyecci—n puede ser sin—nimo de una administraci—n inadecuada, ya que las recomendaciones de rotaci—n del punto de inyecci—n dentro de la misma zona -dadas espec’ficamente para reducir o prevenir estas reacciones- no parecen considerarse en estos casos.

El perfil 1.2 consta de un œnico caso aislado que no concuerda con los datos de ningœn otro perfil definido, por lo que demuestra la validez del modelo aplicado tanto para detectar caracter’sticas comunes entre los casos como para detectar casos at’picos.

Dentro del perfil 1.3 se localiza el œnico caso de fetopat’a diabŽtica presente en la base de datos. Esta RA es considerada como posible tras la administraci—n de insulina detemir. Existen estudios que demuestran que en mujeres con diabetes gestacional, el uso de an‡logos de acci—n r‡pida no produce efectos adversos ni en la madre ni en el feto. La insulina prolongada glargina no est‡ recomendada durante el embarazo aunque ha demostrado no producir mayor incidencia de malformaciones congŽnitas comparada con la insulina humana, mientras que no existen suficientes datos para la valoraci—n de detemir (42). El hecho de que muchas mujeres diabŽticas que estŽn utilizando an‡logos de acci—n prolongada tengan embarazos no planificados aumentar’a la posibilidad de RAs en el embarazo.

AHOS EN MONOTERAPIA

Las observaciones mayoritarias van dirigidas a metformina y sulfonilureas debido a su frecuencia de aparici—n. Destaca el uso de rosiglitazona asociada a anemia. 

Aunque en el periodo de estudio el uso de metformina no supera al de sulfonilureas, algunas investigaciones utilizan este tipo de resultados para justificar que metformina, en la dŽcada posterior al estudio UKPDS, ha ejercido m‡s un papel de complemento de las sulfonilureas -o de otras combinaciones de AHOs-, que de f‡rmaco de primera l’nea (43). Adem‡s se a–ade que la terapia combinada de sulfonilureas y metformina estŽ tan extendida (m‡s del 67% de los usuarios de AHOs a nivel internacional) indica que los efectos adversos de metformina no son una gran barrera para su uso ni explican su menor uso en monoterapia.

Esto contrasta con nuestra observaci—n de un mayor nœmero de notificaciones de casos en monoterapia con metformina (220) que con sulfonilureas (91), por lo que consideramos que, al menos en Espa–a, las RAs que genera la metformina s’ pueden ejercen limitaciones para su perfil de uso.

Metformina y acidosis l‡ctica. La acidosis l‡ctica asociada a metformina (MALA en sus siglas en inglŽs) es una complicaci—n metab—lica grave que ocurre habitualmente por acumulaci—n de metformina en pacientes que alcanzan estados de deshidrataci—n o que desarrollan fallo renal agudo. TambiŽn hay casos debidos a exposiciones agudas a este principio activo. Mientras que MALA no es comœn, su morbilidad y mortalidad asociadas pueden ser elevadas (en el 50% de los casos se produce la muerte). Secundariamente a esta reacci—n, el paciente puede experimentar cambios en su sistema nervioso central, colapso cardiovascular, fallo renal, y muerte en la mitad de los casos (44).

Varios de estos s’ntomas quedan reflejados en el perfil 2.1, especialmente la afectaci—n del sistema nervioso central (alucinaciones, alteraciones del equilibrio) y trastornos renales. Este perfil se da mayoritariamente en mujeres, en edades de 75 o m‡s a–os, la reacci—n es considerada grave en un 100% de los casos y mortal en un 4,8% de los mismos. TambiŽn llama la atenci—n que casi un tercio de los casos ocurren en Catalu–a. Adicionalmente, hemos observado que un 45% de casos con asociaci—n metformina-acidosis l‡ctica se producen con metformina en monoterapia.

Los primeros objetivos de tratamiento de MALA son el restablecimiento del equilibrio ‡cido-base y eliminaci—n de metformina, mediante hemodi‡lisis y terapia con bicarbonato. No existe un ant’doto espec’fico (44). En el Centro Regional de Farmacovigilancia de Castilla-la Mancha se hicieron eco de los cinco casos de sospechas de acidosis l‡ctica, dos de los cuales tuvieron resultado de muerte, situaci—n que motiv— una alerta de seguridad en julio de 2003 (45). En el extenso estudio UKPDS sobre el control glucŽmico de metformina no se produjo ningœn caso de muerte por acidosis l‡ctica. A esto hay que a–adir que uno de los posibles motivos de desaparici—n de otras biguanidas como fenformina o buformina es que metformina tiene entre 10 y 20 veces menos riesgo de producir acidosis l‡ctica (46).

Respecto a la informaci—n incluida en las fuentes bibliogr‡ficas al respecto de esta RA, en el Cat‡logo de Especialidades FarmacŽuticas, la acidosis l‡ctica por metformina se encuadra dentro de las RAs hematol—gicas (47), en vez de en metab—licas como corresponder’a segœn se recoge en el diccionario MedDRA (17).

TambiŽn podr’a ser de utilidad la inclusi—n de un ’tem en la tarjeta amarilla que indique si el paciente consume o no alcohol. El consumo de alcohol en pacientes que toman metformina aumenta el riesgo de hipoglucemia (si el consumo es agudo) y de acidosis l‡ctica (si el consumo es cr—nico) (19, 20, 26).

Metformina y diarrea. Se trata de una RA cuya relaci—n con metformina es conocida. Se sabe que es dosis dependiente y debido a ello presenta especificaciones de uso recogidas en su ficha tŽcnica. El comienzo est‡ indicado con una dosis baja (500-850 mg en 2-3 tomas diarias) que puede aumentarse tras 10-15 d’as segœn los niveles de glucemia (48). El aumento lento de la dosis ha demostrado mejorar la tolerancia gastrointestinal. En nuestros resultados observamos que un 44% de los casos de asociaci—n de metformina-diarrea se producen en monoterapia. Estas caracter’sticas concuerdan con el perfil 2.3 que se produce mayoritariamente en mujeres, en edades comprendidas entre los 65 y los 74 a–os y, llamativamente, casi un cuarto de los casos se dan en Arag—n.

Existen estudios sobre la prescripci—n de metformina en la poblaci—n con mayor riesgo de desarrollar RAs que han demostrado que este principio activo se administra a pacientes en los que no estar’a recomendado (contraindicado con valores de creatinina superiores a 0,132mMol/l, respecto a su riesgo de acidosis l‡ctica), y se ha observado como efecto adverso diarrea que ha requerido disminuci—n de la dosis de metformina (49). Es destacable que el 83% de las intervenciones farmacŽuticas realizadas en este œltimo estudio, que aconsejaban la suspensi—n del tratamiento con metformina, fueron aceptadas, por lo que el seguimiento farmacoterapŽutico se posiciona como un servicio de gran utilidad en estos casos.

Metformina actualmente se indica como f‡rmaco de primera l’nea en el control glucŽmico de pacientes con diabetes tipo 2, incidiendo en su potencial aplicaci—n en dosis elevadas para maximizar el control glucŽmico sin aumentarse los efectos adversos gastrointestinales (50).

Por œltimo, cabe indicar que se ha estudiado que ambas condiciones producidas por metformina –diarrea y acidosis l‡ctica- pueden estar relacionadas. Una ingesta oral reducida junto a la deshidrataci—n secundaria debida a la diarrea puede resultar en un fallo renal agudo que precipita la aparici—n de MALA (51).

Sulfonilureas e hipoglucemia. Segœn nuestros resultados, los casos de hipoglucemia por sulfonilureas en monoterapia se asocian fundamentalmente al uso de glibenclamida, y en menor medida al de glimepirida. A pesar de ello, los casos en monoterapia -respecto al total de casos (monoterapia y politerapia)- son inferiores para glibenclamida (34,5%) que para glimepirida (42,8%); en cambio, esta œltima parece ser m‡s segura en caso de combinaciones con otros AHOs o insulina.

Es conocido que glibenclamida tiene un mayor riesgo de hipoglucemias e hiperinsulinemias. Otras sulfonilureas de segunda generaci—n, como gliclazida y glimepirida, podr’an ser m‡s œtiles en ancianos por el menor riesgo de hipoglucemias graves –demostrado en comparaciones de glimepirida y glibenclamida (52)-; y adem‡s, al ser de toma œnica diaria, puede ayudar a mejorar el cumplimiento terapŽutico (6). En cambio, otros autores consideran que los efectos secundarios entre las diferentes sulfonilureas son similares, y que cuanto m‡s larga es la duraci—n de acci—n m‡s prolongado ser‡ un episodio hipoglucŽmico en caso de producirse, por lo que consideran prudente recurrir a sulfonilureas de acci—n corta -glibenclamida- en pacientes ancianos con h‡bitos dietŽticos irregulares (53).

En nuestro estudio, observamos que Galicia es la œnica Comunidad Aut—noma con m‡s RAs por sulfonilureas que por biguanidas (demostrando una posible infrautilizaci—n de metformina), siendo DAONIL 5mg 30 comprimidos la especialidad notificada como sospechosa m‡s frecuentemente. Galicia tambiŽn se caracteriza por ser la tercera Comunidad en nœmero de notificaciones de RAs relacionadas con antidiabŽticos durante el periodo de estudio (154 casos), y los pacientes diabŽticos de esta regi—n que sufren RAs tienen entre 65-74 a–os, la mayor’a son mujeres y suelen presentar hipoglucemias no graves. Nuestros resultados se confirman con estudios realizados en Galicia donde se concluye que se utiliza m‡s glibenclamida que glimepirida en pacientes pensionistas frente a no pensionistas y que su uso no se ajusta a las recomendaciones de las gu’as terapŽuticas disponibles (6).

Estas mismas caracter’sticas diferenciadoras tambiŽn se observan en el perfil 2.2, donde se observan reacciones no graves, mayoritariamente en mujeres, en edades de 75 o m‡s a–os, durante la segunda mitad del periodo, y -concordando con los datos anteriores- m‡s de la mitad de los casos ocurren en Galicia.

TambiŽn hemos observado en el Pa’s Vasco un mayor nœmero de RAs de hipoglucemia, a la vez que una mayor’a de RAs producidas por sulfonilureas, pero no estrictamente por glibenclamida. Esto œltimo coincide con los datos de descenso de uso de este principio activo a lo largo del periodo, presentes tanto en nuestro estudio como en otros consultados (54). Aun as’ estimamos que glibenclamida podr’a seguir siendo responsable de estas hipoglucemias ya que el resto de sulfonilureas de primera generaci—n como clorpropamida o tolbutamida, tambiŽn tendentes a producir estos episodios, presentan un uso residual. 

Respecto a glimepirida -incluida en 1997-, s—lo parece adoptarse la evidencia de su uso preferente en ancianos frente al uso de glibenclamida por menor riesgo de hipoglucemia -conocida desde 2001 (52)- tras las recomendaciones del NICE de 2002 (55). Aun as’, segœn recogen algunos estudios, en gu’as espa–olas posteriores aœn se recomienda el uso de glibenclamida como f‡rmaco de primera elecci—n en pacientes con normopeso con glucemia no controlada por medidas no farmacol—gicas (56)­.

En nuestros resultados no se recoge ningœn caso de RA con gliclazida como f‡rmaco sospechoso cuando su uso medio ha sido de un 9% del total de AHOs. Este hecho viene apoyado por los resultados del estudio ADVANCE que revelan que el uso de gliclazida de liberaci—n retardada es la opci—n m‡s segura dentro del tratamiento con sulfonilureas (57, 58).

Rosiglitazona y anemia. Aunque la aparici—n de anemia suele ir m‡s asociada al uso combinado de rosiglitazona y metformina, en nuestro estudio observamos una frecuencia elevada de casos en monoterapia con rosiglitazona que presentan anemia. De hecho, el 58% de los casos en los que se presenta dicha relaci—n rosiglitazona-anemia se producen en monoterapia (12 casos).                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         

Esta RA hematol—gica se considera frecuente (1,9%), con disminuci—n del hematocrito alrededor de un 3,3% y descensos de hemoglobina de 1 g/dL. Su aparici—n se produce en los tres primeros meses de tratamiento o al aumentar la dosis de rosiglitazona. Se suele asociar a hemodiluci—n (26) y no suele reportar gravedad ni consecuencias cl’nicas (59). Existen estudios en los que tambiŽn se ha asociado el tratamiento con rosiglitazona con una reducci—n de los niveles de hemoglobina dosis-dependiente (60).

En otros estudios se recalca la asociaci—n entre la anemia y el aumento del riesgo de complicaciones diabŽticas -incluyendo nefropat’a, retinopat’a, neuropat’a y enfermedad macrovascular-; por lo que consideran que esta RA puede ser significativa en la determinaci—n de la evoluci—n tras un fallo cardiaco y del da–o org‡nico inducido por hipoxia en casos de diabetes. El fallo renal en la s’ntesis de eritropoyetina parece un factor fundamental en su aparici—n (61).

Para la prevenci—n de esta RA se recomienda un control —ptimo, tanto metab—lico como de presi—n arterial. Adem‡s, la detecci—n de anemia puede utilizarse para identificar a pacientes con diabetes que tengan mayor riesgo de sufrir resultados cl’nicos adversos segœn los estudios consultados (61).

INSULINAS EN POLITERAPIA

Existe una baja frecuencia de coincidencias entre los principios activos m‡s sospechosos. Esto se debe, en parte, a que el grupo de notificaciones en las que aparece insulina en politerapia -bien con otro tipo de insulina o bien con otros f‡rmacos no antidiabŽticos- es el segundo menos numeroso. Aun as’, destacan la relaci—n detemir-aspart y, en especial, la relaci—n glargina-shock hipoglucŽmico contrastando con la mayor frecuencia de glargina-hiperglucemia observada en monoterapia.

Insulinas r‡pidas combinadas con insulinas intermedias/prolongadas: hipoglucemias e hiperglucemias. Se observa una relaci—n de insulinas intermedias o prolongadas con insulinas r‡pidas, siempre con un an‡logo implicado en esa asociaci—n. El perfil 3.1 ser’a el m‡s ajustado a esta situaci—n, con insulina glargina como principal an‡logo de acci—n prolongada sospechoso, y en el que se producen RAs en personas j—venes o adultas. Los otros dos perfiles no se adaptan a esta descripci—n ya que se caracterizan por presentar s—lo un principio activo sospechoso en la mayor parte de los casos.

Estas combinaciones de insulinas r‡pidas-prolongadas que destacamos coinciden con una mayor presencia de notificaciones de insulinas de acci—n r‡pida y de acci—n prolongada en combinaci—n con al menos otro principio activo.

Tras considerar los resultados del gr‡fico de red y de los perfiles de insulina en politerapia, podemos concluir que el segundo principio activo suele ser, frecuentemente, otra insulina. Creemos que esta mayor notificaci—n en la que se implican insulinas de acci—n prolongada y r‡pida se debe a la implementaci—n de las recomendaciones de su uso combinado en tratamientos intensivos (62, 63), al haber demostrado estos mejoras en el control glucŽmico (64, 65), observ‡ndose tanto en pacientes con diabetes tipo 1 como con diabetes tipo 2 (66, 67).

Este estricto control puede llevar a la aparici—n de episodios de descompensaci—n glucŽmica con su consiguiente riesgo. De hecho, hemos observado en nuestros resultados que, entre los casos mortales, los dos œnicos en los que estaban implicadas insulinas presentan asociaci—n de insulina r‡pida (aspart) con insulinas bif‡sicas (lispro+lispro protamina) y/o prolongadas (glargina o detemir). En uno de los casos se produce coma diabŽtico y en el otro se producen malformaciones congŽnitas.

Por otro lado, algunos autores han estudiado la tendencia a usar la mezcla de insulina aspart con insulina detemir en la misma jeringa como rŽgimen habitual para minimizar el nœmero de inyecciones diarias -especialmente en ni–os con diabetes tipo 1- que va en contra de las advertencias del laboratorio fabricante. Sus resultados constatan que tal pr‡ctica produce un efecto adverso debido al descenso acusado del pico de acci—n de la insulina aspart y a la prolongaci—n de su duraci—n de acci—n frente a la administraci—n separada de aspart y detemir (68).

Debemos puntualizar que, en nuestro pa’s durante el periodo de estudio, no existen presentaciones en vial para insulina detemir, pero s’ para insulina glargina. En la ficha tŽcnica de glargina se indica que no se puede mezclar con otra insulina o diluirse ya que puede cambiar su tiempo/perfil de acci—n y la mezcla puede precipitar (69), mientras que en la ficha tŽcnica de aspart (vial) se indica que s—lo puede mezclarse con insulina NPH (70).

En nuestra base de datos no aparece ningœn caso en el que se administre insulina aspart e insulina de acci—n prolongada ambas en viales por lo que la pr‡ctica comentada no parece muy extendida en Espa–a. Aun as’ deber’a estudiarse si la administraci—n al mismo tiempo y en una zona cercana de ambas insulinas –aunque no sea en la misma jeringa- puede alterar el perfil farmacodin‡mico de la insulina de acci—n r‡pida pudiendo generar hiperglucemias. As’ por ejemplo, en el perfil 3.1, adem‡s de las reacciones en la zona de inyecci—n caracter’sticas de las insulinas prolongadas se detecta hiperglucemia. Este perfil tambiŽn se caracteriza por presentar casos graves (el 5,1% son mortales).

El perfil 3.2 es poco frecuente, se da mayoritariamente en hombres -tanto j—venes como adultos- en tratamiento con insulina regular+isof‡nica o detemir, y se dan casos graves aunque la mayor’a no mortales. Lo llamativo es la presencia de insulinas, vitaminas y agentes modificadores de los l’pidos como f‡rmacos no sospechosos. Respecto a los dos œltimos, no hemos encontrado ninguna interacci—n conocida. Los casos de hiperglucemia los consideramos asociados al uso de insulina regular+isof‡nica o detemir para cubrir las necesidades de insulina durante la noche con posibilidad de producirse hiperglucemias matutinas.

Respecto al perfil 3.3 hay que destacar que se produce en pacientes de mayor edad en los que est‡ implicada glargina como œnico f‡rmaco sospechoso, siendo la mitad de los casos graves y mortales. Es contradictorio que entre los f‡rmacos considerados no sospechosos se encuentren otras insulinas, cuando la RA m‡s frecuentemente observada en este perfil es la hipoglucemia, por lo que creemos que deb’a haberse tenido en cuenta en la notificaci—n. Esto explicar’a por quŽ en la red de enlaces destaca la relaci—n glargina-shock hipoglucŽmico, cuando en monoterapia glargina se relaciona m‡s frecuentemente con hiperglucemia.

En este perfil tambiŽn observamos casos que concuerdan con RAs de tipo alŽrgico inherentes a la utilizaci—n de insulina, como son la formaci—n de anticuerpos anti-insulina que producen una disminuci—n del efecto farmacol—gico y de la respuesta terapŽutica (26, 69).

Combinaciones de an‡logos de lispro. Son casos en los que se observa asociaci—n entre insulina lispro con insulinas intermedias (isof‡nica) o bif‡sicas (lispro+lispro protamina). Segœn su ficha tŽcnica, la insulina de acci—n r‡pida lispro s—lo est‡ autorizada para su uso en combinaci—n con insulina de acci—n prolongada o sulfonilureas (71). Es por ello que pensamos en la existencia de un uso combinado incorrecto con este an‡logo de acci—n r‡pida.

Insulina, irbesart‡n e hidroclorotiazida. Respecto a la asociaci—n entre irbesart‡n e hidroclorotiazida observada en determinados casos donde tambiŽn se utiliza insulina, hemos descubierto que tal asociaci—n se debe a una codificaci—n imprecisa. En la base de datos original, siempre que aparecen los principios activos irbesart‡n e hidroclorotiazida lo hacen porque el paciente toma una combinaci—n a dosis fija (c—digo C02F2), a pesar de ello, se codifican por separado. Al realizar la actualizaci—n de los c—digos ATC observamos que no existe un c—digo concreto para esta combinaci—n -en el ’ndice ATC/DDD 2011 (72, 73) la œnica posibilidad de nombrar correctamente este tipo de formulaci—n ser’a asign‡ndole el c—digo de ÔIrbesart‡n y diurŽticos C09DA04Õ en el que no se especifica el diurŽtico de la combinaci—n-. Es por ello que, al igual que en la base de datos original, tambiŽn adjudicamos un c—digo a cada principio activo por separado, motivo por el que aparecen relacionados en la red de enlaces. Este es un ejemplo de la relevancia que pueden tener algunos defectos en la notificaci—n a tener en cuenta en estudios posteriores.

A pesar de lo comentado, y dado que la combinaci—n de insulina e hidroclorotiazida (combinada o no con irbesart‡n) existe en la base de datos, queremos hacer hincapiŽ en la posible inhibici—n del efecto hipoglucemiante de la insulina en presencia de diurŽticos tiaz’dicos, interacci—n ampliamente conocida (26). En nuestros datos no hemos observado ninguna RA hiperglucŽmica en presencia de insulina e hidroclorotiazida.

AHOs EN POLITERAPIA

Hemos observado pocos casos en los que coincidan las asociaciones de principios activos independientemente de la posici—n de sospecha que ocupe el AHO, es decir, en los que coincidan combinaciones del perfil 4 y del perfil 5.

El perfil 4 se caracteriza por presentar AHOs notificados en primera posici—n de sospecha (segœn la clasificaci—n preliminar, ver MŽtodo) y donde los principios activos notificados en segunda posici—n tambiŽn han sido AHOs en su mayor’a, situ‡ndose por delante de otros f‡rmacos no antidiabŽticos. Es llamativa la aparici—n de la relaci—n metformina-hipoglucemia y metformina-acidosis, no observadas en monoterapia. A continuaci—n comentamos estas y otras de las relaciones m‡s relevantes observadas en este perfil 4:

Metformina y sulfonilureas. Se sabe que la acci—n antihiperglucemiante de metformina presenta efecto sinŽrgico con las sulfonilureas, de hecho est‡ indicada su combinaci—n en adultos. Esta sinergia puede desencadenar fen—menos de hipoglucemia que la metformina por s’ sola no suele producir (26). El perfil 4.1 es el œnico que presenta como sospechoso de RA el uso concomitante de metformina y sulfonilureas; y se caracteriza por producir casos no graves, mayoritariamente en mujeres, y en edades entre los 65 y 74 a–os. Es especialmente interesante el alto porcentaje de casos observados en Galicia, concordando con el ya comentado mayor uso de glibenclamida en monoterapia en esta regi—n en el perfil 2.2.

Adicionalmente, hemos observado una mayor relaci—n entre metformina y glibenclamida (20 registros) que entre metformina y glimepirida (4 registros). Nuestros resultados coinciden tanto con estudios en los que las combinaciones de glimepirida o gliclazida con metformina presentan menor riesgo (en concreto, menor mortalidad) que la combinaci—n de glibenclamida con metformina (74); como con otros estudios que demuestran que la combinaci—n  de glimepirida+metformina –en este caso a dosis fija-es m‡s eficaz que glibenclamida+metformina en la consecuci—n de los objetivos glucŽmicos, al reducir el nœmero de episodios de hipoglucemia en pacientes diabŽticos tipo 2 no controlados (75).

Estas combinaciones de sulfonilureas y metformina han sido ampliamente recomendadas (76-79) y aplicadas en el tratamiento antidiabŽtico en Espa–a (19, 22, 25), aunque en nuestro pa’s s—lo se presentan en formulaciones separadas. Teniendo en cuenta el impulso actual de las formulaciones de combinaciones a dosis fijas -debido a la simplificaci—n de la dosificaci—n y posible mejora del cumplimiento terapŽutico-, creemos que la combinaci—n metformina+glimepirida podr’a ser una opci—n terapŽutica interesante.                                                                                                                                                                      

Segœn nuestros resultados, el nœmero de notificaciones correspondientes a terapia combinada de sulfonilureas y metformina es bajo (117 casos) comparado con las notificaciones respectivas de estos f‡rmacos en monoterapia.

Esto contrasta con estudios que valoran la terapia combinada de sulfonilureas y metformina como la m‡s ampliamente utilizada (m‡s del 67% de los usuarios de AHOs a nivel internacional), debido a una aplicaci—n de metformina como f‡rmaco suplementario en tratamientos con sulfonilureas u otros AHOs (43), por lo que, en estos casos, cabr’a esperar una mayor proporci—n de RAs.

En el 84% de los casos de nuestro estudio donde se notifican metformina y sulfonilureas, tambiŽn aparecen notificados otros principios activos. De hecho, entre los casos mortales, hemos observado con mayor frecuencia combinaciones de metformina con sulfonilureas y con otros AHOs (3 casos), que combinaci—n de los dos primeros exclusivamente (1 caso).

A prop—sito del œnico caso mortal donde los f‡rmacos implicados son metformina y glibenclamida, observamos que s—lo se considera sospechoso al f‡rmaco metformina cuando ninguna de las RAs registradas es espec’fica de este principio activo (el caso presenta acidosis metab—lica, anuria, hipoglucemia, hipotensi—n y malestar general; sin presencia de acidosis l‡ctica). A su vez, ambos tratamientos -metformina y glibenclamida- fueron concomitantes, por lo que la hipoglucemia generada podr’a asociarse m‡s al uso combinado que al efecto de metformina por s’ sola (26). Por tanto, creemos recomendable que en casos con desenlace mortal, todos aquellos medicamentos concomitantes con posibilidad de producir alguna de las RAs notificadas, sean considerados sospechosos o, en su defecto, sospechosos por interacci—n.

En tŽrminos generales, y aun teniendo en cuenta el riesgo de hipoglucemia asociado a las sulfonilureas y su efecto sinŽrgico con metformina, creemos que el uso combinado de ambos f‡rmacos ha tenido buenos resultados durante los a–os de estudio en lo referido a seguridad (s—lo 19 casos donde aparece la combinaci—n de sulfonilurea y metformina sin ningœn otro f‡rmaco). En cambio, en el resto de notificaciones con sulfonilureas, AHOs y terceros principios activos, el riesgo de sufrir una RA parece estar m‡s asociado a dicha combinaci—n con terceros que a RAs espec’ficas de los principios activos. Por lo tanto, las politerapias de m‡s de dos AHOs parecen presentan mayores riesgos de seguridad en detrimento de su potencial efecto sinŽrgico para la consecuci—n de un buen control glucŽmico.

Metformina y acidosis. En nuestro estudio, la presencia de acidosis (diferente de acidosis l‡ctica) como RA relacionada con metformina en casos de politerapia –cuando no se ha observado en monoterapia-, lleva a pensar en la influencia del resto de medicaci—n en su aparici—n. De hecho, existen estudios recientes sobre casos de acidosis inducida por metformina debida a RAs con otros f‡rmacos (80). Ser’a interesante que, en estos casos, se registrase si ha habido RAs previas y, si as’ fuese, notificar los f‡rmacos implicados como sospechosos por interacci—n, lo que facilitar’a el estudio de se–ales.

Glitazonas y metformina. Hemos observado el mismo nœmero de relaciones entre rosiglitazona y metformina que entre pioglitazona y metformina en las notificaciones donde estos f‡rmacos se consideraban sospechosos y se administran en formulaciones independientes.

Tampoco hemos observado diferencias entre la notificaci—n de glitazonas combinadas con metformina en formulaciones separadas y la de glitazonas sin combinar con metfomina.

En cambio, considerando las notificaciones con glitazonas+metformina a dosis fijas (un 51% del total de casos con glitazonas), existe una mayor frecuencia de la combinaci—n con rosiglitazona (94%) que con pioglitazona (6%).

Si consideramos tanto la administraci—n por separado como la combinaci—n a dosis fija, observamos mayor frecuencia de notificaci—n en mujeres entre los tratados con rosiglitazona y metformina (tanto por separado como combinados a dosis fija), y mayor frecuencia en hombres para pioglitazona y metformina. Esto œltimo concuerda con algunos estudios en los que se indica que los hombres tienen m‡s probabilidad de ser tratados con glitazonas que las mujeres (81).

Para el resto de combinaciones a dosis fijas de glitazonas, s—lo se observan ligeras diferencias en la aparici—n de RAs segœn el gŽnero para los hombres tratados con rosiglitazona+glimepirida.

Respecto al uso combinado de glitazonas y otros f‡rmacos no antidiabŽticos, observamos mayor frecuencia de tratamiento con estatinas entre los que toman glitazonas y mayor frecuencia de tratamiento con IECAs entre los que toman AHOs diferentes a glitazonas. Estos resultados difieren en parte con estudios donde se indica que los pacientes en tratamiento con glitazonas tienen m‡s probabilidad de estar trat‡ndose con medicamentos cardioprotectores, -tanto estatinas como IECAs- que en cualquier otro grupo de pacientes tratados con AHOs, aunque puntualizan que las diferencias se limitan a f‡rmacos recomendados como prevenci—n primaria en la mayor’a de diabŽticos, mientras que la prescripci—n de otros medicamentos cardioprotectores es similar (81).

TambiŽn llama la atenci—n que en alrededor de un 75% de las notificaciones en las que aparecen combinadas glitazonas, estatinas y/o IECAs, los pacientes estaban siendo tratados con combinaciones a dosis fijas de glitazonas y metformina. Esto nos lleva a plantearnos si el uso de combinaciones a dosis fijas favorece el aumento del nœmero de f‡rmacos en politerapia, y si esto tiene implicaciones en la seguridad del tratamiento, ya que la administraci—n por separado de una glitazona y metformina parece haber resultado m‡s segura.

Metformina y f‡rmacos del Sistema Nervioso. El perfil 4.2. se da mayoritariamente en mujeres y en la edad adulta (entre los 55 y 64 a–os), siendo el f‡rmaco sospechoso metformina. Es interesante la presencia de f‡rmacos del sistema nervioso, aunque aparezcan como no sospechosos. Algunos de ellos pertenecen al subgrupo de ansiol’ticos (N05B) y al de hipn—ticos y sedantes (N05C). Existen estudios donde tambiŽn se ha observado un mayor consumo de antidepresivos y ansiol’ticos en mujeres diabŽticas, situaci—n que junto a una mayor utilizaci—n de AINEs y otros analgŽsicos, podr’a sugerir que las mujeres diabŽticas tienen peor calidad de vida (6, 82). De hecho, en general las mujeres declaran tener peor estado de salud que los hombres (83).

Metformina y f‡rmacos del Sistema Cardiovascular. El perfil 4.3 se caracteriza por la combinaci—n de metformina con f‡rmacos no sospechosos. Esta combinaci—n puede darse con pocos f‡rmacos en la mayor’a de los casos, o bien con muchos f‡rmacos en algunos casos aislados. Entre dichos f‡rmacos no sospechosos, los del sistema cardiovascular se presentan con frecuencia. A pesar de la politerapia existente en este perfil, las RAs son mayoritariamente gastrointestinales, no revisten gravedad y no est‡n asociadas con trastornos del metabolismo o alteraciones cardiovasculares. Creemos que el hecho de darse este perfil fundamentalmente en mujeres, y entre los 65 y 74 a–os, puede influir en la reducida presencia de RAs cardiovasculares debido a que este grupo de pacientes presenta menores factores de riesgo asociados que los hombres. As’, por ejemplo, se sabe que uno de los factores de riesgo cardiovascular como es el tabaquismo es menor en mujeres de edad avanzada con diabetes tipo 2 (7).

Respecto a las diferencias entre gŽneros, segœn cifras oficiales de la ENS, el sobrepeso y la obesidad en Espa–a es mayor en hombres que en mujeres (83); y tambiŽn es conocido que la obesidad en pacientes diabŽticos se relaciona con mayor aparici—n de complicaciones macrovasculares, peor control metab—lico y peor cumplimiento del tratamiento (84). A su vez, las mujeres refieren m‡s controles preventivos frente a factores de riesgo cardiovascular como son la hipertensi—n arterial o la hipercolesterolemia que los hombres (83).

Glibenclamida y enalapril. Segœn nuestros resultados, habr’a 19 casos donde aparecen relacionados glibenclamida y enalapril, con presencia de hipoglucemia en 4 de ellos -dos casos son graves aunque ninguno es mortal-. En algunas de estas notificaciones de hipoglucemia se considera enalapril como f‡rmaco sospechoso por interacci—n y en otros como no sospechoso, cuando se conoce que la asociaci—n entre sulfamidas hipoglucemiantes e IECAs en un paciente diabŽtico puede producir, excepcionalmente, hipoglucemia. Es una RA que tambiŽn puede presentarse con otros IECAs -como captopril-, y con otros hipoglucemiantes -como la sulfonilurea gliclazida o la propia insulina (85). TambiŽn se sabe que este fen—meno es m‡s probable que ocurra durante las primeras semanas de tratamiento combinado y en pacientes con insuficiencia renal (86).

Ser’a recomendable que en la ficha tŽcnica de glibenclamida (87), adem‡s de la indicaci—n general sobre su interacci—n con inhibidores de la ECA, se indicara que se ha observado con enalapril y captopril.

Glibenclamida y acarbosa. S—lo hemos encontrado un caso con hipoglucemia en el que estaban implicadas glibenclamida y acarbosa exclusivamente. Aunque la acarbosa posee un efecto antihiperglucemiante, sin ser hipoglucemiante por s’ misma, en pacientes tratados con otros AHOs o insulina pueden producirse casos de shock hipoglucŽmico (85). El conocimiento de dicha interacci—n es reciente (87, 88), y puede que esto haya evitado un mayor uso combinado de ambos principios activos, influyendo positivamente en una mejora del perfil de seguridad. En relaci—n al restablecimiento de la glucemia en estos casos, en la ficha tŽcnica de glibenclamida se recomienda la Ôtoma de glucosaÕ en vez de Ôpreferiblemente en forma de glucosaÕ, o bien, se podr’a especificar que debe utilizarse s—lo glucosa si el paciente usa acarbosa como tratamiento concomitantemente.

El PERFIL 5 se caracteriza por presentar AHOs notificados en otras posiciones de sospecha (segunda posici—n o siguientes). Se observan combinaciones de un nœmero elevado de f‡rmacos sospechosos, siendo entre ellos casi una constante la presencia de f‡rmacos del sistema cardiovascular combinados con diferentes AHOs. Como caso llamativo destaca la relaci—n metformina-rivastigmina en la que se produce n‡useas y pirexia.

Profundizando m‡s, el perfil 5.1 se caracteriza por presentar -tanto en hombres como mujeres- trastornos de la piel y del tejido subcut‡neo no graves. En cambio, en el perfil 5.2, se observan RAs graves que ocurren mayoritariamente en hombres y que afectan al metabolismo y la nutrici—n, al sistema sangu’neo y linf‡tico, y al sistema respiratorio y tor‡cico. El perfil 5.3 se desmarca de los anteriores por presentar menos f‡rmacos sospechosos y ser predominante en mujeres. En este œltimo perfil se registran RAs graves no mortales debidas a trastornos del metabolismo y la nutrici—n y trastornos gastrointestinales. A continuaci—n comentamos las relaciones m‡s relevantes observadas en este perfil 5:

Antihipertensivos y metformina. Dentro de los tratamientos antihipertensores que aparecen m‡s relacionados con metformina, se encuentran los principios activos enalapril (IECA) y valsart‡n (ARA-II) pertenecientes ambos al tratamiento cardiovascular. Son agentes que ejercen su acci—n antihipertensora actuando en el sistema renina-angiotensina. Debido a que metformina presenta eliminaci—n por v’a renal, en su ficha tŽcnica se recomienda tener especial cuidado en situaciones en las que la funci—n renal pueda estar afectada como puede ser al iniciarse un tratamiento antihipertensor, diurŽtico o con AINEs (48). En caso de llegar a una situaci—n de insuficiencia renal podr’a producirse una acumulaci—n plasm‡tica de metformina, dando lugar a acidosis l‡ctica (47). Es por ello que se recomienda estimar el aclaramiento de creatinina antes de iniciarse el tratamiento con metformina y regularmente desde su inicio (1 vez al a–o en pacientes con funci—n renal normal, de 2 a 4 veces en pacientes con aclaramiento de creatinina pr—ximo al l’mite inferior del valor normal y en pacientes de edad avanzada) (48). TambiŽn se recomienda no administrar metformina en pacientes con niveles de creatinina sŽrica superiores a 1,5 mg/dl en hombres o 1,4 mg/dl en mujeres (47).

Nuestros resultados demuestran la presencia de metformina y enalapril y/o valsart‡n (entre otros principios activos notificados) en 47 casos. En 5 de ellos aparecen ambos f‡rmacos como sospechosos, y en 3 se presenta como RA insuficiencia renal (IR) -2 con resultado de muerte por acidosis e insuficiencia renal por lo que concuerda con las caracter’sticas indicadas anteriormente-. Debido a que el porcentaje de aparici—n de IR no es muy elevado (6%), creemos que las recomendaciones sobre el uso combinado de metformina y antihipertensivos parecen aplicarse. A su vez, si la IR se ha notificado como RA significa que no era una condici—n preexistente en el paciente, por lo que generar’a sospecha sobre el tratamiento farmacol—gico, y como tal deber’a aparecer en la bibliograf’a. En los tres casos donde aparece IR el antihipertensivo implicado es enalapril.

Teniendo en cuenta la elevada proporci—n de mortalidad entre los casos que desarrollaron IR (preexistente o por RA), ser’a oportuno incluir informaci—n al respecto en el apartado de RAs de las ficha tŽcnicas de formulaciones con metformina –adem‡s de la existente en advertencias y precauciones- (48), a semejanza de como aparece en el Cat‡logo de Especialidades FarmacŽuticas (47); y que se valore el estudio de la potencialidad de generar IR por tratamiento con metformina y antihipertensivos en pacientes sin IR preexistente.

Rivastigmina y metformina. Relaci—n relevante es la observada entre los principios activos metformina y rivastigmina (f‡rmaco antidemencia), y estos, a su vez, con RAs de n‡useas y pirexia. Esta combinaci—n de f‡rmacos aparece en 3 casos, de los cuales 2 tienen desenlace mortal. En estos casos mortales ambos principios activos, junto con otros notificados secundariamente, son considerados f‡rmacos sospechosos.

No hemos encontrado ninguna referencia respecto a la relaci—n entre metformina y rivastigmina (47). Debido a la gravedad de los casos en los que aparece, ser’a interesante estudiar esta posible interacci—n (o RA), en pacientes diabŽticos de edad avanzada. Este hecho puede adquirir aœn m‡s relevancia con el tiempo, debido a que los pacientes diabŽticos alcanzan cada vez edades m‡s avanzadas en las que, a su vez, existe mayor incidencia de Alzheimer y Parkinson pudiendo verse afectados por estas RAs debido a su medicaci—n con rivastigmina.

En los dos casos mortales con metformina-rivastigmina, se ha observado como RAs malestar general, n‡useas y pirexia, esta triada podr’a utilizarse como sintomatolog’a que precisara sobreseguimiento. Estas tres RAs notificadas aparecen en la ficha tŽcnica de rivastigmina (89); en el caso de metformina s—lo las n‡useas. Aun as’, las n‡useas y los v—mitos son RAs frecuentes observadas con rivastigmina y con metformina, especialmente durante la fase de adaptaci—n al tratamiento. Puede darse un efecto sinŽrgico por parte de ambos f‡rmacos en la aparici—n de estas RAs, las cuales desencadenar’an estados de deshidrataci—n aguda, situaci—n que puede aumentar, a su vez, el riesgo de sufrir acidosis l‡ctica (44). Hay que indicar que en ambos casos mortales tambiŽn hubo uso concomitante de f‡rmacos derivados de dihidropiridina (bloqueantes de canales de calcio con efectos cardiovasculares) y estatinas sin especificarse el principio activo.

Acenocumarol y glibenclamida. En nuestros resultados obtenemos relaci—n entre glibenclamida –sulfonilurea- y acenocumarol -antagonista de vitamina K con acci—n antitromb—tica-. La interacci—n con riesgo de hipoglucemia entre sulfonilureas y anticoagulantes orales es conocida (19, 20, 26), pudiendo llegar eventualmente a coma hipoglucŽmico, cuando se producen administraciones concomitantes de algunos antagonistas de la vitamina K -dicumarol, acenocumarol, warfarina- con determinadas sulfonilureas -tolbutamida/clorpropamida, clorpropamida, y glibenclamida, respectivamente- (85). En caso de tener que usarlos combinados se recomienda vigilar los par‡metros de coagulaci—n (tiempo de protrombina –TP- e International Normalized Ratio –INR-). En la ficha tŽcnica de acenocumarol se indica que este puede potenciar el efecto hipoglucemiante de los derivados sulfonilurŽicos sin especificar ninguno; as’ como que algunas sulfonilureas -como tolbutamida o clorpropamida- pueden, a su vez, potenciar el efecto anticoagulante del acenocumarol (90). Otros autores consideran que las interacciones asociadas con anticoagulantes orales son generalizables a las indicadas para warfarina (34).

Entre nuestros datos hay 13 casos con tratamiento de glibenclamida y acenocumarol. S—lo hay hipoglucemia en dos casos y el acenocumarol no se considera sospechoso. En cambio, en los 3 casos donde se identifican RAs hemorr‡gicas tanto acenocumarol como glibenclamida son considerados sospechosos por interacci—n.

Dado que en algunas referencias advierten de las interacciones cruzadas de determinadas sulfonilureas y anticoagulantes, mientras que en otras se hace la advertencia respecto al grupo al que pertenecen sin especificar principios activos, ser’a adecuado que donde se presenten sulfonilureas y acenocumarol implicados en casos con hipoglucemias, se notificase el acenocumarol como sospechoso por interacci—n.

AntidiabŽticos y terapia preventiva cardiovascular. Segœn las recomendaciones internacionales, en pacientes diabŽticos que presentan hipertensi—n, es necesaria la politerapia de 2 o m‡s agentes antihipertensivos (IECA/ARAII, diurŽticos) (91). A su vez, en caso de que los pacientes diabŽticos tengan m‡s de cuarenta a–os o algœn factor de riesgo (hipertensi—n, dislipemia, riesgo cardiovascular, historia familiar de enfermedad cardiovascular, tabaquismo), se recomienda el uso de estatinas y antiagregantes plaquetarios (91).

En nuestros resultados hay 258 casos con tratamiento antihipertensivo (IECA o ARAII), de los que 13 presentan trastornos cardiovasculares como RA (5,0 %). Entre los pacientes diabŽticos con tratamiento antihipertensivo, hay 82 con tratamiento hipolipemiante (estatinas), de los que 4 presentan trastornos cardiovasculares (4,8%). De los pacientes diabŽticos con tratamiento antihipertensivo e hipolipemiante, 33 tienen tratamiento antiagregante, de los que 1 presenta trastorno no cardiaco (3,0%). Si adem‡s de tratamiento antidiabŽtico, antihipertensivo, hipolipemiante y antiagregante tienen tratamiento adicional de diurŽticos, nos encontramos con 9 casos donde ninguno presenta trastornos cardiovasculares.

Tras este desglose podr’amos concluir que, en pacientes diabŽticos, un mayor control de factores de riesgo cardiovascular parece eficaz en la reducci—n de aparici—n de RAs cardiovasculares. A su vez, este enfoque preventivo (antidiabŽticos + IECA/ARAII + estatinas + antiagregantes + diurŽticos) obliga a una politerapia m’nima de 4-5 f‡rmacos, que en contra de lo esperable, genera pocas RAs y, en general, no graves.

Simvastatina, hepatitis colest‡sica y AHOs. Observamos 2 casos donde se relacionan simvastatina y hepatitis colest‡sica en notificaciones de AHOs en politerapia. Simvastatina est‡ contraindicada en hepatopat’a activa o elevaciones persistentes de transaminasas sŽricas (85). A su vez, en su ficha tŽcnica se recoge hepatitis como RA rara (92), aunque no se hace referencia expresa a la tipolog’a colest‡sica que aparece en nuestros resultados, ni a que existan interacciones con hipoglucemiantes orales.

A pesar de ello, consideramos que un tratamiento concomitante antidiabŽtico bien con riesgo de hepatitis reversible -como acarbosa (88) o metformina (48)-, bien con riesgo de hepatitis y colestasis que puedan derivar en fallo hep‡tico -como glibenclamida (87)- puede aumentar el riesgo de aparici—n o la gravedad de la hepatitis colest‡sica por simvastatina. De hecho, glibenclamida tambiŽn aparece relacionada con hepatitis colest‡sica en la red de enlaces.

F‡rmacos no antidiabŽticos y RAs en presencia de AHOs. Hemos observado correlaci—n de hipoglucemia con gemfibrozilo y con levofloxacino, y de erupci—n eritematosa con irbesart‡n.

En el caso de gemfibrozilo, es conocido su riesgo de producir hipoglucemia si se combina con hipoglucemiantes (85) –como es el caso-; y en especial con repaglinida (93). En nuestros resultados no llega a especificarse si se produce por combinaci—n con este œltimo f‡rmaco.

Respecto a levofloxacino, hay advertencias -al igual que ocurre con todas las quinolonas-, del riesgo de hipoglucemia en pacientes que reciben tratamiento concomitante con agentes hipoglucemiantes orales -como glibenclamida- o insulina (85); y aparece recogida como RA en la ficha tŽcnica de levofloxacino (94). En nuestros resultados parece m‡s relacionada con AHOs, sin predominio de ninguno.

En el caso de irbesart‡n, no se registran reacciones cut‡neas en la ficha tŽcnica del f‡rmaco para el 2009 (85) pero s’ para el 2011 (95), aunque s—lo se recoge como RA rara la erupci—n cut‡nea, no se indica eritematosa. Ser’a interesante observar si tratamientos concomitantes con riesgo de eritema –como repaglinida (96)- pueden influir en su aparici—n.

COMBINACIONES DE INSULINAS Y AHOs EN POLITERAPIA

Las asociaciones obtenidas presentan frecuencias muy bajas comparadas con los grupos analizados anteriormente, lo que significa que hay una gran variabilidad entre los casos. La œnica asociaci—n de f‡rmacos que aparece m‡s de una vez es metformina-repaglinida, quedando notificada la insulina en posiciones de menor relevancia.

En este grupo de politerapia, a semejanza de los anteriores de Insulinas y AHOs considerados por separado, se repite el predominio de hipoglucemia en su asociaci—n con glargina o con metformina, cuando, en monoterapia, glargina se asocia con m‡s frecuencia a hiperglucemia, y metformina por s’ sola no causa hipoglucemia. Se puede deducir que la influencia de otros f‡rmacos concomitantes es la causa de dicha hipoglucemia, y que el hecho de que glargina o metformina no aparezcan relacionadas con principios activos concretos es signo de la variedad de tratamientos que pueden estar implicados.

En cambio, aparece la relaci—n entre pioglitazona y la RA vŽrtigo, que aun siendo poco frecuente segœn se registra en su ficha tŽcnica (97), es bastante espec’fica de este principio activo.

En el perfil 6.1, metformina es el f‡rmaco sospechoso aunque se presenta combinado con todo tipo de f‡rmacos –insulinas, IECAs, antiagregantes- considerados no sospechosos, mientras que las RAs notificadas no son espec’ficas de metformina.

La situaci—n de variabilidad que coment‡bamos es m‡s observable en el perfil 6.2. Los f‡rmacos sospechosos pueden ser insulina glargina o metformina o repaglinida, siendo as’ el œnico perfil de todo el estudio donde las notificaciones agrupadas no presentan elementos comunes. Esta situaci—n, en contra de parecer una limitaci—n del mŽtodo, permite conocer que el modelo agrupa en un perfil todos los casos que considera at’picos, por lo tanto son m‡s f‡cilmente identificables en caso de que ese fuese nuestro objetivo de estudio.

El perfil 6.3, es el œnico en el que se notifican insulinas y AHOs, y donde se considera m‡s de un f‡rmaco sospechoso. La insulina glargina destaca por ser el principal f‡rmaco sospechoso, y la posibilidad de interacciones entre f‡rmacos es elevada dada la variabilidad de combinaciones posibles entre antidiabŽticos, analgŽsicos y antiinflamatorios, sedantes y anticoagulantes. A pesar de que los casos no fueron graves en su mayor’a, consideramos especialmente la afectaci—n del sistema nervioso.

A continuaci—n comentamos las relaciones m‡s relevantes observadas en el perfil 6:

Metformina, sulfonilurea e insulina. Resulta interesante que, en casos en los que se utiliza insulina, no se presenten metformina y sulfonilureas como los dos primeros f‡rmacos sospechosos de RAs. Esto puede significar, por un lado, que el escal—n de tratamiento basado en una terapia triple parece seguro; y contrasta con el nœmero de casos de RAs donde la asociaci—n metformina+sulfonilureas estaba presente sin utilizarse insulina, por lo que ser’a de esperar que hubiese m‡s notificaciones al a–adir esta œltima al tratamiento.

Por otro lado, esto puede significar que este enfoque terapŽutico (metformina + sulfonilurea + insulina nocturna) no es muy utilizado, a pesar de recogerse en todos los algoritmos de tratamiento recomendados, tanto nacionales (19, 22, 25), como internacionales (76-79, 79, 98).

Si tomamos en conjunto las observaciones del perfil 6 -ausencia de RAs con uso asociado de metformina+sulfonilureas+insulina-, y las del perfil 4 -donde vemos m‡s RAs asociadas a uso combinado de metformina y sulfonilureas o metformina y glitazonas, sin presencia de insulina-; y las contrastamos con los algoritmos de tratamiento indicados anteriormente, podemos deducir que en Espa–a se ha tendido m‡s hacia una triple terapia con AHOs que a complementar el tratamiento de metformina o de metformina-sulfonilurea con la insulinizaci—n temprana. Este hecho se contrapone con la recomendaci—n adicional al algoritmo de tratamiento de diabetes tipo 2 realizada por el consenso ADA/EASD -y que se mantiene actualmente-, donde se indica que aunque se pueden usar tres AHOs, el inicio y la intensificaci—n de la terapia con insulina es preferible en tŽrminos de efectividad y gasto (76).

Esta deducci—n sobre la ausencia de insulinizaci—n tard’a, tambiŽn se apoya en los pocos casos de RAs observados donde los f‡rmacos sospechosos principales son metformina e insulina de acci—n prolongada glargina (1 caso), por lo que parece no haber sido un tratamiento muy extendido. Lo mismo ocurrir’a con el tratamiento insul’nico intensivo combinado con metformina (1 caso de tratamiento con glulisina y metformina).

Metformina, repaglinida e insulina. Observamos notificaciones en las que se asocia metformina + repaglinida + insulina en el perfil 6 (insulinas+AHOs), mientras que en el perfil 4 (combinaciones de AHOs) no destacaba la asociaci—n metfomina-repaglinida.

Segœn las gu’as nacionales, en casos donde las sulfonilureas estŽn contraindicadas o si los pacientes realizan comidas irregulares puede sustituirse las sulfonilureas por glinidas (22). Estas œltimas s—lo son consideradas como una opci—n terapŽutica segœn el consenso ADA/EASD en casos concretos debido a su menor efectividad hipoglucemiante y su coste (76). Es probable que en los casos donde las sulfonilureas se descartan, la opci—n de insulinizaci—n se considere antes, debido a un control glucŽmico deficiente con las glinidas.

Insulinas y glitazonas. Hemos observado tres casos de edema (dos perifŽricos y un angioedema) en los que est‡n implicados como sospechosos pioglitazona e insulina (detemir, glargina o lispro-lispro protamina). La insulina detemir es la œnica que no se consideraba sospechosa.

Es conocido que la administraci—n concomitante de insulina y pioglitazona, ambas asociadas con la retenci—n h’drica, puede aumentar el riesgo de edema y dicha situaci—n exacerbar o precipitar la insuficiencia cardiaca (41, 97).

Segœn la ficha tŽcnica de pioglitazona, su uso requiere un seguimiento de signos y s’ntomas de insuficiencia cardiaca, aumento de peso o edema; tanto en pacientes con al menos un factor de riesgo como en pacientes que combinen pioglitazona e insulina (97). Las mismas advertencias respecto al riesgo de insuficiencia cardiaca por dicho tratamiento combinado se recogen en la ficha tŽcnica de insulina detemir (41).

Algunos autores incluso consideran contraindicado el uso de pioglitazona en combinaci—n con insulina en cualquier circunstancia tras ocurrir casos de fallo cardiaco en presencia de esta combinaci—n (85).

TambiŽn observamos dos notificaciones de insuficiencia cardiaca en las que aparecen rosiglitazona e insulina (aspart-aspart protamina o glargina). De las dos insulinas, œnicamente glargina se considera sospechosa por interacci—n -aunque en su ficha tŽcnica s—lo se recoge el riesgo de insuficiencia cardiaca con pioglitazona, no con rosiglitazona (69)-; mientras que aspart-aspart protamina -con idŽnticas indicaciones (99)- no se considera sospechosa por interacci—n en nuestros datos.

Debido a lo anterior, en los casos donde se notifica edema y los pacientes est‡n tratados con glitazonas e insulina, estas œltimas deber’an registrarse siempre como sospechosas o sospechosas por interacci—n, y los pacientes deber’an sobreseguirse por su posible riesgo de insuficiencia cardiaca.

Glimepirida, acarbosa e insulina. Hay dos casos de hipoglucemia y asociaci—n de glimepirida y acarbosa como f‡rmacos sospechosos, y exclusivamente en uno de ellos aparece tambiŽn insulina como sospechosa. S—lo se advierte del riesgo hipoglucemiante de esta asociaci—n en la ficha tŽcnica de acarbosa (88) pero no en la de glimepirida expl’citamente (100), a semejanza de lo que ya indicamos en el caso de glibenclamida y acarbosa.

6. limitaciones del estudio

Respecto a los resultados en casos de politerapia, al ajustar el modelo a tres perfiles por grupo, cada perfil est‡ constituido por un nœmero elevado de casos, y las observaciones que se derivan de ellos son m‡s inespec’ficas que en los perfiles de monoterapia. Hemos comprobado que si se permite que el modelo adapte los datos a tantos perfiles como fuesen necesarios se obtienen resultados mucho m‡s espec’ficos aunque desproporcionadamente amplios para su tratamiento detallado en el presente trabajo.

7. cOnclusiones

En monoterapia:

- los casos de hiperglucemia asociada a los an‡logos de insulina corresponder’an a disminuciones del nivel de insulina, no a hiperglucemias de rebote;

- los an‡logos de acci—n prolongada producir’an m‡s reacciones en la zona de inyecci—n por una administraci—n inadecuada;

- la diarrea y acidosis l‡ctica por metformina predominaron en Arag—n y Catalu–a, respectivamente, en mujeres mayores de 65 a–os; estas RAs parecen limitar el uso de metformina en Espa–a;

- en Galicia existe una posible infrautilizaci—n de metformina frente a sulfonilureas; los pacientes –mujeres entre 65 y 74 a–os- suelen presentar hipoglucemias no graves;

- la detecci—n de anemia en monoterapia con rosiglitazona podr’a haber facilitado la identificaci—n de pacientes en riesgo de sufrir resultados cl’nicos adversos.

En politerapia:

- existe un posible uso incorrecto de insulina lispro combinada con insulinas intermedias (isof‡nica) o bif‡sicas (lispro+lispro protamina);

- la administraci—n por separado de metformina y glitazonas parece ser m‡s segura;

- existe riesgo de aparici—n de insuficiencia renal con metformina y antihipertensivos;

- puede producirse hepatitis colest‡sica por simvastatina en presencia de acarbosa, metformina o glibenclamida;

- existe un posible efecto sinŽrgico de metformina y rivastigmina en la producci—n de n‡useas y pirexia en pacientes diabŽticos de edad avanzada;

- s—lo en politerapia se observaron asociaciones de glargina-shock hipoglucŽmico, metformina-hipoglucemia y metformina-acidosis (no l‡ctica);

- fueron m‡s frecuentes las RAs a rosiglitazona/metformina en mujeres y a pioglitazona/metformina en hombres;

- la terapia cardiovascular parece segura y eficaz en la reducci—n de aparici—n de RAs cardiovasculares en pacientes diabŽticos;

- en Espa–a se tiende hacia una triple terapia con AHOs con m‡s riesgo de producir RAs, en vez de complementar el tratamiento de metformina o de metformina-sulfonilurea con la insulinizaci—n temprana.

El modelo aplicado ha demostrado ser v‡lido para detectar tanto caracter’sticas comunes entre los casos como casos at’picos. La obtenci—n de perfiles de pacientes diabŽticos que sufren reacciones adversas a medicamentos presenta aplicaciones para prever acontecimientos en el seguimiento post-comercializaci—n de f‡rmacos tanto tradicionales como nuevos.

8. agradecimientos

Trabajo financiado por la Junta de Castilla y Le—n y el Fondo Social Europeo.

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97. European Medicines Agency (EMEA). Actos¨: EPAR-Product information [acceso 10.01.2012]. Disponible en: http://www.ema.europa.eu/docs/es_ES/document_library/EPAR_-_Product_Information/human/000285/WC500021386.pdf

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APƒNDICE

1a. An‡lisis de red de enlaces. Frecuencias de correlaci—n en monoterapia

GRUPO

principio activo

tŽrmino preferente RAM

n¼ de enlaces

GRUPO 1. Notificaciones con Insulina en monoterapia

A10AD05

Hiperglucemia

7

A10AE05

Reacci—n en la zona de inyecci—n

5

A10AC01

Hipoglucemia

5

A10AE04

Hiperglucemia

5

A10AE05

Erupci—n eritematosa

3

A10AE04

Hipoglucemia

3

A10AE04

Reacci—n en la zona de inyecci—n

3

A10AD05

Respuesta terapŽutica disminuida

3

A10AD01

Hiperglucemia

2

A10AE04

Erupci—n eritematosa

2

A10AD05

Prurito

2

A10AE04

Diabetes mellitus

2

A10AC01

Hiperglucemia

2

GRUPO 2. Notificaciones con AHO en monoterapia

A10BA02

Diarrea

60

A10BA02

Acidosis l‡ctica

28

A10BB01

Hipoglucemia

20

A10BA02

Dolor abdominal

11

A10BA02

Dispepsia

10

A10BA02

N‡useas

10

A10BB12

Hipoglucemia

9

A10BG02

Anemia

6

A10BF01

Diarrea

6

A10BA02

Mareo

6

1b. An‡lisis de red de enlaces. Frecuencias de correlaci—n en politerapia

GRUPO

principio activo sospechoso

posici—n 1

principio activo sospechoso

posici—n 2

tŽrmino preferente RAM posici—n 1

tŽrmino preferente RAM posici—n 2

n¼ de enlaces

GRUPO 3. Notificaciones con Insulina/s y principios activos no antidiabŽticos

A10AE05

A10AB05

-

-

3

A10AC01

-

Hipoglucemia

-

2

A10AD04

A10AB04

-

-

2

A10AE04

-

Shock hipoglucŽmico

-

2

A10AB04

A10AC01

-

-

2

C09CA04

C03AA03

-

-

2

GRUPO 4.

Notificaciones con AHO/s y principios activos no antidiabŽticos. AHO en primera posici—n

A10BA02

A10BB01

-

-

11

A10BB01

-

Hipoglucemia

-

11

A10BA02

-

Diarrea

-

11

A10BB01

A10BA02

-

-

9

-

A10BA02

Hipoglucemia

-

8

A10BA02

-

Hipoglucemia

-

8

A10BA02

-

Acidosis l‡ctica

-

7

-

A10BB01

Hipoglucemia

-

7

A10BA02

A10BB12

-

-

4

A10BG03

A10BA02

-

-

3

A10BG02

A10BA02

-

-

3

A10BB12

-

Hipoglucemia

-

3

-

A10BB12

Hipoglucemia

-

3

A10BB01

C09AA02

-

-

3

A10BA02

-

-

Acidosis

3

GRUPO 5.

Notificaciones con AHO/s y principios activos no antidiabŽticos. Principio activo no antidiabŽtico en primera posici—n

-

A10BB01

Hipoglucemia

-

5

B01AA07

A10BB01

-

-

4

-

A10BA02

-

N‡useas

3

C09AA02

A10BA02

-

-

3

C10AB04

-

Hipoglucemia

-

3

-

A10BB01

Hepatitis colest‡sica

-

2

C09CA03

A10BA02

-

-

2

C09CA04

-

Erupci—n eritematosa

-

2

C10AA01

-

Hepatitis colest‡sica

-

2

J01MA12

-

Hipoglucemia

-

2

N06DA03

A10BA02

-

-

2

N06DA03

-

Pirexia

 

2

N06DA03

-

-

N‡useas

2

-

A10BA02

Pirexia

-

2

-

-

Pirexia

N‡useas

2

GRUPO 6: Notificaciones con combinaciones de Insulina/s y AHO/s

A10BA02

A10BX02

-

-

2

-

A10BA02

Hipoglucemia

-

2

A10AE04

-

Hipoglucemia

-

2

A10BG03

-

VŽrtigo

-

2


2. Ejemplo de ficha-resumen estructurada. Informaci—n obtenida para el perfil 1.1: 

PERFIL 1.1

DATOS DE LA NOTIFICACIîN

52 notificaciones

x=0, y=0

GŽnero:

mujer -> 59,62%

Gravedad:

no -> 100%

Edad (a–os):

³ 75 -> 21,15%

Mortal:

-

CCAA:

Catalu–a -> 17,31%

A–o:

2006 -> 23,08%

PRINCIPIOS ACTIVOS (PAs)

PA1

ATC 4:

A10AE -> 40,38%

ATC 5:

A10AE05 -> 26,92%

Sospecha:

sospechoso -> 100%

Indicaci—n terapŽutica:

Diabetes mellitus -> 67,31%

REACCIONES ADVERSAS (RAMs)

RAM1

îrgano

Trastornos generales y alteraciones en el lugar de administraci—n -> 36,54%

RAM2

îrgano

Trastornos de la piel y del tejido subcut‡neo, Trastornos generales y alteraciones en el lugar de administraci—n -> 31,58%

HltRAM

Pruritus NCOC -> 15,79%

RAM3

îrgano

Trastornos de la piel y del tejido subcut‡neo -> 60%

HltRAM

Pruritus NCOC -> 40%

PtRAM

Prurito -> 40%

RELACIîN CAUSAL- Algoritmo de Karch y Lasagna:

5-8 probable -> 63,46%