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Boticas y boticarios en el Madrid de 1812

Antonio Gonz‡lez Bueno

Departamento de Farmacia y Tecnolog’a farmacŽutica. Universidad Complutense de Madrid. 28040 Madrid. Spain.

e-mail: agbueno@ucm.es

Recibido el 18 de noviembre de 2012           An. Real Acad. Farm. Vol 79, N¼ 1 (2013), pag. 111-130

RESUMEN

ÀC—mo vivieron los boticarios madrile–os el cr’tico a–o de 1812?. Un an‡lisis de las fuentes archiv’sticas y de la prensa peri—dica contempor‡nea nos ayuda a desvelar la situaci—n social, econ—mica y profesional de este colectivo analizada tanto desde los aspectos docentes (Real Colegio de Farmacia), como los corporativos (Real Colegio de Profesores Boticarios) y devocionales (Congregaci—n de Nuestra Se–ora de los Desamparados y San Lucas Evangelista).       

Palabras clave: Historia de la Farmacia; Siglo XXI; Espa–a.

ABSTRACT

Pharmacies and pharmacists in 1812Õs Madrid

How did apothecaries live in Madrid the critical year of 1812?. An analysis of archival sources and contemporary periodical press has helped to uncover the social, economic and professional situation of this group, analyzed educational aspects (Real Colegio de Farmacia), corporatives  (Real Colegio de Profesores Boticarios) and devotionals ones (Congregaci—n de Nuestra Se–ora de los Desamparados y San Lucas Evangelista).

Keywords: History of Pharmacy; Nineteenth century; Spain.


1. EL MADRID DE 1812

Mientras el pueblo y los congresistas gaditanos celebraban el nacimiento de la Constituci—n de 1812, sancionada -no por casualidad- en d’a de la onom‡stica del Ôrey intrusoÕ, los madrile–os mor’an de hambre (1).

El Madrid de 1812, donde se encuentra instalada la corte josefina, es una ciudad en estado de crisis; el doce de enero, el guerrillero Juan Palarea, alias Ôel mŽdicoÕ, ataca la capital por la zona de Atocha y Las Delicias (2), de donde es rechazado; el 28 de julio, al conocer la derrota de Arapiles, JosŽ Bonaparte sale de la ciudad; algo menos de un mes despuŽs, el 12 de agosto, las tropas hispano-inglesas entran en ella, se retirar‡n el 31 de octubre, tras volar las fortificaciones francesas de El Retiro; el 3 de diciembre JosŽ Bonaparte volver‡ a entrar en una desolada y ex‡nime Madrid; no partir’a definitivamente de ella hasta marzo de 1813.

  La cr’tica situaci—n pol’tica y econ—mica vivida en el Madrid de 1812 hizo florecer ideas pol’ticas contrapuestas en el colectivo, relativamente peque–o, de los farmacŽuticos madrile–os: Pl‡cido de Briega Regidor (m. 1830), que acababa de enviudar en los inicios de Žste 1808, mostr— una actitud proclive al absolutismo, mientras que Pedro GutiŽrrez Bueno (1743-1822), ÔPetrus BonusÕ como cari–osamente era apelado por el Bibliotecario mayor, Leandro Fern‡ndez de Morat’n (3), pasaba por uno de los m‡s amargos momentos de su vida; a la separaci—n de facto de su segunda esposa, Josefa Aguado (4), se une el proceso de depuraci—n al que se encuentra sometido al ser acusado de conspiraci—n contra los franceses; las primeras vistas del juicio, ante el Tribunal de Apelaciones y Vigilancia, tienen lugar en la primera quincena de octubre de Žste 1812 (5); la resoluci—n habr’a de esperar a 1814 (6); por las mismas fechas en que Pl‡cido de Briega firma la delaci—n contra los diputados docea–istas (7). Una disensi—n ideol—gica que no hab’a impedido la colaboraci—n entre Pedro GutiŽrrez Bueno y Pl‡cido de Briega en los a–os anteriores a esta Žpoca de crisis que nos ocupa (8).  

La situaci—n econ—mica del vecindario de Madrid rozaba tonos dram‡ticos; la escasez toc— de lleno el mundo del medicamento. Un suelto del Diario de Madrid, inserto en las p‡ginas del nœmero correspondiente al miŽrcoles 11 de noviembre de Žste 1812, resulta especialmente ilustrativo:

ÒEl hospital militar, igualmente que los civiles, de esta villa se hallan en el estado mas lastimoso por su extremada escasez, no solo de provisiones sino de medicamentos y utensilios, sin que el Ayuntamiento en el inmenso cœmulo de obligaciones que le abruman pueda hacer otra cosa que sentir ’ntimamente aquella falta, y suplir ‡ ella mui defectuosamente con el corto auxilio que cabe en sus medios y recursos. Pero confiando en la humanidad y beneficencia del vecindario tantas veces ejercitadas respecto de dichos establecimientos, le ruega encarecidamente se esfuerce en su alivio con los socorros que pueda, y particularmente en el d’a con hilas para el militar, del que est‡ absolutamente exhausto; y que se recibir‡n en el mismo, y en el despacho principal del diario calle de Alcal‡ÉÓ(9).

Esta crisis afect— tambiŽn a los recursos econ—micos de los boticarios, un grupo profesional que, en su conjunto y hasta donde la documentaci—n de car‡cter econ—mico nos permite conocer, se sitœa en una clase burguesa privilegiada. La disminuci—n de sus ganancias se hace evidente en la imposibilidad de mantener a parte del personal hasta entonces adscrito a su servicio: preceptores, como el que hab’a trabajado en la casa del boticario Benito Calonge (10); mayordomos, como el que sirviera a Silverio PŽrez (11); o asistentas como la que trabajaba para el boticario de la calle de Alcal‡, anunciar‡n su disponibilidad laboral desde las p‡ginas del Diario de Madrid, ofreciendo sus servicios Ôaunque sea por la mitad del salarioÕ (12).

2. El Real Colegio de Farmacia

  Las Ordenanzas de Farmacia promulgadas en 1804 establecieron la  fundaci—n, en Madrid, de un Real Colegio de Farmacia, dedicado a la formaci—n de los futuros profesionales, bajo la tutela de la Junta Superior Gubernativa de Farmacia. La instituci—n fue formalmente constituida el 5 de mayo de 1806, empleando como locales los mismos de que dispon’a el Real Colegio de Boticarios de Madrid, en los comienzos de la calle de Atocha, frente al Hospital General y que, hasta entonces, hab’an estado ocupados -al menos parcialmente- por el Real Colegio de San Carlos, como vestigio de lo que fue la ef’mera existencia de la Facultad Reunida, en el inicio del siglo XIX. All’ permanecer‡ hasta que, en 1815, se trasladara a una nueva sede, en la calle del Barco (13).

  Apenas iniciadas sus tareas, en 1812 las ense–anzas se distribu’an en tres cursos: Historia Natural con sus ramas (Bot‡nica, Mineralog’a y Zoolog’a) constitu’a el primero; Qu’mica se impart’a en el segundo y Farmacia en el tercero y as’ permanecer’a hasta 1815 en que un cambio en los planes de estudio elevar’a a cuatro el nœmero de a–os que habr’an de cursarse. En Žste 1812 el Colegio de Farmacia contaba con tal solo dos profesores: Pedro GutiŽrrez Bueno, ÔPetrus BonusÕ, quien ejerc’a, cuando su delicada salud se lo permit’a (14), como jefe local del Colegio y Antonio de la Cruz Mart’n.

  No disponemos del nœmero de alumnos matriculados en 1812, pero no debi— desviarse mucho de los 20 que lo hicieron en 1808 o de los 25 que firmaron en 1813. Las actas del Colegio mantienen que deb’an matricularse como alumnos todos los practicantes de farmacia, menores de veinticinco a–os, en especial los residentes en Madrid. En cualquier caso, la ense–anza, en una situaci—n social tan cr’tica y ante tal carencia de profesorado, no pas— de ser una quimera.

  La actuaci—n de Pedro GutiŽrrez Bueno y  Antonio de la Cruz se limit— a solventar las cuestiones planteadas por el —rgano del que este Real Colegio dependi—; a fines de febrero de 1812, el Supremo Consejo de Sanidad se interesar‡, como simult‡neamente har‡ ante el Real Colegio de Boticarios, por

ÒÉ la necesidad qe hay de una nueva Farmacopea, de Tarifa y Petitorios con las mejoras de qe son suceptibles estos trabajos (É) esperando qe ese Rl Colegio de cuya ilustracion esta bien penetrado el Consejo, prepondera a esta idea por el honor de la Ciencia en beneficio de la salud Publica (É) a fin de qe se sirva comunicar con la mayor brevedad posible lo qe entienda sea capaz de mejorar dichas obras con arreglo a los adelantamientos de la Ciencia...Ó (15).

La respuesta no deja de extra–ar y ofrece una interesante versi—n del concepto que, sobre su propio trabajo, tiene este grupo profesional:

ÒQue siendo de su Instituto ciencia y parte mecanica un asunto tan interesante le es precisamente necesario saber para la formacion de dha Farmacopea, una Instruccion de la Medicina y Cirugia, pues constando la Farmacopea de un conjunto de formulas, las quales son pedidas por dhos Profesores de Medicina y Cirugia a estos pertenece privadamte la eleccion de dhas formulas, y al Quimico Farmaceutico la buena eleccion de ellas y otros requisitos indisputables concernientes a esta Ciencia. En este supuesto si ese Supremo Consejo mediante su autoridad da ‡ este Rl. Colegio unos datos terminantes sobre qe fundar sus tareas, como cientifico, procurara desempe–arlas con el mejor interes y desvelo; en consequencia travajara igualmte por el Petitorio. Y en quanto a la Tarifa expondra lo qe le parezca conveniente con arreglo a las circunstanciasÉÓ (16).

  Una situaci—n de subordinaci—n hacia los profesionales de la Medicina, contraria a la actitud deseada por el Real Colegio de Boticarios; la cuarta edici—n de la Pharmacopea hispana, impresa en 1817, lo har’a bajo la responsabilidad de la Junta Superior Gubernativa de Farmacia (17).

La reposici—n, en el verano de 1811, del Real Tribunal del Protomedicato por las Cortes de C‡diz (18) hizo depender este Real Colegio de la restaurada instituci—n y, en la ma–ana del 12 de septiembre de 1812, una comisi—n formada por Vicente S‡nchez, boticario de C‡mara (19), y Francisco de la Rœa, fue recibida, en los locales del propio Real Colegio, por Antonio de la Cruz; el jefe local, Pedro GutiŽrrez Bueno, se excus— Ôno pudiendo concurrir por falta de cocheÕ. El acto se limit— a la adscripci—n oficial del centro docente al Real Tribunal y al levantamiento del inventario de sus pertenencias (20). De nuevo, a finales de Žste septiembre, el Tribunal del Protomedicato volver’a a oficiar al Real Colegio de Farmacia, esta vez el escrito solicitaba: Òuna razon del estado en que hab’a quedado este establecimiento y que cada uno de los catedraticos justicara legalmente su conducta pol’tica durante la ocupacion de esta capital por los enemigosÉÓ (21); a la que los dos catedr‡ticos, Pedro GutiŽrrez Bueno y Antonio de la Cruz, responden de manera esquiva (22); de manera similar lo hacen, en noviembre de 1812, cuando el real Tribunal se interese por la relaci—n de piezas destinadas a la ense–anza de la Farmacia (23).

Aœn nos queda noticia de otra actuaci—n de este mermado Real Colegio de Farmacia en 1812; se trata de su respuesta al Gobernador pol’tico de Madrid, quien se interesa, en nombre de Mar’a Josefa de Leyra, esposa de Patricio Ortiz Herboso, boticario de C‡mara, por la situaci—n de la Real Botica, asentada en el Seminario de Nobles (24); el memorial llega de la mano de Antonio Cano Manuel, quien a la saz—n ocupaba la Secretar’a de Gracia y Justicia en este per’odo de Regencia (25). La respuesta nos muestra, de manera pintiparada, la situaci—n en que se encontraba el Madrid de 1812.

ÒÉ tanto la botica como el laboratorio castrense estan ya echos cargo de uno y otro varios Boticarios de camara de los que hay en Madrid, despues de haver precedido el correspondiente inventario mandado hacer por la Junta interina de Hacienda en un principio, y despues por los Boticarios de Camara dn. Franco. Xavier de la Pe–a y dn. Agust’n Mestre individuos del Protomedicato establecido en Cadiz. La Botica no tiene medicinas para surtir el exto. por haberselas gastado casi todas los enfermos de la Guardia del Rey. Solo estan moliendo un poco de quina por haber encontrado un poco de este genero que se va para los hosps. militares, y asi la pretension de venirse dn. Patricio Ortiz es inoportuna, tanto por estar ya la botica de orden superior al cuidado y custodia de un compa–ero, como porque no esta en estado de servir al extoÉ.Ó (26).

3. El Real Colegio de Profesores Boticarios

Los boticarios madrile–os siguen agrupados en aquel Real Colegio cuyos EstatutosÉ recibieran la aprobaci—n del Consejo Real de Castilla en el agosto de 1737; disponen de casa propia, parcialmente cedida en su uso a la Junta Superior Gubernativa de Farmacia, para que en ella tuviera su residencia temporal el Real Colegio de Farmacia, como ya hemos dejado apuntado.

Las reuniones mensuales a que obligaban los EstatutosÉ hab’an quedado periclitadas desde tiempos atr‡s. Desde el mayo de 1811, los miembros de la Junta no volvieron a reunirse hasta el enero de 1812; entonces lo hicieron los cargos directivos para que el tesorero, Silverio PŽrez de Cevallos (m. 1822) presentara sus cuentas del a–o anterior, dejara constancia del fallecimiento de JosŽ D’az Poblet, quien fuera decano del Colegio, e informara de ello a quien habr’a de ser su sustituto en el cargo, Casimiro G—mez Ortega (27). Todo parece seguir el sino a que obligan los a–os de una guerra, durante los cuales las instituciones se mantienen en un estado latente que las hace pr‡cticamente inoperantes.

Una nota, aparentemente banal, en el acta de esta Junta particular de enero de 1812, nos abre una extraordinaria ventana para comprender c—mo funcion—, en la vida real, esta corporaci—n farmacŽutica; se trata del comunicado de uno sus miembros, Pl‡cido de Briega y Regidor.

Placido de Briega pertenec’a al Real Colegio desde junio de 1777 (28), tuvo farmacia abierta en la plazuela de San Ildefonso y ocup— diversos cargos en la Junta directiva entre 1783 y 1816 (29); entre ellos el de director, al menos en dos periodos (1800-1801 y 1817-1819). El caso es que, en ese enero de 1812, con apenas cincuenta a–os (30), nuestro boticario atraviesa un periodo de crisis por el reciente fallecimiento de su mujer, Gertrudis Montenegro, y ha decidido ceder la botica a su hija, Josefa de Briega y Montenegro, casada con Diego Garc’a Herrero Òqe la esta sirviendo como mando de aquellaÉÓ (31). El dato tiene un indudable interŽs para valorar de manera adecuada el papel que juega la mujer en la profesi—n farmacŽutica; desde luego no la ejerce, pero s’ es la propietaria del establecimiento.

El texto nos aporta otra clave m‡s: la carencia de botica no es —bice para dejar de pertenecer al Colegio (32); as’ nos lo confirma el literal de la propia Junta al presentar Žste su cese:

ÒÉ teniendo presente qe algunos yndividuos de este cuerpo han continuado en el aun quando hayan dexado sus Boticas en iguales casos al de Dn. Placido qe lo ha verificado por su comodidad y descanso; qe los meritos y servicios de este respecto del Colegio en el puntual desempe–o de todos los empleos qe ha obtenido merecen toda atencion, y lo instruido qe se halla en los negocios del cuerpo pueden serle muy util, se acord— no admitir la despedida del dho Dn. Placido y si qe continue siendo Colegial de numero como hasta aqui sin diferencia, de los demas pero dandose cuenta de ello a la Junta Gral.ÉÓ (33).

Y el acta de la Junta aœn nos depara la noticia de un hecho interesante, que nos muestra, bien a las claras, el car‡cter gremial con que los boticarios madrile–os conciben su ejercicio profesional; en uni—n a la renuncia -no aceptada- de Pl‡cido de Briega como colegial de nœmero, se presenta el memorial de su yerno, Diego Garc’a Herreros, solicitando ser colegial (34); se le admite de inmediato como tal,

ÒÉ dispensandole la operaci—n y Disertacion mediante lo qe por punto general tiene resuelto el Colegio para estos Casos y se ha practicado con los demas hijos de Boticarios Colegiales de esta Corte sin diferencia alguna vajo la calidad de qe tambien se haga presente en Junta generalÓ (35).

  Antes de que se reuniera la Junta general que habr’a de aprobar estas decisiones, hubo de hacerlo, de nuevo, la junta particular, el 20 de enero de 1812, para dar tr‡mite a un oficio del, entonces reciŽn creado, Supremo Consejo de Sanidad (36) remitido un par de d’as atr‡s por su secretario, Juan de Dios Torres:

ÒDeseoso el Consejo Supremo de Sanidad en desempe–o de su instituto de promover en general los progresos de la Pharmacia, y en particular los de ese Rl. Colegio de Profesores Boticarios de Madrid, cuya cooperacion tanto puede influir en unos y otros; ha acordado oir personalmente por medio de una Diputacion del Colegio el dia treinta de este mes a las diez en punto de la ma–ana, sre el objeto indicado, y se–aladamente sobre los abusos qe se experimentan de parte de los Drogueros con imponderable perjuicio de los Boticarios y de la Salud Publica; y acerca de los medios de continuar las elaboraciones comercio e intereses del cuerpo y la mas conveniente instrucci—n de sus practicante (É) En Madrid 18 de Enero de 1812Ó (37).

El oficio, aparte del reconocimiento expl’cito del car‡cter centralista con que sigue juzg‡ndose a la organizaci—n profesional, nos a–adir‡ un nuevo dato de interŽs: la Junta acuerda que, para la convocatoria, Òse repartiesen las esquelas correspondientes a todos los Colegiales a los qe no lo son y a los RegentesÉÓ (38); en definitiva, la organizaci—n colegial actœa como representante de los boticarios en la interlocuci—n con las estructuras sanitarias, pero no todos los ejercientes pertenecen al Colegio.

  De lo acontecido en la visita de la comisi—n del Supremo Consejo de Sanidad tambiŽn disponemos de datos: a las 10 de la ma–ana del 30 de enero de Žste 1812, se present— en el domicilio del Real Colegio, en la calle Atocha, el grueso del Consejo de Sanidad: Juan Bautista Soldevilla, mŽdico de C‡mara; Leonardo Galli, segundo cirujano de C‡mara; Castor Ruiz del Cerro, Francisco Trif—n Fern‡ndez y Vicente S‡nchez, boticarios de C‡mara; y Juan de Dios Tormes, secretario del Consejo; sali— a recibirlos la Junta particular Òcon las ceremonias de costumbre en semejantes actos y habiendo entrado en la Sala de Juntas del Consejo tomo los asientos de preheminencia y despues ocuparon los suyos los Sres. Colegiales y demas citadosÉÓ. El objeto de tan protocolaria visita es conocer la opini—n de los boticarios madrile–os, sobre los cinco grandes problemas por los que atraviesa la profesi—n en estos a–os:

Ò1¼ Medios p» qe los Drogueros no vendan generos medicinales por menor, y de ningun modo los compuestos.

2¼ Para que se fomente el almacen de generos en el Colegio donde puedan proveerse los profesores de Madrid y los de fuera.

3¼. Sobre la asistencia de los practicantes a la ense–anza.

4¼. Sobre la continuacion de los Boticarios de Camara como colegiales natos.

5¼ Sobre la fabricacion de la triaca conforme a lo dispuesto, y anteriormente practicadoÉÓ (39).

El Colegio reuni— a los boticarios en junta general pocos d’as despuŽs, el 13 de febrero, tan s—lo quince personas acudieron a la llamada, en ella se aprobaron los acuerdos de la anterior junta particular y se eligi— a la comisi—n que, en nombre del Colegio de Boticarios habr’a de redactar el informe: Asensio Garc’a Ord—–ez, el director de la Corporaci—n; Casimiro G—mez Ortega, su colegial decano; y los colegiales Placido de Briega Regidor, Vicente Rodr’guez, Francisco Villegas y Ferm’n SessŽ

ÒÉ para qe asociados conferenciasen y acordasen quanto hallasen pr. combeniente exponer sobre dichos puntos; y qe pudiese el sr. Director convocar ‡ quantos Boticarios de Madrid tubiese por combeniente fuesen, o no Colegiales, para que cada uno manifestase su dictamenÉÓ (40).  

  Casimiro G—mez Ortega, cada vez m‡s distanciado de sus compa–eros de profesi—n (41), rehus— participar en esta comisi—n, por lo que fue sustituido por el secretario de la Corporaci—n, JosŽ S‡nchez (42). No volver‡ a celebrarse nueva reuni—n colegial durante Žste 1812 (43).

Y no fue porque el Supremo Consejo de Sanidad no solicitara la participaci—n de los boticarios madrile–os en sus trabajos; en oficio de 7 de febrero de Žste 1812, firmado por su secretario, Juan de Dios Tormes, comunica al Colegio su acuerdo de que: 

ÒÉ se imprima y publique una lista de los profesores de los tres ramos de la ciencia de curar que han acreditado con la exhibicion de sus t’tulos en el Consejo qe pueden exercer su respectiva profesion en Madrid; y que en ellas se distingan por articulo separado los individuos de ese Rl. Colegio, ‡ cuyo efecto me ha mandado dho Consejo pasar ‡ V. oficio como lo executo, a fin de que se sirva dirigirme lista de todos ellos con expresion de la antigŸedad de su revalidacion, de las se–as de sus habitaciones, y de si tienen algun distintivo — decoracion qe deseen convenga — denote en dha lista, como si son de la Academia Medica Matritense, &ÉÓ (44).

  Nuevo testimonio que corrobora la colegiaci—n como un elemento Òpara adquirir (É) Honores y LucesÓ, no como una exigencia para la pr‡ctica profesional. 

  Y pocos d’as despuŽs, el 29 de Žste febrero de 1812, un oficio de Antonio de Gimbernat, con el visto de Juan de Dios FornŽs, solicitando la colaboraci—n colegial para redactar una nueva Farmacopea, una nueva Tarifa y un nuevo Petitorio (45).

A nada de ello respondieron los colegiales madrile–os, quiz‡s conscientes ya de los cambios administrativos que la nueva Constituci—n de 1812 habr’a de depararles, quiz‡s exhaustos por las penosas condiciones que la situaci—n de guerra les hac’a vivir.

En cualquier caso, no se trata de un Colegio econ—micamente empobrecido; todo lo contrario, ha sabido organizar bien su econom’a y es capaz de sobrevivir con sus propias rentas, concretamente de unos vales reales adquiridos y de la venta de sus producciones: triaca, aceite de almendras amargas y otros productos de su almacŽn, sin requerir de la contribuci—n de sus colegiados. 

El balance econ—mico de este a–o de 1812 fue positivo para el Real Colegio; tras realizar los pagos correspondientes, ingresaron en sus arcas, de acuerdo con los datos proporcionados por su tesorero y contador, 29.989 rs. 17 ms. (63).    

Gastos efectuados por Real Colegio de Boticarios de Madrid en 1812

N—mina del criado [JosŽ Ribas] (50)

2.196 rs. 00 ms.

Adelanto de sueldo para el criado [JosŽ Ribas] (51)

188 rs. 00 ms.

Adquisici—n de œtiles para el Colegio [JosŽ Ribas] (52)

167 rs. 00 ms.

Reparaciones y obras de alba–iler’a [Juan Pav—n] (53)

1.121 rs. 06 ms.

Carga del aposento [1811]. [Ayuntamiento de Madrid] (54)

121 rs. 12 ms.

Sereno y farol [1811 y 1812] (55)

192 rs. 00 ms.

Gastos de capellan’a [Francisco Antonio de C‡rcel] (56)

2.200 rs. 00 ms.

Papel e impresi—n de papel membretado  [Miguel Burgos] (57)

40 rs. 00 ms.

Retoque en el escudo de armas [L‡zaro Mart’nez] (58)

60 rs. 00 ms.

Sello de madera para la triaca [Francisco Mollera] (59)

60 rs. 00 ms.

Impresi—n de etiquetas para la triaca [Mateo RepullŽs] (60)

296 rs. 00 ms.

Botes para triaca y material de plomer’a [JosŽ Mariscal] (61)

2.149 rs. 26 ms.

Material para el almacŽn colegial [JosŽ Ribas]   (62)

51 rs. 24 ms.

Gastos extraordinarios

491 rs. 00 ms.

Total

9.334 rs. 00 ms.

Cargos correspondientes al Real Colegio de Boticarios de Madrid en 1812

RŽditos de vales reales (46)

14.133 rs. 17 ms.

Efectivo de balances anteriores

10.089 rs. 00 ms.

Venta de triaca (47)

13.662 rs. 00 ms.

Venta de aceite de almendras amargas (48)

600 rs. 00 ms.

Ventas del almacŽn

239 rs. 00 ms.

Total

38.723 rs. 17 ms. (49)

4. La Congregaci—n de Nuestra Se–ora de los Desamparados y San Lucas Evangelista

Durante todo el periodo ilustrado, la vida profesional del Real Colegio de Boticarios de Madrid estuvo estrechamente ligada a la de una cofrad’a de car‡cter religioso y benŽfico-asistencial, asentada en una capilla sita en el camposanto del Hospital de la Pasi—n: la Congregaci—n de Nuestra Se–ora de los Desamparados y San Lucas Evangelista (64). En 1812, la vida cotidiana de esta agrupaci—n tambiŽn se nos presenta cr’tica: sus congregantes no se reunieron una sola vez, no tuvieron d—nde hacerlo; en mayo de 1811 la junta general determin—, ante la presi—n de la Comisi—n de Hospitales, el derribo de la capilla (65); sus enseres fueron trasladados a la sede del Real Colegio de Boticarios, donde el contador, Gregorio Romero, se ocup— de su liquidaci—n.

El grueso de los bienes: casullas, pa–os de c‡liz, frontales de altar, bolsas de corporales, man’pulos, estolas, aras, pilas para el agua bendita, bancos, una custodia de metal dorado y un sinf’n m‡s de objetos litœrgicos esperaron a ser vendidos hasta comienzos de noviembre de 1817, a un precio bastante bajo; de su venta se hizo cargo Pl‡cido de Briega, quien a la saz—n dirig’a el Real Colegio de Boticarios (66).

El balance contable de la Congregaci—n de Nuestra Se–ora de los Desamparados correspondiente a 1812 tambiŽn nos es conocido, aunque de forma fraccionaria (67). El mantenimiento de la agrupaci—n quedaba apuntalado por las cuotas de los socios congregantes, un total de 22 en el a–o de 1812. Los gastos son los propios de una hermandad piadosa: las misas de difuntos (dos docenas parece la cantidad habitual), h‡bito (tasado en 66 rs.) y acompa–amiento en el entierro, cubiertos en su totalidad para los congregantes y sus mujeres, siempre que estuvieran al corriente de pago, y en una mitad para los regentes e hijos pol’ticos.

Cargos correspondientes a la Congregaci—n de Nuestra Se–ora de los Desamparados y San Juan Evangelista en 1812

Contribuci—n de los congregantes (68)

528 rs. 00 ms.

Gastos efectuados por la Congregaci—n de Nuestra Se–ora de los Desamparados y San Juan Evangelista en 1812

Gratificaciones al criado 1812 [JosŽ Ruiz] (69)

100 rs. 00 ms.

Cobertura del deceso de Mar’a Nicolasa Herrera (70)

162 rs. 00 ms.

Cobertura del deceso de AndrŽs Gonzalo (71)

81 rs. 00 ms.

Cobertura del deceso de JosŽ S‡nchez (72)

158 rs. 00 ms.

Cobertura del deceso de Joaqu’n Pinto (73)

81 rs. 00 ms.

Cobertura del deceso de Nicolasa de Bara–ano (74)

243 rs. 00 ms.

Compra de cera (75)

326 rs. 17 ms.

Deuda estimada (76)

2.574 rs. 17 ms.

Total

3.726 rs. 00 ms.

La Cofrad’a presenta un dŽficit acumulado de a–os anteriores, dif’cil de salvar pese a la reducci—n de gastos que supone no disponer ya de sede can—nica propia, que el tesorero de la Hermandad, Silverio PŽrez, estima en 2.670 rs. en el momento de presentar sus cuentas. Es el canto de cisne de una estructura barroca que, pese a los cambios ilustrados, languidec’a sin soluci—n de continuidad; seguir’a en este estado de flaqueza hasta noviembre de 1834, en que la Congregaci—n fue disuelta.

La asistencial mutual y benŽfica de los boticarios, que hasta la entrada del XIX, ven’a siendo garantizada por la Congregaci—n de Nuestra Se–ora de los Desamparados y San Lucas Evangelista tom— nueva senda tras la constituci—n, entrada la dŽcada de 1840, de otra entidad mutual: la Sociedad FarmacŽutica de Socorros Mutuos, de car‡cter nacional y alejada de los planteamientos religiosos que caracterizan a las cofrad’as.

5. Colof—n

Las Cortes de C‡diz restablecieron las antiguas estructuras borb—nicas de control profesional; de nuevo el Real Tribunal del Protomedicato volvi— ÔlegalmenteÕ a ocuparse de las funciones que, durante los primeros a–os del siglo XIX, fueran competencia de la centralista y ÔabsolutistaÕ Real Junta Superior Gubernativa de Farmacia, quien sigui— ejerciendo sus funciones desde la Corte madrile–a, mientras el Real Tribunal lo hac’a dese C‡diz (77). Fernando VII dispuso, el 11 de septiembre de 1814 que el Real Tribunal del Protomedicato quedase suprimido; realmente lo estaba Ôde factoÕ, no s—lo por la merma que la propia Constituci—n liberal de C‡diz hab’a realizado en la mayor parte de sus atribuciones, sino porque la Real Junta Superior Gubernativa supo mantenerse, aœn en los m‡s duros per’odos liberales y pese a su nula representatividad, como la estructura que condujo a la profesi—n farmacŽutica a un reconocimiento social y profesional a–orado durante siglos (78).  

6. REFERENCIAS

1. ÒSe ha fijado la cifra de fallecidos a causa del hambre en veinte mil, entre septiembre de 1811 y julio de 1812, cifra que habr’a que justificar en los archivos de las parroquias madrile–as pero que no debe andar muy erradaÓ (Espadas Burgos, M. El hambre de 1812 en Madrid. Hispania 110, 594-624 (1968). Sobre la situaci—n de la ciudad de Madrid en 1812 cf. JimŽnez de Gregorio, F. La Villa de Madrid en la Guerra por la Independencia: dos sucesos en el a–o 1812. Anales del Instituto de Estudios Madrile–os 21, 435-447 (1984), JimŽnez de Gregorio, F. La provincia de Madrid en la guerra de Independencia: sus pueblos juran la constituci—n de 1812. Anales del Instituto de Estudios Madrile–os 36, 625-642 (1996); JimŽnez de Gregorio, F. Madrid: Guerra y Revoluci—n. Anales del Instituto de Estudios Madrile–os 48, 223-226 (2008).

2. Juan Palarea y Blanes (1780-1842), tras la entrada en Madrid  tom— parte en la batalla de Arapiles, entorpeciendo las comunicaciones del francŽs Marmont; fue nombrado gobernador de Toledo, all’ proclamaba la Constituci—n el d’a 25 de septiembre de Žste 1812.

3. Quiz‡s uno de los qu’micos espa–oles de mayor prestigio; al menos en tal consideraci—n le tuvo Louis Proust: Òel primero que ha establecido en grande los trabajos de la qu’mica pr‡ctica [en Madrid] con un Žxito de dignos elogiosÓ (Proust, L. Sobre la piedra filosofal de ExtremaduraÉ Anales de Historia Natural 1(2), 127-135 (1799). Pedro GutiŽrrez Bueno fue catedr‡tico de Qu’mica en el Real Colegio de San Carlos (1801-1804), en el de Boticarios de Madrid (1806-1815) y en el Real Laboratorio de Qu’mica de Madrid, Boticario mayor honorario del Rey (1792), miembro de las Reales Academias de Medicina de Madrid (1780) y Sevilla (1794) y de las de Ciencias y Artes (1788) y MŽdica-Pr‡ctica de Barcelona (1780) y Alcalde Examinador de Farmacia (1791); datos biogr‡ficos en Carrasco Jarabo, P. Vida y obra de Pedro GutiŽrrez Bueno. Bolet’n de la Sociedad Espa–ola de Historia de la Farmacia 15(60), 154-169; 16(61), 10-24; 16(62), 71-86; 16(63), 101-118; 16(64), 153-177 (1964-1965); Garc’a Belmar, A.; Bertomeu S‡nchez, J.R. Pedro GutiŽrrez Bueno (1745-1822), los libros de texto y los nuevos pœblicos de la qu’mica en el œltimo tercio del siglo XVIII. Dynamis 21, 351-374 (2001); Garc’a Belmar, A.;  Bertomeu S‡nchez. J.R. Pedro GutiŽrrez Bueno (1745-1822) y las relaciones entre la qu’mica y la farmacia durante el œltimo tercio del siglo XVIII. Hispania 61, 539-562 (2001); Riera Palmero, J.B. Pedro GutiŽrrez Bueno, qu’mica y farmacia en la Espa–a ilustrada. In Historia de las ciencias y de las tŽcnicas [VIII Congreso SEHCYT], Escribano Benito, J.J.; Espa–ol Gonz‡lez, L.; Mart’nez Garc’a, M.A., Eds. Logro–o, Universidad de la Rioja, 2004; vol. 2, p. 735-738; Bertomeu S‡nchez, J.R.; Rosa Mu–oz Bello, R. Azoote y sulfureto. Debates y propuestas en torno a la terminolog’a qu’mica durante la primera mitad del Siglo XIX. Revista de investigaci—n lingŸ’stica 13(1), 241-268 (2010).

4. ÒY declaro que no he recibido de dicha mi muger D» Josefa Aguado cuando con ella contrajo mi matrimonio mas bienes y efectos algunos (É) los sac— al salir de ella y condujo a una habitaci—n que vive y siempre conserva (É) Y declaro que habiendo dado mi mujer tantas y tan repetidas pruebas de su genio d’scolo, no se le permita intervenir en los Inventarios ni que entre en la casa despuŽs de mi fallecimiento (É) y suplico ‡ los se–ores Jueces de esta Corte amparen y protejan ‡ los testamentarios para que la expresada mi mujer no los inquiete ni perturbe de modo alguno en sus operacionesÉÓ Testamento de Pedro GutiŽrrez Bueno, protocolizado ante el notario Raimundo G‡lvez. Madrid, 23-IX-1818 (Archivo Hist—rico de Protocolos de Madrid, protocolo 13.517 –fide Carrasco Jarabo, P. Op. cit. ut supra, 16(64): 172-175-).  

5. ÒAnte el Sr. D. Juan de Dios Alonso, ministro del tribunal de Apelaciones y Vigilancia, se est‡n practicando diligencias de purificaci—n de Don Pedro GutiŽrrez Bueno, catedr‡tico del real colegio de farmacia quimica (É) Las personas que tuvieran que exponer acerca de la conducta pol’tica de estos interesados, lo podr‡ hacer ante los referidos se–ores jueces, en el tŽrmino de 9 d’as, contados desde el 5 del presente mesÓ. Diario de Madrid [s‡bado 5-X-1812], 282, 437).

6. Sobre el proceso cf. ÒInformaci—n judicial justificando D. Pedro GutiŽrrez Bueno su conducta patri—tica durante la dominaci—n de los Franceses en MadridÓ (Archivo General de Palacio, leg. 490, exp. 26 –fide Garc’a Belmar, A.; Bertomeu S‡nchez, J.R. Op. cit. ut supra), actuaron como testigos el presb’tero Juli‡n Mel—n y Pedro Muro, agente de negocios.

7. Su nombre figura en la Lista interina entre tanto que se publican otras documentos: de los informantes contra las v’ctimas de la noche 9 al 10 de mayo de 1814. Sevilla, Imprenta de L—pez, 1820: ÒD. Pl‡cido Briega y Regidor, viudo, hacendado en Madrid, edad 68 a–os, plazuela de san Ildefonso casa de boticaÓ (cf. p. 6). 

8. El 31 de julio de 1805, en contestaci—n a una Real Orden de 7 de julio, Casimiro G—mez Ortega, Pedro GutiŽrrez Bueno, Juan Manuel PŽrez, JosŽ Albarr‡n, Mart’n SessŽ, Pl‡cido de Briega e Hip—lito Ruiz, firman un ÒInforme de los facultativos sobre las experiencias que hab’an hecho para averiguar el efecto de las fumigaciones de Morveau en las personas, gŽneros y metales que se expusieron ‡ ellasÓ. In Memoria sobre las disposiciones tomadas por el gobierno para introducir en España el método de fumigar y purificar la atmósfera de Guiton De Morveau. Madrid, Imprenta Real, 1805, p. 37-40.

9.  Diario de Madrid [miŽrcoles 11-XI-1812] 315, 575.

10. ÒUn j—ven soltero desea entrar en una casa decente para ense–ar ‡ algunos ni–os los idiomas latino, espa–ol y frances, y qualquier otro ramo de literatura, geograf’a, poes’a, historia, elocuencia y demas concernientes ‡ una lucida y perfecta educacion. Ir‡ tambien ‡ ense–ar el frances ‡ la casa que se le se–ale. Quien quisiere servirse de Žl dexar‡ la noticia en la primera botica de la calle de Hortaleza, entrando por la red de san Luis ‡ mano izquierda, propia de D. Benito CalongeÓ. Diario de Madrid [viernes 17-VII-1812] 197, 67.

11. ÒUn j—ven de buena educacion, y con personas de car‡cter que le abonen, desea colocarse en clase de mayordomo — ayuda de camara: se halla instruido en el manejo de papeles, y afeita y peina con perfeccion. Dar‡n noticia en la botica de D. Silverio, plazuela de Anton Mart’n, enfrente de san Juan de DiosÓ. Diario de Madrid [viernes 28-VIII-1812] 253, 236.

12. ÒUna j—ven de edad de 28 a–os, que sabe guisar, coser y planchar, desea colocarse en una casa decente dentro — fuera de Madrid, aunque sea por la mitad del salario: tiene personas de car‡cter que abonen su conducta. Dar‡n razon en la botica de la calle de Alcal‡Ó. Diario de Madrid [miŽrcoles 25-XI-1812] 329, 634.

13. Esta instituci—n fue estudiada por Folch Jou, G. El Real Colegio de Farmacia de San Fernando. Madrid, Instituto de Espa–a, 1977.

14. A lo largo de 1812, todas las juntas del Real Colegio tuvieron lugar en el domicilio de Pedro GutiŽrrez Bueno Òpor indisposici—n de esteÓ (cf. Junta ordinaria, 4-III-1812; Junta extraordinaria, 23-IX-1812; Ibid., 26-IX-1812; 12-X-1812; Ibid., 26-XI-1812. Libro de Acuerdos del Real Colegio de Farmacia de Madrid, que da principio en el Establecimiento verificado en Mayo de 1806 [-1823] Archivo Central de la Universidad Complutense de Madrid [AC-UCM], leg. 134/10-55, fols. 213v-215r).

15. El oficio queda firmado, en Madrid, a 29-II-1812; para su respuesta se reuni— la Junta ordinaria, con fecha de 4-III-1812 (Libro de AcuerdosÉ AC-UCM, leg. 134/10-55, fol. 214r).

16. La respuesta, de la que conocemos el borrador incluido en el Libro de AcuerdosÉ, queda fechada en Madrid, a 6-III-1812 (Libro de AcuerdosÉ AC-UCM, leg. 134/10-55, fol. 214v).

17. Pharmacopea hispana. Editio quarta. Matriti, apud M. RepullŽs, 1817.

18. En el Libro de AcuerdosÉ se hace menci—n expresa del ÒProtomedicato establecido en C‡diz por Decreto de las Cortes extraordinarias de 22 de Julio y 21 de septiembre de 1811ÉÓ (Libro de AcuerdosÉ AC-UCM, leg. 134/10-55, fol. 214v).

19. Vicente S‡nchez ingres— como Boticario de C‡mara de segunda clase en 1789; por Real Orden de 13 de octubre de 1800 fue destinado al Hospital del EjŽrcito en Galicia; ascendi— a boticario de C‡mara de primera clase tras el fallecimiento de Luis Blet, en marzo de 1808. (Valverde Ruiz, E. La Real Botica en el siglo XIX. [Tesis doctoral, dirigida por M» Esther Alegre PŽrez]. Madrid, UCM, 1999).

20. A la hora y d’a mencionado se presentaron Vicente S‡nchez y el secretario de la comisi—n, Francisco de la Rœa y Òeste manifesto el establecimiento del Protomedicato en la forma ya expresada, de lo qual quedo enterado el Colegio y reconocido por Gefe al Protomedicato despues de haverse visto los catedraticos en la Junta de ese dia, y en la qual se recivio otro oficio de la Junta de comision, y firmado por su Secretario Rua, y en el qual se expresaba que dn. Vicente Sanchez Boticario de Camara y vocal de la dicha Junta de comision, y dn. Franco de la Rua, secretario de ella estaban comisionados para hacer el inventario de aquel Colegio, a lo qual accedio y acord— se diese el debido cumplimiento y se paso a la execusion y conclusiones y no habiendo ocurrido otra cosa se disolvio la Junta tenida en casa del Gefe local por indisposicion de esteÓ (Libro de AcuerdosÉ AC-UCM, leg. 134/10-55, fol. 214v).

21. El escrito, fechado el 25 de septiembre, motiv— una junta extraordinaria, reunida el 26-IX-1812, Òen casa del Gefe local por indisposicion de esteÓ. (Libro de AcuerdosÉ AC-UCM, leg. 134/10-55, fols. 214v-215r).

22. ÒÉ acordo este Colegio en su Junta del dia de hoy 28 [de septiembre de 1812] decir a VS para que informe al tribunal que en quanto al estado del establecimiento se remiten al inventario que de orden del mismo tribunal se ha hecho por la Junta de comision nombrada por el, y a quien se le ha manifestado todos los pormenores; y en quanto a la justificacion esta ya puesta en practica, y concluida que estŽ, se remitira con la mayor brevedad, segœn exige ese tribunalÓ; el escrito de contestaci—n queda fechado, en Madrid, a 8-X-1812. (Libro de AcuerdosÉ AC-UCM, leg. 134/10-55, fol. 215r). Ser‡ Žsta la œltima de las reuniones habidas en 1812; la siguiente junta se celebrar‡ el 21 de junio de 1813.

23. El testimonio en la Junta extraordinaria del 26-XI-1812, reunida Òpara dar cumplimiento a una orden que tiene del Protomedicato Supremo de Salud Pœblica [que] necesita que el Colegio le remita una nota exacta de los articulos pertenecientes a la ense–anza que existen en el Rl. Colegio de farmacia: en vista de lo cual este Colegio acordo contestar en los terminos siguientes: Al oficio que con fha de 30 de octbre (É) el mismo colegio ha acordado (É) decir a VS que todos los articulos que constan en el inventario son para la ense–anza, y que estando este echo en el existen todos los que hay ÉÓ (Libro de AcuerdosÉ AC-UCM, leg. 134/10-55, fols. 215v-216r).

24. En 1808 figura entre los boticarios de C‡mara de tercera clase, al servicio del Cuerpo de Farmacia Militar; en 1809 ser’a destinado al EjŽrcito de Extremadura, como primer boticario; en 1810 sirve en el ÔEjŽrcito de la DerechaÕ y en 1811 en el EjŽrcito de Catalu–a, donde continuar’a en 1814 (Navarro Gallo, J.A. La Farmacia militar espa–ola durante la Guerra de la Independencia. Anales de la Real Academia Nacional de Farmacia, 75(E), 593-612 (2009). El 15-VII-1814 firma, en Barcelona, un escrito como Ôboticario de C‡mara de S.M., mayor del primer ejŽrcito y presidente de la Subdelegaci—n de Farmacia en este Principado [de Catalu–a]Ó (Cf. Representacion y documentos entregados á S.M. en propia mano la noche del dia 29 de abril de 1820, por el amante verdadero del rey ó por el doctor don José Antonio Oñez., gefe que ha sido del ramo de Farmacia del tercer ejército, despues segundo ayudante de la real Botica de S.M., y boticario en la calle de Postas, ó, Nuevas indicaciones acerca de la conducta política de don Agustin José Mestre, boticario mayor de S.M. Madrid, Imprenta de I. Sancha, 1820, p. 15). En 1816 residir‡ en Madrid, el Kalendario manual y gu’a de forasteros en Madrid, para el a–o 1816 (Madrid, Imprenta Real, 1816), le incluye entre los miembros de la Real Junta Superior Gubernativa de Farmacia, como ÔPrimer Boticario de C‡maraÕ (cf. p. 101). 

25. Antonio Cano Manuel y Ram’rez de Arellano (1768-1836) fue nombrado Secretario de Despacho de Gracia y Justicia el 23 de junio de 1812, ocup— el cargo hasta el 10 de octubre de 1813. Presidi— las Cortes en 1821 y el Tribunal Supremo de Espa–a entre 1820 y 1823.

26. El escrito, fechado en Madrid, a 15-X-1812, se incluye como parte del acta de la Junta extraordinaria de 12-X-1812, en que fue redactado (Libro de AcuerdosÉ AC-UCM, leg. 134/10-55, fol. 215v).

27. ÒÉ qe por mi el Sr. Srio se le pasase un oficio ‡ el Sr. Dn. Casimiro Gomez Ortega nombrandole como tal decano qe por antigŸedad le toca el qe se verifico y a el qe contesto dando gracias por el nombramientoÓ. Junta particular de 14-I-1812. ARANF, L-12 [Libro que Contiene los Acuerdos que hace el Rl. Colegio Pharmaceutico de Madrid en las Juntas que celbra desde primero de Marzo de 1795 en su casa propia calle de Atocha n¼ 3 manz» 255 [hasta el 12 de noviembre de 1836], fols. 205r-206r.

28. Probablemente alguno de los manuscritos conservados en la biblioteca de la Real Academia Nacional de Farmacia se corresponda con su ejercicio de entrada a la Corporaci—n, acaecida el 10 de junio de 1777: Briega y Regidor, P. Disertaci—n sobre el galvano. [Madrid], [Manuscrito], [1777], [6 h.]. [RANF, signatura: B-18-64]; Briega y Regidor, P. Disertaci—n sobre el arcano duplicado. [Madrid], [Manuscrito], [1777], [2] h. [RANF, signatura: B-18-65].

29. Ocup— los cargos de secretario primero (1783-1785), diputado primero (1790-1791), contador (1796-1797), diputado primero (1798), director (1800-1801), fiscal (1807, 1808, 1816) y, nuevamente,   director (1817, 1818, 1819) (Rold‡n Guerrero.R. Diccionario biogr‡fico y bibliogr‡fico de autores farmacŽuticos espa–oles. Madrid, Imprenta del P.H.O.E., 1963; vol. 1, p. 25-26). 

30. Deducimos su edad del comentario incluido en la Lista interina entre tanto que se publican otras documentos: de los informantes contra las v’ctimas de la noche 9 al 10 de mayo de 1814. Sevilla, Imprenta de L—pez, 1820: ÒD. Pl‡cido Briega y Regidor, viudo, hacendado en Madrid, edad 68 a–os, plazuela de san Ildefonso casa de boticaÓ (cf. p. 6). 

31. Junta particular de 14-I-1812. ARANF, L-12, fols. 205r-206r.

32. ÒÉ y que faltandole las circunstancias de tener Botica propia no devia continuar siendo Colegial de numero por cuya causa se despedia del ColegioÉÓ. Junta particular de 14-I-1812. ARANF, L-12, fols. 205r-206r.

33. Junta particular de 14-I-1812. ARANF, L-12, fols. 205r-206r.

34. Diego Garc’a Herreros, ÒBoticario aprobado, y con Botica propia en esta CorteÓ desea incorporarse al Colegio Òpara adquirir de el los Honores y Luces qe le son caracteristicos, y  contribuir por su parte al bien del mismo Colegio en quanto le sea compatibleÉÓ. Nota al margen de JosŽ S‡nchez, secretario, 17-I-1812; Òpase ‡ D. Silverio Perez p» informar, habiendosele avilitado como fiscal en este caso, por ser el Pretendiente Yerno del Actual Fiscal Dn. Placido Briega y Regidor.Ó Nota al margen: Silverio PŽrez, fiscal habilitado. Madrid, 22-I-1812. ÒNo me ofrece reparo en la admision de este sujeto bajo las mismas circunstancias y como hijo de ProfesorÉÓ. Carta de Diego Garc’a Herreros al Colegio de Boticarios de Madrid. Madrid, 17-I-1812 (ARANF, leg. 31.2.1).

35. Junta particular de 14-I-1812. ARANF, L-12, fols. 205r-206r. Placido de Briega seguir’a vinculado a su Colegio de boticarios durante los muchos a–os que se mantuvo con vida; incluso volver’a a dirigir la Corporaci—n entre 1817 y 1819, fallecer’a en enero de 1830, despuŽs de ejercer como catedr‡tico del Real Colegio de Farmacia de San Fernando, cuya direcci—n tambiŽn desempe–—.   

36. Este Consejo Supremo de Sanidad Pœblica fue establecido por Real Decreto de 18-X-1811; en Žl se reun’an las anteriores Juntas Superiores Gubernativas de Medicina, Cirug’a y Farmacia y se agrupaban todas sus funciones (cf. Puerto Sarmiento, F.J. La Ciencia durante la Ilustraci—n y la Guerra de la Independencia. Anales de la Real Academia Nacional de Farmacia, 75(E), 527-576 (2009).

37. El oficio, firmado en Madrid, a 18-I-1812, fue transcrito en el acta de la Junta particular de 20-I-1812. (ARANF, L-12, fols. 206r-206v); el original del que fue tomado se conserva en ARANF, leg. 31.1.3.

38. Junta particular de 20-I-1812 (ARANF, L-12, fols. 206r-206v).

39. El secretario del Real Colegio, JosŽ S‡nchez, lo dej— anotado en el Libro de actas de la Corporaci—n (ARANF, L-12, fols. 206v-207r).

40. Junta general de 13-II-1812 (ARANF, L-12, fols. 207v-208r).

41. En diciembre de 1811 hab’a solicitado su cambio de secci—n en la Real Academia MŽdica Matritense, abandonando la de Farmacia e integr‡ndose en la de Medicina (Puerto Sarmiento, F.J. Ciencia de c‡mara: Casimiro G—mez Ortega (1741-1818), el cient’fico cortesano. Madrid, CSIC, 1992).

42. Junta particular de 26-II-1812 (ARANF, L-12, fols. 208r-208v); en ella comenzaron a debatirse las contestaciones que habr’an de conformar el escrito dirigido al Supremo Consejo de Sanidad.

43. El siguiente acta corresponde a una Junta particular de 20-II-1813 (ARANF, L-12, fol. 208v), limitada a la presentaci—n de cuentas correspondientes a 1812, que realiza el tesorero y que pasan a manos del contador para su estudio.

44. Oficio de Juan de Dios FornŽs, secretario del Gobierno del Consejo Superior de Sanidad, al director del Real Colegio de Boticarios de Madrid. Madrid, 7-II-1812. (ARANF, leg. 31.1.2).

45. ÒHa determinado el Consejo Supremo de Sanidad publica proveer ‡ la necesidad que hay de una nueva Pharmacopea de Tarifa y Petitorio con las mejoras de qe son susceptibles estos trabajos. Para que asi se verifique, y esperando que ese Rl. Colegio de cuya ilustracion esta bien penetrado el Consejo propendera ‡ esta idea por el honor de la Ciencia y en beneficio de la salud publica, ha acordado pasar ‡ V.S. este oficio a f’n de que se sirva comunicar con la mayor brevedad que le sea posible, lo que entienda sea capaz de mejorar dhas obras con arreglo ‡ los adelantamientos de la CienciaÓ. Oficio de Antonio de Gimbernat, con el visto de Juan de Dios FornŽs, secretario de Gobierno, al Secretario del Real Colegio de Boticarios de Madrid. Madrid, 29-II-1812. Al margen, vocales: Gimbernat, Galli, Soldevilla, Fern‡ndez, Lavadure, Conde, Luzurriaga, Garc’a Suelto, Ortega, Ruiz del Cerro y S‡nchez (ARANF, leg. 31.3.1).

46. ÒMe hago cargo  por pri» partida de cinco vales (É) qe con los reditos devengados en quatro a–os, y quatro meses ascienden a 13.231 rs. / Y de un libramto de dhos vales, 902 rs. 17 ms.Ó, se–ala Silverio PŽrez en el balance contable correspondiente a Žste 1812 (ARANF, leg. 30.6.1).

47. Se ocupaba de llevar su control el criado del Real Colegio, JosŽ Ribas; se conservan ocho recibos justificativos de las ventas realizadas, por Žl, a varios colegiales y Ôa un particularÕ: 54 rs. (Madrid, 29-II-1812), 162 rs. (Madrid, 31-V-1812), 54 rs. (Madrid, 3-VI-1812), 243 rs. (Madrid, 31-VI-1812), 198 rs. (Madrid, 31-VIII-1812), 306 rs. (Madrid, 30-IX-1812), 236 rs. (Madrid, 31-X-1812), 63 rs. (Madrid, 31-XII-1812), lo que supone un total de 73 libras. El precio de la triaca vendida a los colegiales se establece en 18rs./libra; en una ocasi—n (Madrid, 31-X-1812), la venta de triaca se realiz— Ôa un particularÕ, su precio fue, entonces, de 20 rs./libra. Aun cuando s—lo quedan justificadas 73 libras, durante el a–o 1812 salieron de los almacenes del Real Colegio m‡s de 700 libras de triaca; las cuentas gestionadas por Silverio PŽrez se–alan: ÒEs cargo (É) nuebecientas nobenta y quatro tts y media de triaca, incluso las que me quedaron de existencia que fueron 67. De estas se han vendido setescienta cincuenta y nuebe, quedando sin vender, y por existencia, doscientas treinta y cinco tts y mediaÓ y, a regl—n seguido anota: ÒLas setecientas y nuebe [sic] ‡ 18 rs. / 12.762 rs.Ó, lo que evidencia una ÔperdidaÕ no justificada de 50 libras de triaca (ARANF, leg. 30.6.1).

JosŽ Ribas tambiŽn se ocupaba de adquirir algœn material para el envasado de la triaca, labor que estaba bajo su responsabilidad, as’ lo ponen de manifiesto un par de escritos firmados este a–o: el primero, por 59 rs. fechado en 31-V-1802, justificativo de una libra de hilo para botes (22 rs.), una libra de cera (17 rs), cuatro guatas de pez para los botes (8 rs); estera y estera de verano (12 rs); el segundo, de fecha 31-VI-1812, por un total de 39 rs., por la adquisici—n de una libra de cera (15 rs.), dos ca–as de laca para los botes (5 rs.); pez (7 rs.) y media libra de hilo para los botes (12 rs.); en total, 39 rs. Madrid, 31-VI-1812 (ARANF, leg. 30.6.1). A la par se ocupaba de la compra de otros enseres (cf. escrito justificativo de la compra de esteras de invierno y verano (12 rs) y una escoba (2 rs). Madrid, 31-XII-1812. ARANF, leg. 30.6.1).

48. Deb’a de ocuparse de ello el diputado JosŽ Barba; en el balance efectuado por Silverio PŽrez, correspondiente a Žste 1812, se anota: ÒEs cargo Seiscientos rs. recibidos del Depdo. Dn. Josef Barba, producidos de la venta de Aceite de Almendras DulcesÉÓ (ARANF, leg. 30.6.1).

49. Un error en la suma, lleva al tesorero a suponer la cantidad de 38.323 rs. 17 ms. (ARANF, leg. 30.6.1).

50. Escrito de Asensio Garc’a, director del Colegio, autorizando a Silverio PŽrez, tesorero, el pago de 186 rs. a JosŽ Arribas, criado del Colegio, por el mes de enero. Madrid, Madrid, 3-II-1812; con las firmas de JosŽ S‡nchez [secretario], Asensio Garc’a [director], Gregorio Romero [contador] y JosŽ Ribas. En tŽrminos similares quedan firmadas las n—minas de marzo (31-III-1812), mayo (1-VI-1812), julio (31-VII-1812), agosto (2-IX-1812), octubre (1-XI-1812) y diciembre (31-XII-1812); en febrero la n—mina result— ser de 174 rs.; y durante los meses de abril (1-V-1812), junio (30-VI-1812), septiembre (1-X-1812) y noviembre (30-XI-1812), el salario a devengar se establece en 180 rs. Las n—minas posteriores a junio de 1812 llevan la firma de Antonio Ginaud como secretario. El salario se fija en 6 rs./d’a, pagaderos a mes vencido (ARANF, leg. 30.6.1).

51. La mesada de adelanto se entrega a ra’z de un escrito de JosŽ Ribas, remitido al Real Colegio de Boticarios. Madrid, 28-X-1812: ÒHace 20 a–os tiene el honor de servir, ‡ V.S. y en el dia se halla con suma indigencia, sin tener ya cosa qe vender y muchos sin poder comprar una libra de Pan, por su mucha carestia de todo. (É) Supp» de V.S. le socorran con lo que sea de su agradoÉÓ (ARANF, leg. 30.6.1). La Junta directiva del Colegio, en sesi—n de 29-X-1812, acuerda anticiparle una Òmesada del embotamiento de la triacaÓ, hasta conocer el dictamen de la junta general.

52. No consta justificaci—n espec’fica; en el balance compilado por el tesorero, Silverio PŽrez, s—lo se anota: Òqe da el criado en su cuentaÓ; es probable que aqu’ se incluyan, entre otros, los materiales (cera, laca, pez e hilo para envasar triaca, esteras, escoba) que, en tres recibos por valor de 59 rs. (Madrid, 31-V-1802), 39 rs. (Madrid, 31-VI-1812) y 14 rs. (Madrid, 31-XII-1812) (ARANF, leg. 30.6.1).

53. Escrito de Asensio Garc’a, director del Real Colegio de Boticarios, autorizando el pago a Juan Abad, diputado primero del Colegio, por valor de 1.121 rs. 6 ms. por la obra de alba–iler’a realizada por Juan Pav—n, en la casa propia del Colegio. Madrid, 22-XII-1812. Lleva las firmas de Asensio Garc’a [director], Antonio Ginaud [secretario], Gregorio Romero [contador] y Juan L—pez Abad. (ARANF, leg. 30.6.1).

54. Impreso de la Regal’a de Casa Aposento. A–o de 1811. Manzana 255. Casa n¼ 3. ÒDon Josef Arizcun, depositario de todas las rentas y ramos de la Real Hacienda, consolidacion y extincion de vales reales (É) recib’ del Rl. Colegio de Boticarios de esta Corte como Due–o — Administrador de ella, sita en las Cs. de Atocha y de Sn Blas, se–alada con el nœmero y manzana referidos ciento veinte y uno rs y doce mrs. de vn. por la carga Real de AposentoÉ Madrid, primero de Agosto de mil ochocientos y onceÉÓ (ARANF, leg. 30.6.1).

55. ÒFrancisco Fern‡ndez de Ibarra. Tesorero recaudador de las cantidades correspondientes al ramo de alumbrado de calles y serenos de esta villa, cuya direccon tiene en Madrid por —rden de S.M.Ó recibe 96 rs. por una casa visitada en la calle Atocha. Manzana 255, nœmero 3Ó. (ARANF, leg. 30.6.1).

56. Escrito de Antonio Garc’a, director del Real Colegio de Boticarios, acordando el pago a Francisco Antonio de C‡rcel, ÒCapellan de la que fundo dn Antonio Bustillo sobre la casa de la calle de Atocha propia del Rl. Colegio la cantidad de mil cien rs. vn. producidos de dha Capellania y correspondientes al medio a–o cumplido en veinte y nueve de Marzo [1812]. Madrid, 3-IV-1812; lleva las firmas de JosŽ S‡nchez [secretario], Asensio Garc’a [director], Gregorio Romero [contador], Francisco Antonio de C‡rcel; en los mismos tŽrminos, los Òcorrespondientes al medio a–o cumplido en veinte y nueve de Septiembre [1812]. Madrid, 10-X-1812; con las firmas de Antonio Ginaud [secretario], Asensio Garc’a [director], Gregorio Romero [contador] y Francisco Antonio de C‡rcel (ARANF, leg. 30.6.1).

57. Aunque esta partida queda anotada en las cuentas generales del Colegio, no queda constancia de su justificaci—n.

58. Dejamos anotada la partida dada por el tesorero en el balance anual: Ò‡ L‡zaro Mart’nez producidos de haber retocado el escudo de armasÓ, no conservamos la justificaci—n del pago.

59. Escrito de Francisco Mollera, Òpor haber abierto un sello de madera, para estampar las armas de dho Real Colegio en los papeles que cubren los botes de la TriacaÓ [60 rs.]. Madrid, 6-VI-1812. (ARANF, leg. 30.6.1).

60. Escrito de Mateo RepullŽs justificando la impresi—n de cuatro resmas de sobres con el sello de la triaca magna [160 rs.]. Madrid, 8-VI-1812; Escrito de Mateo RepullŽs justificando la impresi—n de cuatro resmas de sobres con el sello de la triaca magna [136 rs.]. Madrid, 29-VI-1812. (ARANF, leg. 30.6.1).

61. Escrito de JosŽ Mariscal, maestro vidriero, con las cuentas de las obras realizadas para el Real Colegio de Boticarios en 1812: 1.100 botes de a media libra (100 rs.), 525 botes de libra (586 rs. 26 ms.), en el mes de octubre puso un canal—n nuevo en la fallada de la casa y le dio color (71 rs. 17 ms.), hierros para el canal—n (4 rs. 17 ms.), canalones de plomo para la vertida de aguas al patio (209 rs.), hierros para mantener los canalones (94 rs. 17 ms.), dos calderillas o bajadas de canal—n (71 rs.), horquillas y arreglo de canalones (1.012 rs. 17 ms.); en total 2.149 rs. 26 ms. Madrid, 20-XII-1812. (ARANF, leg. 30.6.1); Escrito de Juan Abad acusando recibo de 100 botes grandes y 250 chicos realizados por JosŽ Mariscal, maestro ojalatero. Madrid, 1-IV-1812. (ARANF, leg. 30.6.1); Escrito de JosŽ Barba, diputado del Colegio, acusando recibo de 100 botes de libra y 200 de ½ libra, remitidos por JosŽ Mariscal. Madrid, 31-VIII-1812. (ARANF, leg. 30.6.1); Escrito de JosŽ Barba, diputado del Colegio, acusando recibo de 100 botes de libra y 200 de ½ libra, realizados por JosŽ Mariscal. Madrid, 21-IX-1812. (ARANF, leg. 30.6.1); Escrito de JosŽ Barba, diputado del Colegio, acusando recibo de 100 botes de libra y 200 de ½ libra, remitidos por JosŽ Mariscal. Madrid, 29-X-1812. (ARANF, leg. 30.6.1); Escrito de Juan Abad, acusando recibo de 125 botes de libra y 250 de ½ libra, producidos por JosŽ Mariscal. Madrid, 20-XII-1812. (ARANF, leg. 30.6.1).

62. Escrito de Asensio Garc’a, director del Real Colegio de Boticarios, autorizando el pago a Juan Abad, diputado primero del Colegio, por valor 51 rs. 24 ms. a JosŽ Ribas, criado del Colegio, por Òquince libras de Manrrubios [sic] y Jornales de limpiarlos; y quatro arrobas y tres quartillas de Cevollas AlbarranasÓ. Madrid, 22-XII-1812. Lleva las firmas de Asensio Garc’a [director], Antonio Ginaud [secretario], Gregorio Romero [contador] y Juan L—pez Abad. (ARANF, leg. 30.6.1).

63. ÒLos Catorce mil ciento treinta y tres en vales y los Catorce mil ochocientos Cincuenta y seis reales y dicisiete ms. en efect¼.Ó Madrid, 20-I-1813. Silverio PŽrez [tesorero]; visto bueno de Gregorio Romero de Bustillo [contador]. Madrid, 24-II-1813. ÒCuenta que doy al Real Colegio de Boticarios de esta Corte perteneciente ‡ el a–o proxmo. pasado de 1812: como thesorero que soy [Silverio PŽrez]ÉÓ (ARANF, leg. 30.6.1). Realmente debieron ser 30.489 rs. 17 ms., si solventamos el error de suma que se produce en el cargo, y Žste aceptando la ÔperdidaÕ de cincuenta libras de triaca no justificadas.

64. Gonz‡lez Bueno, A. Ciencia, trabajo y piedad: el quehacer farmacŽutico en la Espa–a de la primera mitad del siglo XVIII. Anales de la Real Academia Nacional de Farmacia 77(3), 76-119 (2011).

65. En la Junta general de 27-V-1811, a la que s—lo asisten una decena de personas, el hermano mayor Òhizo presente la necesidad qe habia de tomar determinacion, con la capilla situada en el campo santo del Hospital de la Pasion de esta Corte, bajo la advocacion de Nra. Sra. de los Desamparados de Valencia pues la Comision de Hospitales estaba metiendo prisa por la ruina qe amenazaba para qe esta se echase por el pie, visto esto por la Junta determino se le diese comision para su derribo, y para la venta de aquellos mejores enseres que se pudiesen sacar del dicho derribo, al Sr. Dn. Gregorio Romero, lo qe admitido por dicho Sr. la Junta lo aprob—ÉÓ (Libro de la Congregacion desde el a–o 1805 ‡ 1835. ARANF, L-14, cf. fols. 5r-5v). La siguiente Junta particular se celebr— el 20-II-1813; en ella el tesorero, Silverio PŽrez, presenta las cuentas pertenecientes a todo el a–o 1811 y 1812, Žstas pasan al contador y, vistas y aprobadas, quedan a disposici—n del informe de la Junta general. (ARANF, L-14, fol. 5v).

66. Los bienes vendidos se tasaron en un total de 1.568 rs., de lo que se hubo de deducirse la tercera parte, 524 rs., en que se remat— la venta. El pago se efectu— el 2 de noviembre de 1817 (ÒRazon de los trastos qe he comprado en el Rl. Colegio de Boticarios ‡ Dn. Placido Brigueha y Regidor su Director con la tercera parte de revaja de su tasacionÉÓARANF, L-14, fols. 10r-10v). Y aœn ÒHan quedado en el Colegio y propios de la Congron los trastos siguientesÓ: una mesa de altar con su ara, un misal estropeado, unas sacas, las tallas de la Virgen de los Desamparados y San Lucas, seis bancos de pino con respaldos, el caj—n largo de pino donde se portea la cera, un arca con tres cerraduras, cuatro blandones peque–os de hierro y la tabla donde estaban escritas las indulgencias. (ARANF, L-14, fols. 10v).

67. Disponemos de dos fuentes de informaci—n que ofrecen datos parciales; por un lado el balance ÔoficialÕ que presenta el tesorero de la Congregaci—n, Silverio PŽrez, en el que aœna los a–os de 1812 y 1813: ÒCuentas que doi, como Tesorero, qe soi de la Congrgn. de Nra. Sra. de los Desamparados propia de los yndividuos del Rl. Colegio de Boticarios de esta Corte a dha Congregacion con cargo y Data es como se sigue pertente a los a–os 1812 y 1813Ó. Madrid, 3-II-1814 (ARANF, leg. 30.7.1); por otro, los justificantes de los libramientos correspondientes al a–o de 1812 (ARANF, leg. 30.7.2).

68. ÒPrimte. me hago Cargo de Quinientos veinte y ocho rs qe ymportan la contribucion de 22 Congregtes a razon de veinte y quatro rs cada uno pertentes al a–o de 1812 y recibidos del Dep¼ dn. Josef BarbaÉÓ. ÒCuentas que doiÉ pertente a los a–os 1812 y 1813Ó. Madrid, 3-II-1814 (ARANH, leg. 30.7.1). La cifra no es real, pues no todos los congregantes pagan las cuotas en su integridad.

69. ÒYt. es Data Cien rs entregados al Criado de dha Congregaon Jose Ruiz, por el Cargo que tiene de la recaudacion y otros pertenecientes al a–o 1812Ó. ÒCuentas que doi (É) pertente a los a–os 1812 y 1813Ó (ARANF, leg. 30.7.1). Recib’, firmado por JosŽ Ribas, correspondiente a 100 rs, entregados por Silverio PŽrez, tesorero de la Hermandad, por el trabajo de asistir a los entierros y la cobranza a los hermanos. Madrid 23-III-1812; con el visto bueno de Asensio Garc’a (ARANF, leg. 30.7.2).

70. Recib’ firmado por Aquilino Cavallero, sobre un total de 66 rs., librados por Silverio PŽrez, Òdel habito p» mi difunta madre qe en paz descanse D» Maria Nicolasa Herrera, viuda de Dn. Francisco Manul. CavalleroÓ. Madrid, 22-II-1812. Recib’ firmado por JosŽ Mariano AndrŽs, sacrist‡n mayor de la Iglesia de San Juan de Dios, por 96 rs. de limosna de 24 misas rezadas Òqe he aplicado por el alma de D» [blanco] HerreraÓ.  Madrid, 20-III-1812. (ARANF, leg. 30.7.2).

71. Recibo de Nicol‡s Moreno, presb’tero, entregado por Silverio PŽrez, tesorero de la Congregaci—n, por valor de 48 rs., correspondiente a las doce misas aplicadas por el alma de AndrŽs Gonzalo, regente de la viuda de Escolar. Madrid, 25-III-1812.  Recib’ de Mar’a de la Paz Rol, por valor de 33 rs., entregados por Silverio PŽrez, tesorero de la Congregaci—n, Òimporte de medio abito qe segœn los Estatutos esta establecido p» Dn. Andres Gonzalo Regente qe fue de mi Botica Plazuela de HerradoresÓ. Madrid 22-III-1812 (ARANF, leg. 30.7.2).

72. Recibo de Juan Merino, por valor de 66 rs., entregados por Francisco de las B‡rcenas, importe de un h‡bito y una cruz que sirvi— para amortajar a JosŽ S‡nchez. Madrid 14-IX-1812. [Nota de Francisco de las B‡rcenas reconociendo que la cantidad fue entregada por Silverio PŽrez, tesorero de la Hermandad, a su padre, Manuel de las B‡rcenas]. Recibo de Manuel L—pez Gir—n, por valor de 48 rs., entregados por Silverio PŽrez, tesorero de la Congregaci—n, en raz—n de las doce misas que, por el ‡nima de JosŽ S‡nchez, se han celebrado. Madrid 24-IX-1812. Recibo de Antonio Labrador, capell‡n de los Reales Hospitales civiles, de una limosna de 44 rs., entregados por Silverio PŽrez, tesorero de la Hermandad por una docena de misas aplicadas por el alma de JosŽ S‡nchez. Madrid 20-IX-1812 (ARANF, leg. 30.7.2).

73. Recibo de JosŽ Mariano Rodr’guez, por valor de 48 rs., entregados por Silverio PŽrez, tesorero de la Hermandad, por las doce misas rezadas por el alma de Joaqu’n Pinto. Madrid 4-X-1812. Recibo de Francisco PŽrez, por valor de los 33 rs., entregados por Silverio PŽrez, tesorero de la Hermandad, por el medio h‡bito que le correspond’a a su hijo pol’tico, Joaqu’n Pinto. Madrid 19-XI-1812 (ARANF, leg. 30.7.2).

74. Recibo de Manuel L—pez Gir—n, presb’tero, por valor de los 48 rs. entregados por Silverio PŽrez, tesorero de la Hermandad, por la docena de misas celebradas por el alma de Nicolasa Bara–ano. Madrid, 6-XI-1812. Recibo de JosŽ Mariano Rodr’guez, por valor de los 48 rs. entregados por Silverio PŽrez, tesorero de la Hermandad, por la docena de misas celebradas por el sufragio del alma de Nicolasa Bara–ano. Madrid 6-XI-1812. Recibo de çngel Ger—nimo çlvarez, por valor de los 66 rs. entregados por Silverio PŽrez, tesorero de la Hermandad, por el h‡bito de su difunta mujer, Nicolasa de Bara–ano. Madrid 12-XI-1812. (ARANF, leg. 30.7.2).

75. Recibo de Francisco de Aranzo, por valor de 192 rs., entregados por Silverio PŽrez, tesorero de la Hermandad, por la compra de cera. Madrid 20-VIII-1812. Recibo de Juan de Aranso, por valor de los 134 ½ rs., entregados por JosŽ Barba, mayordomo de cera de la Hermandad, en raz—n de las diez libras de cera en cuatro cirios de 2 libras y dos velas a libra, al precio de 14 rs./libra, con rebaja de 7 rs. de cera vieja que importan 5½ libra. Madrid 6-XI-1812. [Nota de JosŽ Barba de haber recibido el dinero de Silverio PŽrez, tesorero del Colegio [sic] el 10-XI-1813]. (ARANF, leg. 30.7.2).

76. El balance ÔoficialÕ presentado por Silverio PŽrez, tesorero de la Congregaci—n, donde reœne los a–os de 1812 y 1813, se–ala como entrada de gastos: ÒPrimte es Dat tres mil y quatrocientos doze rs vn en que en la ultima qued— alcanzando a dha Congron como consta y se aprov— por el Sr. Contador en la ultima que di el a–o 1814Ó (ÒCuentas que doiÉ pertente a los a–os 1812 y 1813Ó. Madrid, 3-II-1814 (ARANF, leg. 30.7.1); pero en estos movimientos no se incluyen los libramientos recogidos en los recibos conservados en ARANF, leg. 30.7.2. Nosotros apuntamos los valores de estos recibos y los restamos a la cantidad se–alada por el tesorero como Òla ultima [que] qued— alcanzado a dha CongrgonÓ.  

77. Decreto de las Cortes, de 22 de julio de 1811, restableciendo el Tribunal del Protomedicato, tribunal supremo de Salud pœblica. Decreto de las Cortes, de 21 de setiembre de 1811, ampliando el de 22 de julio del mismo a–o, y disponiendo que el Tribunal del Protomedicato conste de dos profesores de Farmacia, adem‡s de los dos de Medicina, dos de Cirug’a y uno de Qu’mica, que lo compon’an. Real Decreto de 11 de setiembre de 1814, suprimiendo el Protomedicato creado por decreto de las Cortes de 22 de julio de 1811, y restableciendo en su lugar las Reales Juntas Superiores de Medicina, Cirug’a y Farmacia con las mismas facultades, prerrogativas y atribuciones que ten’an a principios del a–o 1808. Sobre la evoluci—n hist—rica de esta instituci—n, cf. Campos D’ez, M.S. El Real Tribunal del Protomedicato Castellano, Siglos XIV-XIX. Cuenca, Universidad de Castilla La Mancha, 1999.

78. Un an‡lisis de este aserto en Puerto Sarmiento, F.J. Ciencia y Farmacia en la Espa–a decimon—nica. Ayer 7, 153-191 (1992).