REVISIîN

Origen del Departamento de Bioqu’mica y Biolog’a molecular de la Universidad de Salamanca

Descripci—n: HD iMac:Users:Antonio:Downloads:foto.jpgJosŽ Antonio Cabezas Fern‡ndez del Campo

AcadŽmico de Nœmero de la Real Academia Nacional de Farmacia. Catedr‡tico emŽrito y ex-Vicerrector de Investigaci—n de la Universidad de Salamanca.

e-mail: edicion@ranf.com

Recibido el 10 de noviembre de 2012

An. R. Acad. Farm. 78, 4, 2012, 446-460

RESUMEN

Al crearse la Facultad de Farmacia en esta Universidad, en 1971, se constituy— oficialmente el "Departamento Interfacultativo de Bioqu’mica, Ciencias y Farmacia", en 1975. En la Facultad de Farmacia se imparti— la ense–anza de las disciplinas de Bioqu’mica y Bioqu’mica Especial, con car‡cter obligatorio, y se introdujo la de la Bioqu’mica Cl’nica como optativa. Con motivo de la dotaci—n de la C‡tedra de Bioqu’mica en la Facultad de Farmacia en 1982, previa propuesta un‡nime del Profesorado bioqu’mico implicado, se desglos— el Departamento Interfacultativo en sendos Departamentos, que quedaron adscritos a las respectivas Facultades. Finalmente, habiŽndose separado la C‡tedra de Bioqu’mica de la Facultad de Medicina de  la de Fisiolog’a  (de la que formaba parte), se constituy— en 1987 el actual Departamento, integrado por las C‡tedras/Departamentos de Bioqu’mica procedentes de estas tres Facultades. Partiendo de cero, adem‡s de la normal tarea docente, se ha llevado a cabo una extraordinaria actividad de investigaci—n cient’fica, que ha merecido el reconocimiento oficial tanto nacional como internacional.

Palabras clave: C‡tedra Bioqu’mica; Departamento de Bioqu’mica; Facultad de Biolog’a; Facultad de Farmacia; Facultad de Medicina; Universidad de Salamanca  (Espa–a).


ABSTRACT

Origin of the Department of Biochemistry and Molecular Biology of the University of Salamanca

Created the Chair of Biochemistry at the Faculty of Sciences of the University of Salamanca (Spain) in 1968, it was adscript as a Department to its Biological Section (soon transformed in Faculty of Biology). Structural and Metabolic Biochemistry were obligatory matters, and Molecular Biology as optative, in the studies. When the Faculty of Pharmacy was created in this University, in 1971, Biochemistry and Special Biochemistry (obligatory) and Clinical Biochemistry  (as a optative) were the matters teached at the Faculty of Pharmacy by the "Interfacultative Department, Sciences and Pharmacy", constituted in 1975. In 1982, the Chair of Biochemistry was created at the Faculty of Pharmacy; and the Interfacultative Department was divided. Finally, when the Chair of Biochemistry of the Faculty of Medicine was separated from that of Phisiology, the former was integrated with those of Biology and Pharmacy to constitute, in 1987, the present Department. According to independent evaluations, the level of scientifical research carried out, from the first time, by the Chairs of this Department is very high.

Keywords: Chair of Biochemistry; Department of Biochemistry; Faculty of Biologby; Faculty of Pharmacy; Faculty of Medicine; University of Salamanca (Spain).

1. antecedentes hist—ricos

El pasado 11 de septiembre tuvo lugar en la Facultad de Farmacia una breve ceremonia con motivo de cumplirse el 25¡ aniversario de la constituci—n del Departamento objeto de esta revisi—n, con la estructura actual; esto es, integrado por las respectivas c‡tedras de las Facultades de Biolog’a, Farmacia y Medicina. El acto, continuaci—n del simposio all’ presentado brillantemente el d’a anterior sobre las l’neas principales de investigaci—n desarrolladas por ese Departamento, estuvo presidido por el Rector, Prof. Daniel Hern‡ndez RuipŽrez, y cont— con la participaci—n de la Vicerrectora de Investigaci—n, Prof». M» çngeles Serrano (perteneciente a dicho Centro), y la de los Ex-Directores del mismo (Profs. Cabezas, Medina, Battaner y Villar), as’ como la del actual Director y organizador de tal celebraci—n, Prof. Emilio Fern‡ndez.

Segœn se recoge en la Memoria de actividades de la Universidad de Salamanca, ya anteriormente a 1987, desde el curso 1970-71, existi— oficialmente un ÒDepartamento de Bioqu’micaÓ correspondiente a la c‡tedra de Bioqu’mica de la Facultad de Ciencias (dotada s—lo dos a–os antes), la cual estaba ocupada, en virtud de concurso de traslado, desde el 24-IV-1969, por el Prof. que suscribe. Por tanto, es Žste el primer y m‡s antiguo catedr‡tico estrictamente de Bioqu’mica de la Universidad salmantina. Es sabido que, con anterioridad, existieron numerosos Catedr‡ticos de ÒFisiolog’a General, Qu’mica Biol—gica y Fisiolog’a EspecialÓ, en la Facultad de Medicina.

En la foto: En las escasas aulas que se abren al bello patio del venerable edificio conocido como ESCUELAS MENORES, y en sus reducidos laboratorios, se impartieron inicialmente las ense–anzas de la Facultad de Ciencias, compartiendo dichas dependencias con el reciŽn creado Instituto de 2» Ense–anza, desde mediados del siglo XIX hasta el curso 1903-04. El Instituto sigui— en aquellos locales hasta el a–o 1931, en que ocup— los del Noviciado de los Jesuitas, en las cercan’as del Paseo del Rollo.

Al crearse la Facultad de Farmacia en esta Universidad –inicialmente como Òno org‡nicaÓ en 1971 y convertida en Òorg‡nicaÓ s—lo tres a–os despuŽs (vŽase m‡s adelante)-, se constituy— oficialmente como ÒDepartamento Interfacultativo de Bioqu’mica, Ciencias y FarmaciaÓ, por Decreto de 24-II-1975 (B.O.E. del 12-IX-1975), siendo probablemente el primer ÒinterfacultativoÓ de la Universidad charra. As’ funcion— hasta que, al pasar a ocupar la c‡tedra de Bioqu’mica de Farmacia (ubicada en el nuevo edificio situado lejos del de la Facultad de Ciencias) el Prof. JosŽ M» Medina. En 1982, se decidi— un‡nimemente por el profesorado bioqu’mico de ambas Facultades solicitar de la Superioridad el desglose de dicho Departamento. Con fecha 23-VII-1982 se obtuvo la separaci—n, quedando como Departamentos independientes adscritos a sus respectivas Facultades.

As’ pues, la presencia de un ÒDepartamento de Bioqu’micaÓ en esta Universidad cuenta ya con un m’nimo de existencia de 42 a–os. Pero, dado lo reciente de estas fechas respecto a la larga trayectoria hist—rica de ÒnuestraÓ Universidad, de ocho siglos, puede deducirse que es relativamente tard’a la implantaci—n oficial de la docencia y la investigaci—n bioqu’micas en Salamanca.

Y cabe preguntarse: ÀPor quŽ sucedi— esto? ÀSe conocen algunos antecedentes sobre intentos, al menos, de establecer estudios de este tipo, aunque fuera de forma rudimentaria? Si esto tuvo lugar, ÀquŽ Facultades tuvieron mayor implicaci—n en tales intentos?

Resumidamente, se puede anticipar que existen precedentes, escasos (aunque muy meritorios), acerca del cultivo inicial del estudio y aplicaciones (sobre todo terapŽuticas) de materias vinculadas tanto a la faceta qu’mica como a la biol—gica, que integran el contenido de la Qu’mica Biol—gica (=Bioqu’mica) de nuestros d’as.

Con un criterio amplio, quiz‡ podr’a admitirse que, si el rey Alfonso X establece en la denominada Carta magna de la Universidad salmantina (a–o 1254) que Òayan un apo[the]carioÓ en la misma, tal cargo significa que quien lo desempe–ase deber’a tener el conocimiento (aunque fuera rudimentario y emp’rico) de las virtudes terapŽuticas de ciertas plantas, como m’nimo.

Siglos despuŽs, mejorado este conocimiento y ampliado considerablemente a partir del Descubrimiento de AmŽrica mediante la utilizaci—n de plantas de aquella procedencia, y adem‡s incorporando al arsenal terapŽutico valiosos materiales de car‡cter qu’mico (como el mercurio), resulta atractivo pensar que, poco a poco, se iba avanzando en una parcela del que ser’a el terreno dilatado de la Qu’mica Biol—gica, luego llamada Bioqu’mica.

Ya en el siglo XVIII, hubiera sido necesario poner en pr‡ctica ideas preconizadas por la Ilustraci—n, de las que eran partidarios algunos profesores del Estudio salmantino: impulsar el conocimiento de materias como la Bot‡nica y la incipiente Qu’mica. Pero se tropez— en Salamanca con la tenaz resistencia de los clŽrigos de la Facultad de Teolog’a, as’ como la de algunos juristas; por un lado, dada su concepci—n arcaica sobre algunas materias a las que consideraban de inferior categor’a o innecesarias, y por otro, ante el fundado temor de que la introducci—n de la ense–anza de nuevas y costosas disciplinas (por su car‡cter experimental) ser’a a costa de los ingresos de las antiguas, de los que ellos eran los principales beneficiarios. No obstante, en la botica del hospital salmantino se aprend’a Bot‡nica siguiendo la obra del prestigioso farmacŽutico madrile–o D. Casimiro G—mez Ortega.

En 1811, bajo la direcci—n del entonces Gobernador francŽs de la ciudad, Bar—n de ThiŽbault, se elabor— un ÒInforme sobre la Universidad de SalamancaÓ –todav’a entonces considerada como modelo para todas las del reino- en el que se suger’an modificaciones en la docencia de algunas materias de Medicina y, como novedad, se propon’a la incorporaci—n de las de Farmacia. Pero tales medidas no pudieron ser aplicadas, a causa de las penosas circunstancias bŽlicas y la carencia de medios econ—micos (por la orden de Napole—n, del a–o 1808, que priv— a esta Universidad de su fuente principal de ingresos: las famosas tercias del diezmo eclesi‡stico).

En la ÒGaceta de MadridÓ (despuŽs denominada ÒBolet’n Oficial del EstadoÓ, BOE) del 26-IX-1845 se publica por el Consejo de Instrucci—n Pœblica ÒUn nuevo Plan General de Ense–anza para todo el reino, plan m‡s centralizador aœn que el de 1824Ó: la ley Pidal (1845). Consecuencia de ella, en las escasas aulas que se abren al bello patio plateresco del venerable edificio de las Escuelas Menores –local que hab’a servido pocos a–os antes para alojamiento de los prisioneros franceses- y en sus reducidos laboratorios se impartieron (inicialmente adscritas a la Facultad de Filosof’a) las ense–anzas de Ciencias, compartiendo dichas dependencias con el reciŽn creado Instituto de 2» Ense–anza, desde mediados del siglo XIX hasta el curso 1903-04. El Instituto continu— en aquellos locales hasta que, en 1931, ocup— los del Noviciado de los Jesuitas, en el paseo de San Antonio, que dejaron Žstos al ser expulsados por el Gobierno de la Repœblica.

Tales ense–anzas fueron impartidas principalmente por dos salmantinos: los hermanos D. Juan JosŽ y D. çngel Villar y Mac’as, ambos Licenciados y Doctores en Farmacia, formados en Madrid. El primero, en 1846, fue nombrado ÓRegenteÓ de Qu’mica de la Universidad de Salamanca, y en el a–o siguiente gan— por oposici—n dicha c‡tedra, que desempe–— desde el 20-V-1847 hasta el 7-IV-1860, en que como consecuencia de la aplicaci—n de la Ley Moyano (de 10-IX-1857) –tan perjudicial para la Universidad de Salamanca- fue suprimida esta reciente Facultad de Ciencias. A Žl se le nombr— Catedr‡tico de Qu’mica Inorg‡nica de la Universidad de Barcelona. Pero, al restablecerse la ense–anza de la Qu’mica en la Universidad salmantina en 1869 –como resultado de las leyes liberalizadoras de la Revoluci—n de 1869 (que destron— a Isabel II)-, reanud— su vinculaci—n con dicha instituci—n, siendo el primer Catedr‡tico de la Facultad de Ciencias charra y su Decano (entre 1876 y 1897). Con todo fundamento, se le considera el fundador de la Facultad de Ciencias de esta Universidad.

TambiŽn su hermano çngel, colabor— eficazmente en esta decisiva etapa de consolidaci—n de las ense–anzas de la Qu’mica en Salamanca y en la separaci—n de la Facultad de Ciencias de la de Filosof’a. Posteriormente, se dedic— tambiŽn a desempe–ar otras actividades (como Alcalde, Diputado, Presidente de la Diputaci—n, etc., de esta ciudad).

Del a–o 1870 es un Decreto de Echegaray referente a la Òrehabilitaci—n de los grados conferidos en Facultades libresÓ, situaci—n a la que pasaron la de Medicina y la de Ciencias de Salamanca, cuyo sostenimiento se mantuvo generosamente hasta comienzos del siglo XX por el ÒAyuntamiento de la Capital, auxiliado por la Diputaci—n de la provinciaÓ, siendo su profesorado interino.

En la foto: En el dieciochesco edificio construido como HOSPEDERêA DEL COLEGIO MAYOR FONSECA se instalaron las ense–anzas te—rico-pr‡cticas de las Facultades de Ciencias y de Medicina desde comienzos del siglo XX hasta 1933, en que quedaron all’ solamente las de Medicina, por traslado de la Facultad de Ciencias al Palacio de Anaya.

En la Memoria de la Universidad de 1900-1901 se observa que la habitual denominaci—n de ÒFacultad de CienciasÓ ha quedado modificada como ÒFacultad de Ciencias: Secci—n de Qu’micasÓ.

Singular importancia para el tema aqu’ tratado presenta el punto siguiente: Como consecuencia de la aprobaci—n del Real Decreto de autonom’a universitaria, se aprueba proponer por la Junta de Facultad (con fecha 27-V-1919) las ense–anzas de Qu’mica Biol—gica (un curso) y de Biolog’a (Bot‡nica y Zoolog’a). ObsŽrvese que, probablemente por primera vez, se emplean estos nombres vincul‡ndolos al ofrecimiento de impartir la docencia de su contenido en la Universidad de Salamanca. Lamentablemente, tal propuesta no debi— de prosperar.

Pero el interŽs que ya entonces despertaba la Qu’mica Biol—gica, se manifest— aqu’ en un Òacontecimiento cient’fico important’simo y trascendental para nuestra UniversidadÓ, segœn expresa la Memoria Universitaria de 1922-23- con motivo de la celebraci—n del ÒIX Congreso para el progreso de las CienciasÓ (24-29-VI-1923), inaugurado por el Rey Alfonso XIII, y dirigido por el Doctor en Farmacia y primer Catedr‡tico espa–ol de Qu’mica Biol—gica de la Universidad Central, el prestigios’simo D. JosŽ Rodr’guez Carracido.

Con motivo del cambio producido en el Plan de estudios, en la Memoria de actividades del curso 1923-24 aparece la asignatura de Biolog’a como ÒacumuladaÓ a la de Geolog’a, en lugar de Zoolog’a. ÒQuiz‡ convenga destacar que ah’ radica la implantaci—n oficial de la asignatura de Biolog’a, que ser’a con el tiempo la base que dar’a origen a una nueva Secci—n de Ciencias –la de Biol—gicas-, que se convertir’a seguidamente en la Facultad de Biolog’a de la Universidad de SalamancaÓ (1).

En la foto: El bello edificio destinado a COLEGIO MAYOR DE SAN BARTOLOMƒ, reconstruido en el siglo XVIII sobre el solar en que se construy— siglos atr‡s el primitivo Colegio por encargo del fundador, Obispo Anaya, conocido por esto como PALACIO DE ANAYA, sufri— desde 1808 sucesivas ocupaciones para usos diversos (sede del Gobernador francŽs Bar—n de ThiŽbault, oficinas de TelŽgrafos y Hacienda, acuartelamiento, etc.) que lo deterioraron considerablemente. Recuperado para la Universidad gracias al apoyo del General Primo de Rivera durante el Directorio, fue acertadamente restaurado y destinado a Facultades de Ciencias (las plantas inferiores) y de Filosof’a y Letras (las superiores), inaugur‡ndose para estos fines en 1933.

En la sesi—n del claustro universitario de 19-II-1932, se acuerda Òdesistir de la implantaci—n de la Residencia de estudiantes en el antiguo Colegio de San BartolomŽ (Palacio de Anaya) y se aprueba el traslado a dicho edificio de las Facultades de Ciencias (a sus plantas inferiores) y Letras (plantas superiores)Ó (1).

La importante obra de adaptaci—n fue dirigida acertadamente por el brillante Arquitecto salmantino D. Genaro de No (hijo del que fue prestigioso Catedr‡tico de la Facultad de Ciencias, D. Eduardo de No Garc’a, considerado por sus compa–eros como propulsor de aquella instituci—n). Entre 1903 y 1933 la Facultad de Ciencias comparti— reducido espacio con la de Medicina en el edificio de la Hospeder’a del antiguo Colegio Mayor Fonseca.

Probablemente, estos podr’a considerarse como algunos de los antecedentes remotos del Departamento de Bioqu’mica y Biolog’a Molecular de la Universidad de Salamanca. Adem‡s existen otros m‡s cercanos.

2. Algunos datos

En efecto, as’ podr’a juzgarse a los antecedentes hist—ricos de este Departamento posteriores a la Guerra Civil; que tan profundamente alter— la vida espa–ola en general, y en menor cuant’a la estructura y funcionamiento de la Universidad.

Al producirse el levantamiento militar de julio de 1936, Òobviamente, en ninguna Facultad se pudo desarrollar labor acadŽmica. En Anaya se instalaron los Servicios de Propaganda, siendo de gran eficacia los radiof—nicos all’ inaugurados el 17-I-1937. Todos los recursos universitarios y particulares, voluntariamente o por procedimientos coercitivos, fueron puestos a disposici—n del llamado bando nacionalÓ (1).

Terminada la contienda, se fue recuperando gradualmente la actividad acadŽmica (mejor de lo que a veces se ha expresado), superando las restricciones en la adquisici—n de productos y aparatos extranjeros impuestas no s—lo por la deteriorada situaci—n econ—mica espa–ola sino por las limitaciones ocasionadas por la II Guerra Mundial. La siempre prudente y h‡bil gesti—n del Rector, el salmantino D. Esteban Madruga, y el tenaz esfuerzo de numerosos Catedr‡ticos –algunos que, como D. Fernando Gal‡n, mantuvieron prolongadamente una valiosa actividad investigadora, adem‡s de la docente (que en el curso 1943-44, por ejemplo, hab’a que dedicar a un porcentaje elevado de los 500 alumnos de Ciencias y preparatorio de Farmacia)- lograron paliar tales dificultades.

Pero en la dŽcada de 1950, y aœn m‡s en la de 1960, es cuando puede probablemente considerarse que tiene lugar Òel despegueÓ de esta Facultad, logr‡ndose un destacado progreso en la faceta investigadora gracias a la incorporaci—n de nuevos catedr‡ticos (entre ellos D. Joaqu’n de Pascual o D. Felipe Lucena) que llegaron con su reciente formaci—n ampliada en el extranjero e introdujeron interesantes l’neas de investigaci—n, y favorecieron el trabajo experimental con la realizaci—n por los j—venes licenciados de las Tesis de Licenciatura (las llamadas ÒTesinasÓ), Žstas habitualmente como fase previa a la ejecuci—n de la Tesis Doctoral.

Ciertamente que hab’a habido valiosos precedentes, aunque escasos y algo lejanos. As’, el Prof. D. Joaqu’n de Pascual, en la lecci—n inaugural del curso 1954-1955 a Žl encomendada, destacaba el mŽrito de los Òestudios cualitativos realizados en el Laboratorio de Qu’mica Org‡nica por el Prof. D. Ignacio Ribas y colaboradores durante la guerra, publicados en 1940, relativos a la detecci—n de la iperita o gas mostazaÓ, cuyo mecanismo de acci—n contribuy— a esclarecer el propio D. Joaqu’n en la Facultad de Ciencias de Valencia.

En otro orden de cosas, cabe mencionar que D. Ignacio, persona muy apreciada por el Rector Unamuno, fue uno de los contados colegas que, al fallecimiento de Žste, ayud— a bajar su ataœd desde el primer piso de la vivienda unamuniana en la calle de Bordadores de la Salamanca inmersa en la triste contienda fratricida.

RecuŽrdese que aquellos a–os son esencialmente coincidentes con los de la etapa ministerial (1962-1968) del qu’mico y farmacŽutico, Prof. de Qu’mica Org‡nica, D. Manuel Lora Tamayo, quien dio una orientaci—n Òcient’ficaÓ al funcionamiento del Ministerio (cuyo nombre cambi—, denomin‡ndolo Òde Educaci—n y CienciaÓ). Con objeto de impulsar la limitada labor de investigaci—n que efectuaba la Universidad a causa de que muchos de sus profesores ten’an otra ocupaci—n extra-universitaria que les aportaba ingresos adicionales compensatorios de los relativamente muy escasos procedentes de la c‡tedra, estableci— los reg’menes de Òdedicaci—n exclusivaÓ y Òdedicaci—n plenaÓ, a los que aquŽllos se pod’an acoger voluntariamente (con un incremento ÒrazonableÓ en el salario), pero respet‡ndose el ÒrŽgimen normalÓ anterior para quien as’ lo deseara.

Fiel a este af‡n innovador, se present— en la sesi—n de la Junta de la Facultad de Ciencias salmantina, celebrada el 23-I-1963, por el miembro de la misma y Vicerrector, Prof. Lucena, Òuna propuesta a favor de la creaci—n en Salamanca de una Secci—n de Ciencias Biol—gico-Qu’micasÓ (1). Veros’milmente, constituye este escrito el primer testimonio de tan importante asunto.

ÒEspecialmente relevante es todo lo tratado en la sesi—n de la Junta de Facultad de 10-III-1964, en que el Decano se refiere a la reciente creaci—n de la Secci—n de Ciencias Biol—gicas, y expresa su opini—n de que debe comenzar a funcionar cuando se cumplan las garant’as m’nimas para su eficacia, y esto ser‡ factible cuando existan algunos nuevos Catedr‡ticos [É]; para lo cual el Ministerio piensa dotar r‡pidamente las distintas C‡tedrasÓ (1).

Concretamente, Òdentro del curso siguiente, 1965-66, en la sesi—n de la Junta de Ciencias del 14-IV-1966, se acord— solicitar las siguientes plazas de Profesores Agregados para 1966: Secci—n Biol—gicas: Citolog’a, Qu’mica Fisiol—gica. Secci—n Qu’micas: Departamento de Qu’mica Org‡nica: Bioqu’micaÓ (1).

Se deduce, que la solicitud inicial de la que hab’a de ser Agregaci—n, que despuŽs se convertir’a en C‡tedra, y luego Departamento, de ÒBioqu’micaÓ de la Facultad de Ciencias estuvo inicialmente vinculada a su Secci—n de Qu’micas.

En consecuencia, las ense–anzas de ÒQu’mica Biol—gicaÓ del 2¼ Curso de la nueva carrera las desempe–— la Profesora Adjunta del Departamento de Qu’mica Org‡nica D–a. InŽs S‡nchez Bellido, durante el curso de 1966-67 y el primer trimestre del curso 1967-68, pasando a ser ÒProfesora Agregada ProvisionalÓ de ÒBioqu’micaÓ desde enero de 1968 hasta 31 de diciembre del mismo a–o, salvo el brev’simo parŽntesis de algunas semanas veraniegas de 1968 en que, nominalmente, fue Agregado numerario –aunque sin impartir docencia, dadas las fechas, ni realizar ex‡menes- el Prof. D. Manuel Rosell PŽrez (seguidamente Catedr‡tico de Barcelona) (2).

En la foto: Al resultar insuficiente, especialmente para los trabajos experimentales, las instalaciones del Palacio de Anaya, y previniŽndose la posible creaci—n de otras Secciones/Facultades derivadas de lo que era la FACULTAD DE CIENCIAS QUêMICAS, se logr— en breve tiempo la construcci—n de un NUEVO EDIFICIO en el solar del que fue Colegio del Rey (y zonas contiguas), en la llamada Plaza de los Ca’dos. All’ se ubicaron las Secciones de Ciencias Qu’micas y Ciencias Biol—gicas inicialmente (luego convertidas en sendas Facultades), a partir del a–o 1967, y tambiŽn las de Geol—gicas y F’sicas (Žsta temporalmente).

Al dotarse, en 1968, con categor’a de ÒC‡tedra de Bioqu’mica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de SalamancaÓ, esta plaza no qued— adscrita a ninguna Secci—n en concreto; pero se interpret— que correspond’a a la reciŽn creada Secci—n de Ciencias Biol—gicas.

Adem‡s del Departamento de Qu’mica Org‡nica de la Secci—n de Qu’micas, el Departamento de Microbiolog’a de dicha Secci—n de Biol—gicas (Catedr‡tico Director: Prof. Julio Rodr’guez Villanueva) tambiŽn colabor— decisivamente en estos comienzos encarg‡ndose el Dr. Santiago Gasc—n Mu–oz, perteneciente a aquel Departamento, de impartir las ense–anzas de ÒBioqu’mica IIÓ del 4¼ a–o de Licenciatura, durante el curso 1968-69. Asimismo, el equipo del Catedr‡tico de la Facultad de Medicina D. JosŽ M» Gandarias desempe–— la ense–anza de la Fisiolog’a General.

Como ya se indic— al principio, la primera C‡tedra que con el nombre de ÒBioqu’micaÓ se dota en la Universidad de Salamanca, precisamente para su Facultad de Ciencias, la ocupa, por Orden ministerial de 24-IV-1969, en virtud de concurso de traslado, el ya catedr‡tico de la misma asignatura de la Facultad de Farmacia de Santiago de Compostela desde hac’a cerca de diez a–os (quien adem‡s tambiŽn ven’a desempe–ando, sin retribuci—n adicional, dicha docencia en la asimismo nueva Secci—n de Ciencias Biol—gicas de la Universidad compostelana), Prof. JosŽ A. Cabezas Fern‡ndez del Campo. Con objeto de terminar las actividades del curso en Santiago, se le autoriz— a incorporarse a la C‡tedra salmantina el 30-IX-1969. Desde esa fecha hasta su jubilaci—n por raz—n de edad el 30-IX-1999, ha ejercido ininterrumpidamente durante 30 a–os en la ciudad del Tormes, y unos tres a–os m‡s en calidad de EmŽrito (situaci—n alcanzada por votaci—n un‡nime de los distintos estamentos implicados).

Con motivo de la dotaci—n de esta C‡tedra, la Agregaci—n del mismo nombre desapareci—, para transformarse en Agregaci—n de Fisiolog’a Vegetal, m‡s tarde convertida en C‡tedra.

En la creaci—n de la inicial Secci—n de Ciencias Biol—gicas de la Universidad salmantina hasta tres licenciados y doctores en Farmacia puede apreciarse que tuvieron una destacada actuaci—n: los Catedr‡ticos D. BartolomŽ Casaseca (de Bot‡nica), D. Julio Rodr’guez Villanueva, y quien esto suscribe. M‡s tarde, la incorporaci—n del Prof. D. Arturo PŽrez Eslava, Ingeniero Agr—nomo, como Catedr‡tico de GenŽtica, ha contribuido a esta heterogeneidad de origen del profesorado, que parece ser ha resultado fruct’fera.

En esta etapa, por disposici—n ministerial, la ense–anza de la ÒBiolog’a MolecularÓ, como nueva rama de la Bioqu’mica, queda oficialmente adscrita a esta disciplina. Desde entonces a los Profesores, C‡tedras y asignaturas de Bioqu’mica se les autoriza a denominarse de ÒBioqu’mica y Biolog’a MolecularÓ. En las Secciones de Ciencias Biol—gicas / Facultades de Biolog’a ya ven’an impartiŽndose las materias de : ÒBioqu’mica II (o Estructural) y ÒBioqu’mica II (o Metab—lica), como ÒtroncalesÓ obligatorias; y ÒBiolog’a MolecularÓ (en este œltimo a–o de carrera), como optativa.

3. De las Memorias anuales de actividades

En la dŽcada de 1970, dentro de un ambicioso proyecto de ampliaci—n de la oferta de otras nuevas Licenciaturas y ante la oportunidad de completar el ‡rea biosanitaria, de gran tradici—n en la Universidad salmantina, Òel entonces Rector de esta instituci—n, Prof. D. Felipe Lucena Conde, en junio de 1970, inicia ante el Ministerio de Educaci—n los tr‡mites necesarios para la implantaci—n en Salamanca de los estudios universitarios de FarmaciaÓ (2).

Ahora bien, as’ como la creaci—n de la Secci—n de Ciencias Biol—gicas, en la inmediata dŽcada anterior, goz— de las m‡ximas facilidades dentro de los programa ministeriales –al estimarse que exist’a realmente carencia de modernos bi—logos en Espa–a, porque no hab’a habido hasta poco antes m‡s de dos Secciones de Ciencias Naturales (en Madrid y Barcelona) para formarlos-, parec’a que era menos indispensable establecer una Facultad de Farmacia en Salamanca, dada su relativa proximidad geogr‡fica a Madrid y el tradicional ‡mbito de influencia de la Facultad de Farmacia de Santiago en esta zona, compartido con el similar de la madrile–a.

Lucena –persona a quien no arredraban los obst‡culos y dotado de imaginaci—n y habilidad para superarlos-, hall— la f—rmula para resolver los problemas proponiendo (o aceptando) la f—rmula ÒintermediaÓ de creaci—n de una Facultad Òno org‡nicaÓ de Farmacia. As’ lo logr—, por Decreto 2484/1971, de 17-IX-1971, BOE del 18-X-1971Ó (2).

El entonces Decano de la Facultad de Ciencias, Prof. D. Joaqu’n de Pascual Teresa, asumi— las funciones de Decano de Farmacia. Tanto el personal docente como el de Administraci—n y Servicios (de modo muy intenso la Jefe de la Secretar’a D–a. Araceli Mateos) de aquella Facultad, as’ como especialmente el Profesorado de los Departamentos de Bot‡nica, Microbiolog’a, y Bioqu’mica y Biolog’a Molecular de la de Biolog’a aportaron su generosa colaboraci—n a esta labor durante varios a–os, hasta que se fueron formando otros colegas en la nueva instituci—n o llegaron desde otras (a medida que se fue consiguiendo la dotaci—n de plazas de Agregado o Catedr‡tico), quienes, en perfecta coordinaci—n con los primeros, los fueron reemplazando.

ÒS—lo tres a–os escasos despuŽs de la creaci—n de esta Facultad como Òno org‡nicaÓ se public— el Decreto que le confer’a el rango de Òorg‡nicaÓ, idŽntico al de las restantes (BOE de 4-IX-1974)Ó (2).

El primer catedr‡tico de la misma fue el entonces joven y ya prestigioso Prof. Alfonso Dom’nguez-Gil HurlŽ, formado al lado del no menos acreditado Catedr‡tico de Farmacia GalŽnica de Santiago, Prof. Rafael Cad—rniga Carro. Reemplazando en el Decanato al Prof. De Pascual, numerosos y delicados fueron los asuntos que tuvo que abordar, resolviŽndolos con habilidad no exenta de energ’a, tanto en este cargo como en su espec’fica materia, logrando en breve plazo montar en el Hospital Universitario, partiendo de cero, un Servicio modŽlico tanto en la faceta asistencia como en la investigadora. Jubilado, por raz—n de edad, el 20-IX-2012, ha superado el ahora dif’cil tr‡mite del Emeritazgo.

Durante seis curso sucesivos (entre 1975-76 y 1981-82), el oficialmente constituido ÒDepartamento Interfacultativo de Bioqu’mica, Ciencias y FarmaciaÓ (como antes se indic—), ubicado en la Facultad de Biolog’a, en el edificio de la plaza de la Merced, desempe–— no s—lo la docencia bioqu’mica correspondiente a esta Facultad sino tambiŽn la relativa a Farmacia. En concreto, se impartieron las ense–anzas de ÒBioqu’micaÓ y ÒBioqu’mica EspecialÓ como disciplinas obligatorias, y se introdujo por primera vez, con car‡cter optativo, la correspondiente a ÒBioqu’mica Cl’nicaÓ, de gran tradici—n farmacŽutica. Esta colaboraci—n se hizo sin percibir el respectivo Profesorado de la Facultad de Biolog’a remuneraci—n adicional alguna.

Las plazas de Adjunto y Ayudantes (con su personal) concedidas a Bioqu’mica de Farmacia pasaron a adscribirse a esta Facultad al producirse el mencionado desdoblamiento del Departamento en 1982. El catedr‡tico que suscribe tambiŽn colabor— en el examen de numerosos expedientes en que se solicitaba la convalidaci—n de asignaturas, as’ como en el asesoramiento sobre instalaciones asignadas a Bioqu’mica en el edificio en construcci—n de la Facultad de Farmacia.

Las correspondientes Memorias anuales de actividades publicadas por la Universidad (3) recogen resumidamente los principales resultados de los trabajos docentes e investigadores de este Departamento. Sin car‡cter exhaustivo, pueden entresacarse de ellas algunos datos como los siguientes, relativos œnicamente a la Bioqu’mica de la Facultad de Biolog’a (no a los de las Facultades de Farmacia o Medicina), y limitando preferentemente esta indicaci—n al periodo de 1969 a 1986 (a–o Žste en que, en el mes de diciembre, el Prof. JosŽ A. Cabezas termin— de desempe–ar el cargo de Vicerrector de Investigaci—n de la Universidad, en el que hab’a permanecido desde abril de 1984).

Durante esa etapa, se han realizado, obteniŽndose altas calificaciones: 52 Tesis de Licenciatura y 26 Tesis Doctorales, por licenciados en Biolog’a, Farmacia (una de ellas por una francesa) o Qu’micas; se ha participado, presentando comunicaciones, en todos los congresos internacional de Bioqu’mica y en todos los de la Federaci—n Europea de Sociedades de Bioqu’mica; mediante Acciones Integradas, Programas internacionales como Eurage o Erasmus o Enzimas lisos—micas, y durante una veintena de a–os con el Instituto Pasteur de Par’s, se ha cooperado en trabajos de investigaci—n con prestigiosos cient’ficos de otros pa’ses (Francia, Alemania, Holanda, EE.UU., Inglaterra, Italia), adem‡s de con Servicios del Hospital Universitario de Salamanca (especialmente con el del Departamento de Cirug’a, Prof. A. G—mez Alonso); se han desarrollado varios cursos sobre tŽcnicas instrumentales bioqu’micas o sobre Enzimolog’a, para licenciados de distintas carreras; se han organizado cuatro ciclos de conferencias, dictadas por acreditados especialistas (entre los que cabe destacar a los Premios Novel L. F. Leloir y S. Ochoa).

Todo lo cual, se ha plasmado en la obtenci—n de premios, como los concedidos a algunos miembros del Departamento, en varias ocasiones, por la Real Academia Nacional de Farmacia; y el de ÒInvestigaci—n Cient’fica y TŽcnicaÓ, de la Junta de Castilla y Le—n, al Prof. que suscribe.

Puede estimarse como una valoraci—n independiente de esta labor investigadora la publicada por la ÒRevista espa–ola de documentaci—n cient’ficaÓ (C.S.I.C., 8, 319-348, 1985), la cual, en su art’culo sobre ÒLa producci—n cient’fica en Salamanca, 1980-83Ó expresa que Òla Facultad m‡s productiva es la de Biolog’aÓ. Pues bien, el 23,39 % de esta Facultad corresponde precisamente a la C‡tedra de Bioqu’mica; y si se toman en consideraci—n los ¾ del 20,59% relativos a Bioqu’mica de Farmacia (por haber estado unidas ambas C‡tedras entre 1975 y 1982), podr’a deducirse que la producci—n lograda en ese periodo por dicho Departamento es realmente muy elevada.

S—lo ante el fundado temor de incurrir en inevitables (aunque involuntarias) omisiones, se ha prescindido deliberadamente en este resumen de mencionar los nombres de la media docena de Catedr‡ticos, la docena de Profesores Adjuntos/Titulares, los numerosos Ayudantes o Becarios, ÒTesinandosÓ o Doctores que, habiendo adquirido su formaci—n esencial aqu’ (habitualmente luego ampliada en prestigiosos laboratorios extranjeros), participaron con entusiasmo, eficacia y a veces sacrificio en la realizaci—n de la investigaci—n, en Salamanca o en pa’ses como los antes indicados. Y algunos continœan haciŽndolo.

Por œltimo, excepcionalmente, quiz‡ s’ debe mencionarse el nombre de D–a. Rosario S‡nchez Barbero, por su valios’sima labor como Secretaria de la C‡tedra/Departamento desde los comienzos, intensificada con motivo de la organizaci—n de las ÒXI Jornadas Bioqu’mica LatinasÓ –congreso que, en 1973, reuni— en Salamanca a unos 450 bioqu’micos de 24 pa’ses (y que se autofinanci—)-, de cuyo secretariado nacional se ocup— durante siete meses, al igual que lo hizo durante el mismo periodo (para el voluminoso secretariado internacional) D–a. Colette Delamare.

4. REFERENCIAS

1.     Cabezas Fern‡ndez del Campo, JosŽ A.. (2001) Antecedentes hist—ricos de las Facultades de Ciencias Qu’micas, Biolog’a y Farmacia de la Universidad de Salamanca. Instituto de Espa–a/Real Academia de Farmacia. Madrid. Pp.: 23, 41, 44, 46, 47, 64, 65, 68, 79, 82, 96, 100, 105, 117, 125, 139, 146, 148, 149, 152, 170 y 206.

2.     Cabezas Fern‡ndez del Campo, JosŽ A. (1989) Datos referentes a Bioqu’mica y Biolog’a Molecular (desde 1966 a 1989). Secretar’a de la Facultad de Biolog’a de la Universidad de Salamanca.

3.     Universidad de Salamanca. (1969-1989). Memorias anuales de actividades.